miércoles, 1 de marzo de 2017

Cuando la política obstaculiza la ciencia (o falsea los datos)

Durante las vacaciones, he leído el libro "Dark Mission - The secret history of NASA", de R.C. Hoagland y M.bara. Los autores exponen los resultados de una extensa investigación acerca de la forma de operar de la NASA, demostrando como distorsiona y esconde sus descubrimientos de aparentes restos arqueológicos de una civilización de un lejano pasado alterando las fotos que ha publicado para hacer irreconocibles tales restos o dándoles explicaciones absurdas cuando es imposible esconderlos, como en el caso de la famosa "cara" de Marte (que mide varias millas). Todo sería fruto no solo de una constante política del Departamento de Defensa (que obliga a esconder cualquier descubrimiento relacionado con una eventual civilización extraterrestre) sino también -increíblemente- de la influencia de un par de sociedades secretas (que explican numerosas decisiones extrañas acerca de las operaciones de la agencia). ¡Obviamente, nada de esto es científico!
Es de esperar que las futuras expediciones de las agencia europea, china y otras así como los viajes de SpaceX para rodear la Luna pongan fin al menos al secreto sobre la realidad de nuestro satélite.


Pero el colmo es que han hecho todo lo posible por desacreditar a R. Hoagland en materia de teoría física, porque descubrió y mostró indicios de la nueva teoría en la planicie marciana de Cydonia (ya habría sido conocida hace milenios por otra civilización). Este es el caso, que parte ya a fines del Siglo XIX:

En 1897, H.S.Hathaway tomó los escritos de Maxwell y, no pudiendo entender los cuaterniones que incluían sus fórmulas, las "simplificó" en una nueva edición del texto, que ha sido la que se ha utilizado en todo el siglo pasado, la obra original quedando inaccesible hasta hace poco. Todo el desarrollo de la física en el siglo XX se vió distorsionado y retrasado, hasta que se recuperó el original de Maxwell y se entendió el significado -y la importancia- de su concepción tetradimensional del espacio (¡o "hiperespacio", como asumido por la ciencia ficción!), que explica muchas aparentes "anomalías" energéticas en el sistema tridimensional.

Hoagland aplicó estos principios a la física para explicar el espectro infrarojo de los grandes planetas de nuestro sistema solar, que nadie entendía, pero los "expertos" de la NASA hicieron todo lo posible para negar estos descubrimientos. Incluso si se rechaza la teoría tetradimensional, lo cual sería bastante difícil para un matemático serio, lo ocurrido con Hoagland llama la atención por la campaña de la NASA en su contra.

Fuente: Hoagland, R. & Bara, M.: Dark mission, 2°Ed., Port Townsend (WA), Feral House, 2009.

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