jueves, 29 de agosto de 2024

El manejo del conocimiento hoy: el conectivismo

 1. Mi experiencia

Me llegó recientemente el libro "Conociendo el conocimiento", de George Siemens que, hasta 2009, fue profesor de la Universidad de Manitoba (Canadá) y director asociado del Learning Technologies Center (LTC). En los últimos diez años se ha centrado principalmente en estudiar la influencia de la tecnología en el aprendizaje y en sus cambios en el contexto actual, siguiendo, según declara, caminos de interés personal e informales, y en muchos momentos interdisciplinares, como explica Fernando Santamaría en su introducción al libro de Siemens (p.IV).

Esto me recordó como también recorrí un camino muy personal y mayormente informal en mi estudio del conocimiento, hasta llegar a formalizarlo en mi tesis doctoral en 1999. No era en absoluto lo previsto o buscado cuando terminé la universidad en 1969 (nivel de licenciatura) buscando especializarme en teoría de la comunicación. No entraré en los detalles de mi biografía, como tampoco lo hice cuando escribí, el año pasado, un post titulado "Cómo se acumula el conocimiento personal" (https://comunicaconocimiento.blogspot.com/2023/06/como-se-acumula-el-conocimiento-personal.html). Concluí entonces, inspirándome en la teoría del actor-red, que tal desarrollo, para cada uno, puede ser visto como una "red dinámica de conocimientos personales". Señalaba ahí que "el esquema que surge de ello (y que podría llevar a una graficación) aparece conformado por el sujeto, los eventos (y los posibles desplazamientos correspondientes), los interlocutores (muchas veces en el marco de instituciones), los instrumentos o medios y los conocimientos". Sin saberlo, estaba adhiriendo a lo que Siemens llama la teoría conectivista del conocimiento.

"Siemens sostiene que la mayor parte de las cosas que ha aprendido son un subproducto de otras actividades" (Santamaría, p.V). Esto coincide con lo que puso en evidencia, ya en 2014, la encuesta Degreed.com, que señalaba que "31,8% de los profesionales en ejercicio dicen que entre 80 y 100% de lo que están aprendiendo proviene del estudio informal y entre 40 y 60 % de sus conocimientos y habilidades actuales son producto del aprendizaje informal. Solo 5,3% dicen que el 80 al 100% proviene de un programa formal." (De mi blog NotiBytes, 8/08/2014). 

Comparto esta experiencia, pasando por diversas etapas y combinando intereses que parecían inicialmente dispares, pero se fueron concentrando en torno a las ciencias cognitivas. 

Las ciencias cognitivas se encuentran en la intersección de varias disciplinas que se ocupan del conocimiento. En sus primeros años de desarrollo (fines de los años 50 y luego en los 60 y 70), se consideraban como principales componentes la biología y la neurofisiología, la informática y la psicología, y como anexas, la teoría de sistema y la teoría de la comunicación. 

Antes de la World Wide Web, las primeras comunicaciones digitales interpersonales se limitaban al correo electrónico y el chat (como IRC). En los primeros años de la WWW se crearon directorios de sitios web en línea (Yahoo! tuvo uno) e incluso impresos, que desaparecieron rápidamente ante la explosión del número de sitios web. Eran "contenedores", como los llama Siemens. Apareció una nueva forma de acceso a la información: los buscadores, como Yahoo! Search y Google Search. Fue un cambio radical en lo que Siemens llama "la danza del conocimiento" (p.21) 

Con el desarrollo de internet y las redes y la investigación científica, las ciencias cognitivas de hoy aparecen integrando nuevos aspectos:

Notas: 1. La matemática no interviene solamente en el análisis de redes o de "big data" y en la I.A., sino también como herramienta de investigación del cerebro, como han hecho investigadores de la Universidad de Columbia para registrar los datos de la actividad de las neuronas transformando esta actividad en representaciones geométricas (Courellis et al., citado por Agencia Sinc).

2. La física cuántica proporciona un importante conocimiento acerca del entrelazamiento de ciertas partículas en condiciones de aislamiento, como los fotones que circulan en los microtúbulos que forman parte del citoesqueleto de las neuronas, como sugerido ya en 1989 por Roger Penrose (Premio Nobel de Física 2020) y Stuart Hameroff, o bien en las vainas de mielina que rodean las neuronas como creen investigadores de la Universidad de Shanghai. "Podrían desempeñar un papel crucial en la emergencia de la consciencia". (Martínez de la Fe).

En mi libro post-doctoral (2002), en la revisión de los avances de la psicología cognitiva, llegué hasta el constructivismo, la teoría psicológica más avanzada de la época. Siemens parte de ahí, criticándolo, para ir proponiendo el "conectivismo":

"Una visión constructivista del aprendizaje, por ejemplo, sugiere que procesemos, interpretemos y extraigamos significado personal de diferentes formatos de información. ¿Qué sucede,sin embargo, cuando el conocimiento es más un diluvio que un goteo? ¿Qué ocurre cuando el conocimiento fluye demasiado rápido para su procesamiento o interpretación? Una vez que el flujo se vuelve demasiado rápido y complejo, es necesario un modelo que permita a los individuos aprender a funcionar a pesar del ritmo del flujo. Un modelo de red de aprendizaje (un atributo del conectivismo) descarga algunos de los procesos e interpretaciones del flujo del conocimiento a los nodos de una red de aprendizaje. En lugar de que la persona tenga que evaluar y procesar cada pieza de información, se crea una red personal de nodos de confianza: la gente y el contenido, reforzados por la tecnología." (p.33)

2. El conectivismo

Como ya señalé, la "aventura" de George Siemens ha sido en parte parecida a la mía. Trata de relacionar el aprendizaje, las redes, la ecología y algunos otros intereses, para llegar a formular una visión holística de la experiencia de aprendizaje en la teoría que ha llamado conectivismo: "El Conectivismo es la integración de los principios explorados por el caos, la red, la complejidad y las teorías de auto-organización" (Siemens, p.30). Ha considerado también, junto con estos aportes, la teoría del actor-red (de Latour, Callon y Law) y lo referido al e-learning, temas que también he abordado (cf. Colle, 2022).

El auge de internet ha puesto en evidencia la importancia de las redes y ha hecho que se "rescate" la teoría de redes y se la incluya en las ciencias cognitivas. La teoría del actor-red es también una forma importante de considerar las redes interpersonales y de interpretar el conocimiento cómo fruto de la acción de un actor sobre uno o varios otros actores.

La neurociencia siempre ha considerado la importancia del contexto en la adquisición del conocimiento: el "exterior" de la "caja negra" es en efecto el punto de partida de toda entrada y, por lo tanto, de él depende el procesamiento. No sorprende, por lo tanto, que Siemens también - después de varios otros autores - asume el concepto de "ecología del aprendizaje". Una red se desarrolla formando una estructura y esta estructura conforma una ecología (Santamaría, p.X). Son también las personas, y no la tecnología, el centro de la información y hay que reconocer su papel fundamental, coincidiendo de este modo con la visión de la teoría del actor-red, destacando la importancia de visualizar de qué manera las personas emplean en la práctica la información: cómo la buscan, la modifican, la comparten, la acumulan o la ignoran. El auge de las redes sociales obliga evidentemente a considerar de una nueva manera los "nodos" y los intercambios de conocimientos así como la adaptación requerida por su diversidad y sus cambios, algo que Siemens reconoce como caótico. "Los nodos pueden ser personas, organizaciones, bibliotecas, sitios web, libros, revistas, bases de datos, o cualquier otra fuente de información." (Siemens, p.29)

Cada individuo tiene su propio entorno - dinámico y adaptable - de obtención de información, pero éste está inscrito en un entorno más amplio (ecología cognitiva) que es el que le permite interconectarse con otros entornos personales - formar su propia red - y beneficiarse de esta conexión, contribuyendo también a ella. Aquí, "la capacidad de sintetizar y reconocer conexiones y patrones es una habilidad valiosa" (Santamaría, p.XIII). "La capacidad para formar conexión, ser conscientes (de los otros y de los conocimientos), y mantener los intercambios, se encuentra en el meollo del intercambio de conocimiento hoy día." (Siemens, p.52)

Esto es la base de la teoría conectivista: "El punto de vista conectivista acerca del aprendizaje es un proceso de creación de redes" (Santamaría, p.XIII). Y, en estas redes, la información fluye en forma caótica, lo cual obliga a "repensar la forma en que diseñamos la enseñanza" (ibidem, pp.XIII-XIV). "Nuestras instituciones están básicamente creadas para rellenar aprendices" dice Siemens (p.38). "Los cursos son más bien estáticos. [Pero] El conocimiento es dinámico -cambia cada hora, diariamente-. (...) El aprendizaje ocurre cuando vivimos la vida en nuestra economía actual de conocimiento." (Siemens, p.37) Siemens sueña con un sistema que "proporcione contenido personalizado reflejo de nuestra verdadera necesidad de aprendizaje". Pero

"Actualmente, esto es prohibitivo. Pocas organizaciones pueden permitirse una implantación a este nivel. La tarea de creación de un agente inteligente capaz de reaccionar teniendo en cuenta la competencia del aprendiz y proporcionar contenido / instrucción / interacción personalizados, es sencillamente demasiado cara para cualquiera, salvo en el caso de selectas instituciones de investigación y grandes empresas." (p.42)

"Es posible que haya que revisar el propio concepto de diseño -¿es necesario diseñar el aprendizaje? ¿O acaso lo que tenemos que hacer es diseñar entornos en los que aprendices motivados puedan conseguir lo que necesiten? " (p.119)

Mientras tanto, la conversación es el mejor método para el aprendizaje personalizado: en una clase, "a medida que las voces de los aprendices se vayan agregando, irán surgiendo lagunas que permitirán a los gurus del espacio completar los huecos" (p.42). "El educador se convierte en apoyo (no en centro), el contenido no es tan importante como las conexiones, los aprendices encuentran valor en las perspectivas agregadas o combinadas, los aprendices se convierten en creadores de contenidos, y el aprendizaje es continuo, exploratorio y sostenido." (p.44)

El auge de internet y de las redes sociales ha cambiado sustancialmente el modo en que adquirimos el conocimiento y la forma en que lo verificamos. Se trata de "un cambio sistémico" propio de la última década que afecta desde el momento mismo de la creación de conocimiento (Siemens, p.3). El contexto y los flujos han cambiado. Y también nuestra actividad: "Vemos, conocemos y funcionamos de manera conectada" (p.4). Para Siemens, ésto significa que deben cambiar las estructuras de la sociedad.

"Nos encontramos entre dos mundos, con un pie en cada uno de ellos: uno, en los modelos y estructuras originados en (y al servicio de) la era industrial; el otro, en los procesos emergentes y las funciones del flujo de conocimiento de la era actual." (p.5)

"Es hora de reestructurar nuestras estructuras para garantizar conexiones más relevantes con la naturaleza del conocimiento hoy en día. (...) En lugar de ser diseñados y controlados de forma centralizada, una estructura distribuida genera resultados a través de la autoorganización." (p.86)

Nos propone un ejemplo muy significativo, que se encuentra representado en este mismo post: el libro que escribí en 2002 fue un objeto puesto a disposición de otros (primero por la librería y más tarde en una versión en internet), pero inmodificable, en un modo de comunicación unidireccional. 

"Hoy en día, en el mundo online, un escritor puede publicar una serie de ideas/escritos y recibir la crítica de colegas, miembros de otras disciplinas, o personas de todo el mundo. Sus ideas pueden ser usadas por otros para construir (o personalizar) representaciones más elaboradas de las mismas. El diálogo no se para, y las ideas se transforman rápidamente, a medida que se van analizando y co-creando en diferentes variantes. En poco tiempo (a veces sólo unos cuantos días), podemos poner a prueba esas ideas, ampliarlas o difundirlas. El ciclo es vertiginoso en ritmo, proceso y producto final, el cual se retroalimenta con el ciclo de flujo en una continua iteración." (p.7)

Las estructuras tradicionales - escuelas, universidades, bibliotecas e incluso empresas - tienen, dice, la forma de "contenedores" para alojar el conocimiento (p.10). Pero "Saber ser, saber dónde encontrar conocimiento (en los actuales entornos, saber cómo navegar por el conocimiento entendido como proceso o flujo), saber transformar, son cosas que están más allá de estas perspectivas-contenedor" (ibidem). Esto requiere, evidentemente, reformar el proceso educativo y la enseñanza. 

"El conocimiento y el aprendizaje se definen ahora por las conexiones. El conectivismo supone la asunción de que el aprendizaje es esencialmente un proceso de creación de redes. Para que dos entidades se consideren conectadas, una de las propiedades de una de ellas debe conducir a, o convertirse en, propiedad de la otra entidad; el conocimiento resultante de este tipo de conexiones es conocimiento conectivo." (p.15-16)

La información, el conocimiento, cambia constantemente. "El conocimiento reside en las redes." (p.31). Disponemos ahora de nuevas herramientas que nos permiten seguir el ritmo de modificación del conocimiento y han de entrar a formar parte de  nuestras redes (los instrumentos forman parte de la red, como se señala en la teoría del actor-red). "Ya no necesitamos a alguien que esté continuamente accediendo a los recursos para ver si han cambiado, sino un agregador que haga esta tarea automáticamente, derivando conocimiento a nuestros espacios." (p.121)

"Necesitamos herramientas que nos permitan acceder a la corriente del conocimiento y capturar puntos de interés para su uso inmediato o para una futura referencia, así como una conexión que nos alerte de eventuales cambios en la fuente de conocimiento. Necesitamos la habilidad de capturar y expresar nuestro conocimiento de manera que los demás puedan ver “de qué va el tema”. (p.114)

Quizás pueda la inteligencia artificial ayudarnos en esto.

Las redes - y las conexiones - son clave. "Cuanto mejor es la calidad de la red y de las conexiones, mejor es el resultado del intercambio de conocimiento. Trabajar en la formación de redes efectivas es un reto importante, tanto como lo es el uso de redes para nuestras necesidades cognitivas." (p.22) Pero, atención: el sentido crítico y la capacidad de análisis son igualmente más importantes que nunca porque "El conocimiento nos llega a través de una red de prejuicios, opiniones, inervaciones, autocorrecciones, presunciones y exageraciones, es decir a través de los densos y firmemente asentados medios de la experiencia que no son en absoluto ni uniformes ni transparentes." (p.8)

No solo hay que ser crítico frente a los contenidos (confrontando varias fuentes) sino frente a las mismas redes. Y seleccionar redes fiables "que validan a los individuos en base a su historia y sus actividades" (ibidem) es igualmente importante. De este modo, "los individuos pueden organizar y crear sus propios espacios y redes de noticias, información, y sus herramientas de filtrado y distribución de conocimiento" (p.23). La consecuencia es que las "fuentes tradicionales" de información, como periódicos, radios y agencias de noticias, pierden terreno. Podemos filtrar puntos de vista que se contradicen entre sí o contradicen a los actores que observamos. Además, "distinguir entre conocimiento relevante y poco relevante, es vital." (p.30) "Entramos en una nueva era de cognición activa y alerta. (...) Debemos contar con una formación en red y desarrollar ecologías de conocimiento. Tenemos que transformarnos en personas diferentes, con hábitos diferentes." (p.23). Debemos "construir redes con el fin de seguir estando actualizados e informados" (p.113).

"Conectar con la gente y con el contenido es una actividad diaria, constante, permanente. El aprendizaje es un continuo proceso de construcción de redes. Este modelo está ganando importancia en ámbitos académicos y corporativos. A medida que descubrimos nuevos recursos (nodos de conocimiento, personas, tecnología), podemos optar por conectar activamente y crear nuestra red de aprendizaje personal." (p.25)

"Cuando descargamos los elementos de proceso de la cognición, somos capaces de pensar, razonar y funcionar a un nivel superior (o navegar en espacios de conocimiento más complejos)." (p.43)

Es necesario pensar en términos de ecología del conocimiento. "Las ecologías se alimentan y enriquecen... en vez de construirse, organizarse y mantenerse. (...) Son libres, dinámicas, adaptables, desordenadas y caóticas." (p.90) "Una ecología es un organismo vivo que influye en la formación de la red misma. (...) Si la ecología es sana, dejará que las redes florezcan y crezcan. (...) Una ecología de conocimiento sana permite a los individuos mejorar el conocimiento que poseen de forma rápida y efectiva… posibilitando la toma de mejores decisiones… de un mejor desempeño." (p.92)

También apoya el desarrollo de la inteligencia, si consideramos cómo la ve Marvin Minsky: la sumatoria de "muchas partes minúsculas, carentes de sentido por si mismas” ("The society of mind", p. 17, citado p.92). Nuestra red cognitiva es la base y la expresión de nuestra inteligencia, donde la unión de entidades individuales tiene un importante efecto amplificador, especialmente si hacemos conscientemente el esfuerzo de descubrir y registrar conexiones con las unidades ya registradas.

Pero, aún así, "El flujo de conocimiento, rápido y continuo, no puede contenerse en una mente humana. Para sobrevivir, nos hemos prolongado a través de redes: ordenadores, seres humanos, bases de datos, nuevas herramientas aún por explotar." (p.93). Y somos  organizadores activos de los "agentes de conocimiento" que se inscriben en nuestro entorno.