miércoles, 28 de octubre de 2015

La prensa digital al servicio del conocer


"Lleguará el día en que la letra impresa se haga insostenible" y "los propietarios de medios de comunicación deben transformar sus compañías en empresas digitales" nos dice Jeff Jarvis (p.110). Y es lapidario: "Nada indica que los actores tradicionales —desde los periódicos hasta los servicios de teletipos y desde los sindicatos fotográficos hasta las emisoras de radiodifusión y los canales de cable— merezcan sobrevivir." (p.147). 

Hoy, cualquiera puede elaborar contenidos y, para distribuirlos, no es necesario ser su autor: lo puede hacer un lector que los recomienda, un agregador o curador que los recopila, un motor de búsqueda que los señala. Frente a esta situación (este nuevo ecosistema), el periodismo debe buscar su esencia, y su esencia es servir a sus lectores.
¿Cuál es este servicio? "Escudriñar el ecosistema, con editores y algoritmos, para encontrar el material bueno, ahorrando a los lectores esa ardua tarea y atrayendo la atención sobre lo mejor que encuentran." (Jarvis, p.145) Auscultar les medios sociales y seguir las publicaciones de otros medios conforman ahora una estrategia indispensable, junto con la inserción personal y los contactos directos en el ambiente local (conversar con el público, para responder localmente a necesidades locales). "Es el público que debe informar a la prensa", así la prensa podrá cumplir su objetivo real: "ayudar a la comunidad a lograr sus propios objetivos" (pp.199-200).

    "Debemos empezar por conocer a las personas como base de una nueva estrategia de negocio, no sólo ajustando contenidos, sino creando servicios en respuesta a necesidades e intereses manifiestos." (p.158).

Es aquí donde también ha de recurrirse al análisis de datos, como lo hacen empresas comerciales presentes en internet (ver mi post "Cambios en el acceso al conocimiento"). Hay que identificar a los lectores, tratando de obtener el máximo de información sobre ellos para entregarles lo que más les pueda interesar. (Vea al respecto mi post "Adaptar las noticias a los nuevos medios"). Recoger y analizar los datos de quienes leen en internet es una forma de escucharlos (que conviene complementar con formas más directas). 

La característica principal de la información digital es que fluye por múltiples canales. La "noticia exclusiva" practicamente no existe más. Y la información no es una propiedad que se posee y se vende o compra (aunque hay empresas que aún piensan en ello, cobrando los "derechos de autor", pero éstos -en realidad- se aplican más a la forma que al contenido). De lo contrario se cobraría por el derecho a saber, dice Jarvis (p.182).

    "Cuando una información, un hecho, aparece en un periódico, puede repetirse y extenderse, de un ciudadano a otro, del presentador a la audiencia: «Oíd, oíd, oíd —grita el pregonero—. El rey ha muerto. Larga vida al rey. Divulgadlo». La información no puede ni debe ser propiedad de nadie. Bajo la ley de protección de derechos de autor, un creador no puede proteger la propiedad de hechos subyacentes o conocimientos, sólo su tratamiento. Es decir, no se puede registrar el hecho de que el bosón de Higgs fuera descubierto en el CERN en 2012; únicamente puedes registrar el tratamiento que has hecho de esa información: tu convincente informe oficial o la ingeniosa gráfica que explica qué coño es un bosón." (p.181)

Ésto no quiere decir que conseguir la información, como hacen los periodistas, no pueda ser costoso. Y éste es el mayor problema actual de los medios de prensa: los lectores están cada vez menos dispuestos a pagar pero exigen contenido de calidad, que es costoso. Éste es otro tema, pero hay que aprender del "dogma de fe" de Silicon Valley: las nuevas empresas empiezan siendo útiles y el valor vendrá a continuación. No olvidemos que los más exitosos en términos de usuarios -como Facebook y Google- no cobran (al menos directamente) por sus servicios. Y empiezan de a poco... 

Nos recuerda Jarvis que existen dos formas de crear valor en los medios de comunicación: la creación de contenido y la creación de una audiencia para dicho contenido, cosas que, en internet, están ahora separadas (p.186). El nuevo ecosistema de la información es el de los múltiples accesos y las múltiples formas, por múltiples sujetos con una multiplicidad y gran variedad de contenidos. Ésto hace que sean muy valiosas las páginas que reúnan numerosos enlaces. ¿Para qué vamos a volver a escribir lo que otro ya publicó en internet (especialmente si está bien escrito)? ¿Para qué colocar, en medio de una noticia, la síntesis de la biografía de algún personaje importante si está en la Wikipedia y podemos poner el enlace?

    "En internet, el contenido sin enlaces no tiene valor porque no tiene audiencia. El contenido gana valor a medida que gana enlaces." (p.186).
Recordemos que la web es hipertexto e hipertexto significa enlazar y dejar que le lector construya el discurso que quiere leer.
    "El enlace —la genialidad de sir Tim Berners-Lee, el Gutenberg de nuestra época— cambia los medios de comunicación a un nivel tan atómico que es imposible creer que podemos continuar operando según modelos de negocio antiguos, marcos legales antiguos, métricas antiguas y tecnologías antiguas. Tenemos que rediseñar el negocio de los medios de comunicación y de la información desde el primer céntimo, preguntándonos dónde se crea valor, quién lo aporta, dónde reside y cómo extraerlo." (p.194)


The Washington Post propone este tipo de periodismo-servicio.

Referencia:
Jarvis, J. (2014): El fin de los medios de comunicación de masas, Barcelona, Gestión 2000.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.