jueves, 17 de agosto de 2023

¿Una nueva era con la IA? (¡Y no solo ella!)

 El auge de la IA está inquietando mucha gente y ya se han señalado numerosos campos en que puede significar adelantos importantes (y también, quizás menos recalcado, donde puede introducir distorsiones sino francos errores y pérdida de tiempo).

Bill Gates se ha hecho una reputación de visionario, acertando muchas veces. E interviene ahora para señalar que estamos entrando en una era marcada por la IA "comparable con la introducción de las primeras computadoras personales e Internet en términos de su alcance" (Acurero). Debemos "prestarle atención para sobrevivir" porque "transformará por completo el panorama laboral y empresaria" (ibidem). ¿Dónde ve mejores posibilidades de trabajo? Obviamente en lo relacionado con la IA, pero también en los campos de la energía y "tal vez" de la biología. También, sin duda, deberá ajustarse la educación.

Sin embargo, no se puede olvidar el cambio climático. Gates lo hizo notar también hace unos años y ha propuesto un plan en el libro "Cómo evitar un desastre climático" (Plaza & Janés, 2021), publicado en plena pandemia y con los efectos de ésta a la vista. Apela a la innovación y a subvencionar los países pobres, que no pueden reducir sus emisiones de gases invernaderos. Hay muchos problemas - y necesidades - en el campo de la generación de energía. Se necesita una transición en las industrias del acero y del cemento. Y, sobre todo, políticas favorables a estos cambio. (Domínguez)

¿Pero, que es lo que vemos? Cada vez que se reúnen los dirigentes de diversos países, un desacuerdo completo y la posposición de las metas. A pesar de los trastornos climáticos cada vez más destructivos. Está claro que el conocimiento, las comunicaciones científicas e incluso las vivencias resultan poco motivadores en este caso. 

Referencias

Acurero, G. (2023): Bill Gates y un nuevo pronóstico sobre los humanos que debemos asumir para sobrevivir en el futuro más cercano, FayerWayer, 9/08/2023.

Domínguez, M. (2021): Bill gates: El cambio climático tendrá efectos mucho peores que la pandemia, El País, 15/02/2021

miércoles, 9 de agosto de 2023

Texto, imprenta y digitalidad

 ¿Se puedes considerar los siglos de vigencia de la imprenta como un paréntesis en la historia del hombre? Es lo que planteó Pettit en un foro del MIT en 2010, seguido por Piscitelli en su libro de 2011, y que aborda un nuevo libro de Jeff Jarvis, adoptando el mismo título y abordando la misma idea general ya planteada por Pettitt. Ambos hacen un repaso de la historia, pero luego divergen en sus apreciaciones.

La idea principal que planteó Pettitt e inspiró a estos otros autores es que hemos de considerar tres períodos: antes de la imprenta, con su oralidad y la interacción cara-a-cara, el tiempo de la imprenta - "una tecnología intermedia", según él -, y la fase posterior, actual, en que, "estamos al borde de una segunda oralidad basada en el retorno de la fluidez en la comunicación" (Peverill-Conti y Seawell). No hay un momento preciso para marcar el fin de la era Gutenberg: depende de cada cultura y subcultura, dice Pettitt.

La imprenta introdujo numerosas reglas (cómo estructurar un texto, definir el autor, conservación sin cambios, etc.) mientras los cambios y las interferencias eran frecuentes antes y lo son de nuevo ahora. Internet cierra el paréntesis introduciendo "un retorno a modelos más antiguos de contenido, producción cultural y comprensión", dice Pettit (ibidem).

Los libros de Piscitelli y Jarvis desarrollan mucho más las ideas relativas a este "paréntesis". No quiero dedicarme a analizar en detalle las semejanzas y diferencias entre ambos, sino centrarme en el concepto central de "paréntesis" histórico. 

Paréntesis significaría que después del período señalado se volvería a una situación similar a la anterior a este período. Pettitt señaló semejanzas pero son sin dudas de un nivel muy diferente. 

Para mí, seria un error calificar la era Gutenberg exclusivamente como era de la imprenta. Los historiadores han hecho notar que su principal aporte cultural ha sido el empuje de la alfabetización y de la lectura. Está claro que no ha terminado la era de la lectura: se escribe y se lee más que nunca, aunque sea en medios digitales. Y sigue siendo el escrito el que más se conserva, se consulta, se cita y se reproduce. El conocimiento - especialmente el científico - se desarrolla sobre la base del escrito.

La imprenta también facilitó la ampliación de la escolarización, creó los mercados editoriales y, según algunos, incluso jugó un rol importante en la expansión del capitalismo. Nada de esto ha terminado.

Si es que Gutenberg abrió un paréntesis, la imprenta analógica puede haberse reducido en este siglo XXI, pero está lejos de perecer. La prensa, ciertamente, se ha visto afectada, pero no pasa lo mismo con la industria editorial. ¿Qué nos dice la industrial editorial? Según datos de Wordsrated, una de las escasas fuentes  sobre esta industria, 

"El número de libros vendidos disminuyó un 24,04 % desde un máximo histórico en 2008 hasta un mínimo histórico en 2012. Pero desde entonces, la industria de los libros impresos ha vuelto. Al pasar de 591 millones de libros físicos vendidos en 2012 a 788,7 millones en 2022, las ventas de libros impresos crecieron un 33,45% en este periodo.  [...] La categoría más grande en forma impresa sigue siendo la no ficción para adultos, que vendió más de 289 millones de copias el año pasado y representa el 37,8% de todas las ventas de libros impresos." (Wordsrated)

Sin embargo, entre 2011 y 2021, "Los libros de más de 400 páginas están desapareciendo: la proporción de bestsellers largos cayó un 30%". Pero, según datos de Amazon, "los libros autopublicados han aumentado un 264% en los últimos cinco años" (ibidem).

¡El texto está más vivo que nunca!

¿Vuelve la oralidad? Algo se puede observar: podcasts, videos, etc., pero no tienen la exclusividad pregutenbergiana. También estamos más conectados. ¿Había más conversaciones antes de Gutenberg y "se vuelve" a ellas como piensa Jarvis? Es también dudoso. La imprenta no puso fin a las conversaciones. Puso progresivamente fin a la tradición oral y redujo nuestra capacidad de memorizar ese discurso oral. Y no estamos recuperando nada de esto. Una característica de la realidad preguntenbergiana era la memorización de los relatos. ¡Estamos lejos de esto!

Es posible que conversemos menos con nuestros vecinos pero conversamos posiblement más - y en forma indirecta - con nuestros contactos digitales.  Pero las conversaciones en redes sociales son algo muy diferente de las conversaciones cara-a-cara o incluso telefónicas.

Así, que "volvamos" a una era de oralidad me parece discutible. 

No es posible discutir aquí todas las ideas contenidas en los libros de Piscitelli y Jarvis. Escogeré solo algunas ideas.

Jarvis asume que estamos volviendo a las conexiones persona-a-persona. Pero, antes de Gutenberg (y por mucho tiempo aún después), era una comunicación oral cara-a-cara, entre personas que pertenecían a un grupo muy reducido. Ahora, dice, es de "cualquiera-a-cualquiera" ("any-to-any"), mientras el libro y los otros medios impresos lo hacían "de uno a muchos" (pero generalmente menos que los medios digitales actuales). Jarvis nos habla también de la "muerte de la masa" (pp.173.ss.). Pero la comunicación de masa ha sido un producto de la imprenta solo en el siglo XX. Sigue vigente a través de los medios digitales.

Piscitelli habla de "la disolución de la categoría de autor" (pp.32ss.) y plantea el paso del "reading brain" al "surfing brain" (pp.43ss.). Por cierto, se ha desarrollado el papel de "prosumidor" (aquí receptor-emisor) - anunciada hace décadas - y parte de la lectura se ha transformado en "surfing". A su juicio, los "libros eruditos" serían una especie en riesgo de extinción (pp.145ss.). Pero hemos visto ya que la industria editorial sigue floreciendo. 

Así, a mi juicio, no se puede sostener que la era Gutenberg ha terminado: el impreso (especialmente el libro) sigue siendo un medio esencial para la conservación del conocimiento. Nótese que los artículos científicos se ofrecen casi todos en formato PDF, es decir aptos para la conservación tanto digital como impresa. Ya se ha advertido más de una vez que los archivos digitales son mucho más perecibles: no solo son perecederos los soportes (¿cuéntos computadores traen aún un lector de CD?) pero también los formatos van evolucionando y es poco lo que se trata de "portar" de un formato a otro (aunque el PDF ha tenido y podría tener aún una larga vida). Por cierto hay que repensar posiblemente los medios de comunicación o, como dice Piscitelli, rediseñarlos para que "rediseñen nuestras capacidades cognitivas" (pp.171ss.). ¿Implica esto cerrar - aunque solo en parte - el "paréntesis" de la era de la imprenta? 

Gutenberg inauguró la era de la imprenta y esta era no ha terminado. Fórmulas como el "paréntesis Gutenberg" son demasiado simplistas y, en este caso, es distorsionadora.

Referencias

Eguaras, M. (2023): Investigaciones sobre libros y su mundo: los informes de WordsRated, M.Eguaras Consultoría Editorial. https://marianaeguaras.com/investigaciones-sobre-libros-y-su-mundo-los-informes-de-wordsrated/


Jarvis, J. (2023): The Gutenberg Parenthesis - The Age of Print and Its Lessons for the Age of the Internet, Bloomsbury.

Peverill-Conti, G. and Seawell, B. (2016): The Gutenberg Parenthesis: Oral Tradition and Digital Technologies, The Communications Forum at the Massachusetts Institute of Technology, Summary 2010, Published Aug 31, 2016.

Pettit Video (2010). 

Piscitelli, A. (2011). El paréntesis de Gutenberg. La religión digital en la era de las pantallas ubicuas. Buenos Aires: Santillana.

Sivera, S. (2023): El paréntesis de Gutenberg. COMeIN, abril 2015, núm. 43. ISSN: 1696-3296. DOI: 10.7238/c.n43.1525

WorldRated (2023): Print Book Sales Statistics, January 30, 2023. 


martes, 1 de agosto de 2023

El desvío de la ciencia frente a la inteligencia

 Con el Renacimiento y luego la Ilustración, el hombre inició una senda de desarrollo intelectual. Fueron tiempos de importantes avances en el mundo occidental.

Pero luego se produjo un cambio de senda, quizás producto del racionalismo, del positivismo y del pragmatismo que le podemos sin dudas asociar. Así, en vez de seguir profundizando su desarrollo intelectual, produjo la revolución industrial y una sociedad eminentemente materialista, olvidando cada vez más su propia realidad espiritual y la necesidad de cuidar y desarrollar ésta.

La "diosa Razón" que se veneró por unos años en Francia fue un indicio de este cambio de orientación y enorme error. La arrogancia de la razón se impuso a la espiritualidad. Sin duda explica la era tecnológica que vivimos y, en particular, el modo en que se investiga y se trata de desarrollar la inteligencia: en las máquinas y no en el hombre. ¿Pero no deberíamos preguntarnos, justamente, si no es en el hombre que deberíamos desarrollar la inteligencia? ¿Los desastres climáticos que observamos no son acaso una muestra de nuestra falta de inteligencia?

Se quiere seguir perfeccionando la inteligencia de máquina para que sea más amplia y "más parecida a la inteligneica humana". Pero se olvida que la inteligencia humana no es el mero funcionamiento de los circuitos cerebrales: es la operación de la mente e involucra por lo tanto el espíritu, un espíritu que la máquina nunca podrá tener y sin el cual nunca podrá resolver problemas realmente humanos.

La inteligencia humana tiene capacidades que no puede tener la IA: la "generación espontánea" (imaginación), la capacidad de juicio ético, la intencionalidad de las acciones, el amor, el sufrimiento y el remordimiento. Si algo de ésto puede incluirse en algún algoritmo, será propio del programador y no de la inteligencia mecánica. (Cf. Fernandes)

 Fernandes C., A.J. (2023): 4 rasgos exclusivos de los humanos que resultan imposibles para la inteligencia artificial, BBC Mundo, 21/07/2023