“Ya en 10.000 a.C, mucho antes del Mesolítico, se transportaban cuentas de conchas perforadas a seiscientos kilómetros de su punto de origen. Con el tiempo se formaron redes regulares de intercambio que unían cerebros invisibles locales con cerebros invisibles lejanos." (Wright: 65)
El telégrafo fue el primero en eliminar la indispensable necesidad del cartero y luego el teléfono reintrodujo una forma de presencia mutua esta vez a distancia. Las telecomunicaciones a la vez alargaron la distancia superable - sin necesidad de estar cara a cara - y la acortaron al permitir estar mutuamente presentes a pesar de una distancia de centenares o miles de kilómetros. Recordemos que, según el estudio de Eman Yasser Daraghmi y Shyan-Ming Yuan, publicado por la Universidad Chiao Tung de Taiwán, en los medios sociales solo son 3,9 los grados que separan a dos personas cualquiera en el mundo, porque cada una de las personas que participa relaciona de una forma u otra a sus contactos con segundas o terceras personas, que pueden a su vez interactuar y conocerse (FayerWayer, 31/10/2013).
El telégrafo también introdujo el uso de un teclado, algo que también, en forma más amplia, apareció en la máquina de escribir, que reemplazó la pluma para escribir cartas y todo tipo de texto, otro medio utilizado para las comunicaciones a distancia. Con el PC, el teclado modificó la generación de textos y luego las transmisiones y el acceso a la información, especialmente con la WWW.
"El texto, duplicado a gusto primero mediante la imprenta y ahora con las redes digitales, además de extender el acceso al conocimiento, introdujo el acceso al saber en una lógica mercantil y de consumo, afectando las relaciones humanas al generar diversos tipos de tensión en la sociedad: entre hombre y máquina, entre productor y consumidor, entre individuo y nación, etc." (Colle, 2016:26; más información en Colle, 2017)
La Teoría del Actor-Red (TAR) invita a evaluar el rol de los instrumentos de comunicación, es decir de las tecnologías, como actores de la misma. Dice que muchos objetos “hacen cosas” y es evidente en el caso de las herramientas de comunicación: "Cualquier cosa que modifica con su incidencia un estado de cosas es un actor" dice Latour (2008: 106). Los medios (instrumentos) de comunicación no solo determinan la acción que se puede realizar con ellos sino también son muchas veces mediadores activos, es decir, con el potencial para transformar las relaciones, en cuyo caso se han de considerar como actores no-humanos de la red que forman quienes se comunican. Podemos ver aparecer así un ensamblado de interacciones “distribuidas en otros puntos del espacio y el tiempo, que han sido introducidas en la escena a través de las retransmisiones de varios actores no humanos” (Latour, 2008: 277).
En la clásica trilogía emisor-medio-receptor, podemos observar una enorme variación de los medios... y, también, la multiplicación de éstos. Y, Marshall McLuhan llegó a titular un libro como "El medio es el masaje" (1988), concluyendo que los medios han remodelado y reestructurado los patrones de la interdependencia social y todos los aspectos de la vida privada. Es algo que, como lo hace la TAR, el Papa Francisco nos invita justamente a tomar en cuenta: el medio transforma a quienes los usan. "La tecnología nace con un propósito y, en su impacto en la sociedad humana, representa siempre una forma de orden en las relaciones sociales y una disposición de poder que habilita a alguien a realizar determinadas acciones impidiéndoselo a otros." (Papa Francisco)
Las redes sociales sufrieron una transformación considerable cuando el teléfono celular pudo utilizar una "app" como Facebook. Desde entonces los términos "redes sociales" se utilizan esencialmente, en español, para designar las redes virtuales formadas usando este tipo de medio de comunicación ("social media" en inglés). Con ellos, según los estudios, no se trata primordialmente de obtener o intercambiar información, sino de participar, de ser parte de la red.
En noviembre de 2007 las redes sociales superaron por primera vez al correo electrónico en horas de uso. En julio de 2009 ya tenían mayor número de usuarios que el correo electrónico. En septiembre de 2010 se alcanzaron los 1.000 millones de usuarios, la mitad de ellos en Facebook (Castells: 143). Esta situación está alterando la estructura de las relaciones a nivel mundial.
Las redes sociales “acercan” a las personas más de lo que estaban anteriormente y también permiten a cada persona formar diferentes grupos de contactos y círculos de diferente nivel de compromiso personal. Como señalé en mi libro "Ser digital o ser humano"
"Los miembros de una familia tendrán normalmente entre sí vínculos fuertes y recíprocos. Los líderes de opinión y estrellas del espectáculo o del deporte tienen miles de “seguidores”, con relaciones unilaterales (ellos no conocen ni “siguen” a sus seguidores), y éstas pueden ser “fuertes” (p.ej. los fieles católicos que siguen al papa) o débiles (como los que “siguen” a una empresa en Facebook o Instagram).
Tradicionalmente, las personas encontraban apoyo social en redes pequeñas como la familia, los amigos, las iglesias, el barrio, el club y las comunidades locales. Con el auge del acceso a internet y, en particular, de las redes sociales, ha surgido un nuevo sistema social, un “individualismo en red” (networked individualism) como lo han llamado L.Rainie y B.Wellman. De esta manera, cada individuo obtiene ahora un tipo distinto de soporte a través de redes más fragmentadas y con vínculos más débiles." (Colle, 2016: 77)
Los vínculos débiles de las redes sociales pueden generar una “coordinación social” como la que influyó en la “primavera árabe”, o también movimientos de opinión que pueden o no lograr un determinado objetivo, o simples reuniones semi-masivas como las "flash-mob". Pueden acercar y unir pero también alejar y crear conflictos al facilitar la difusión del odio.
Hace poco fuimos testigos del poder de la tecnología, que permitió que cera de 200.000 personas se reunieran en Roma y varios millones por los medios digitales para asistir al funeral del papa Francisco y a la elección de León XIV.Los nuevos medios, con el apoyo de la inteligencia artificial (IA), pueden afectar aún más nuestra existencia, como subrayó el papa Francisco:
"Si en el pasado, los seres humanos que utilizaron herramientas simples vieron su existencia modelada por estos últimos —el cuchillo les permitió sobrevivir al frío pero también desarrollar el arte de la guerra—, ahora que los seres humanos han modelado un instrumento complejo, verán que este modelará aún más su existencia." (Papa Francisco, 2024)
El tejido social se ve transformado por la integración de la tecnología digital a nuestra vida: "La tecnología se vuelve parte del tejido mismo de la sociedad. [...] Una dificultad relevante es que esta integración avanza más rápido que nuestra capacidad de regularla." (Inzunza)
Quizás más que otras tecnologías la IA ha de ser considerada como un "agente" o actor en los términos planteados por la teoría del actor-red y su influencia "se hace sentir a nivel global en una amplia gama de sectores, incluidas las relaciones personales, la educación, el trabajo, el arte, la sanidad, el derecho, la guerra y las relaciones internacionales", señalan los prefectos de dos dicasterios romanos (Fernández y Tolentino, #4). Esta tecnología "representa una forma de poder que redefine las relaciones entre las personas", como dijo hace unos meses a la revista Wired Paolo Benanti, franciscano, estudioso de la Ética de la Tecnología y profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana. (Cantone)
Paolo Benanti va incluso más lejos, haciendo notar que los avances tecnológicos no solo afectan las relaciones sino que llevan a hacer preguntas sobre el propio ser humano: la IA "supone una transformación radical de nuestra comprensión de la realidad y de nosotros mismos. [...] Ahora que la tecnología se asemeja o imita a la persona, nos cuestionamos qué significa ser humano. Es como si cada día asistiéramos a un gran enfrentamiento entre una máquina cada vez más humanizada y un hombre cada vez más mecanizado." (en I.Santa María)
El papa Francisco se ha alegrado por los avances tecnológicos:
"Somos los herederos de dos siglos de enormes olas de cambio: el motor a vapor, el ferrocarril, el telégrafo, la electricidad, el automóvil, el avión, las industrias químicas, la medicina moderna, la informática y, más recientemente, la revolución digital, la robótica, las biotecnologías y las nanotecnologías. Es justo alegrarse ante estos avances, y entusiasmarse frente a las amplias posibilidades que nos abren estas constantes novedades, porque «la ciencia y la tecnología son un maravilloso producto de la creatividad humana donada por Dios." (Laudato Si, Papa Francisco 2015: #102)
Pero también ha señalado que "el poderío tecnológico nos pone en una encrucijada" y que la tecnología afecta otras relaciones: "La tecnología (...) de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros" (Laudato Si, #20). Y acusa que "La alianza entre la economía y la tecnología termina dejando afuera lo que no forma parte de sus intereses inmediatos." (ibidem, #54)
"Hay que reconocer que los objetos producto de la técnica no son neutros, porque crean un entramado que termina condicionando los estilos de vida y orientan las posibilidades sociales en la línea de los intereses de determinados grupos de poder. Ciertas elecciones, que parecen puramente instrumentales, en realidad son elecciones acerca de la vida social que se quiere desarrollar. (ibidem, #107)
"Hoy el paradigma tecnocrático se ha vuelto tan dominante que es muy difícil prescindir de sus recursos, y más difícil todavía es utilizarlos sin ser dominados por su lógica. Se volvió contracultural elegir un estilo de vida con objetivos que puedan ser al menos en parte independientes de la técnica, de sus costos y de su poder globalizador y masificador." (#108)
"La humanidad se ha modificado profundamente, y la sumatoria de constantes novedades consagra una fugacidad que nos arrastra por la superficie, en una única dirección. Se hace difícil detenernos para recuperar la profundidad de la vida." (#113)
“Que la tecnología no te quite la ternura, la sensibilidad, ni los afectos”,
decía José Mujica, el expresidente uruguayo recién fallecido.
Referencias
Cantone, S.: Cómo podría influir el pontificado de León XIV en la economía mundial, Euronews, 18/05/2025.
Castells, M. (2014): La Era de la Información: La Sociedad Red, Alianza Editorial.
Colle, R. (2015): Ser digital o ser humano, INCOM-Chile, 2a edición (revisada) 2018.
Colle, R. (2016): Sistémica de los medios de comunicación en la era de las redes, INCOM-Chile.
Colle, R. (2017): Redes inteligentes - El poder de la comunicación, de las células a la sociedad global, INCOM-Chile. Versión liviana (solo texto). Versión integral ilustrada disponible con el autor.
Fernández, V.M. y Tolentino de Mendonça, J. (2025): Antiqua et nova. Nota sobre la relación entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana, Dicasterio para la Doctrina de la Fe y del Dicasterio para la Cultura y la Educación, Vaticano.
Inzunza, A. (2025): El internet ya no es solo una red, es la infraestructura del presente, Radio Biobio, 320/05/2025.
Latour, B.(2008): Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires, Manantial.
McLuhan, M. y Fiore, Q. (1988): El medio es el masaje. Un inventario de efectos, Paidós.