viernes, 3 de diciembre de 2021

¿Quién es el que piensa y sabe?

 Decir que "el cerebro piensa" es una falacia que consiste en adjudicar a la parte atributos que, en realidad, pertenecen al todo. Lamentablemente la neurociencia - y especialmente la divulgación de sus descubrimientos por parte de no especialistas -, ha llevado a reproducir muchas veces ese tipo de falencia.

"El lector estará de acuerdo en que sus pies no caminan, sino que es usted quien camina empleando sus pies. De igual forma, no es su cerebro el que piensa, recuerda, odia o ama, sino que es usted quien hace todo esto utilizando su cerebro.[...] No debe olvidarse que el cerebro depende, a su vez, de otros órganos para su subsistencia y funcionamiento." (Muñoz y Bernácer)

"El que sabe" también es el ser. En última instancia, el problema es el de la naturaleza del sujeto. ¿Pero, qué es el "yo"? Definirlo es complejo. Implica tanto une reflexión filosófica como estudios de neurofisiología. Y, por último, se trata del problema de la naturaleza de la mente.

"Sabemos que nuestra mente y nuestro cerebro están conectados, pero después de miles de años de observación y cientos de años de investigación, seguimos sin saber en qué consiste exactamente esta conexión." (Greyson, p.176)

Qué es lo que vincula una mente con un cerebro dado?  Bruce Lipton cree que es un "marcador de identidad" que queda inscrito en las células: "En la superficie de nuestras células existe una familia de receptores de identidad que distinguen a unos individuos de otros. [...] Leen una señal del «yo» que no existe en el interior de las células, sino que procede del medio externo. [...] Mi «yo», existe en el entorno tanto si mi cuerpo está presente como si no. [...] Cuando mi cuerpo físico muera, la emisión continuará." (Lipton, pp.258, 259, 260). Estos receptores, que están en la membrana, captan señales que no son solamente químicas: también pueden ser eléctricas y magnéticas, por lo cual  "el comportamiento biológico puede ser controlado por fuerzas invisibles, entre las que se incluyen los pensamientos". (ibidem, p.112).

Cardu acumuló argumentos que muestran que el pensamiento y las funciones subjetivas corresponden a un nivel claramente diferente del biológico, quizás producto de la sinergía del sistema operando como totalidad. 

Entre los estudios que han permitido conocer mejor esto se encuentran los relativos a las experiencias cercanas a la muerte (ECM). Muchos de estos estudios llevan a creer que el cerebro no es la base de la consciencia, sino un filtro que analiza percepciones y nos permite tomar conciencia de ellas. Quienes han tenido una ECM dan cuenta de ciertas capacidades extraordinarias de la mente, aparentemente totalmente separada del cerebro, algo que hasta ahora carece de explicación.

Bruce Greyson, profesor de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, ha esudiado científicamente centenares de casos de ECM durante más de 40 años. Señala que, incluso en casos de alucinaciones parecidas a las ECM, se observa una disminución de la actividad cerebral y no un aumento, e incluso personas con cerebros "devastados por enfermedades neurológicas", pueden momentáneamente "recuperar su capacidad cognitiva sin que hasta ahora pueda explicarse ese brote de lucidez con un cerebro no operativo" (Martínez de la Fe, 2021a). 

Pero incluso el cerebro parece innecesario: es un "hecho comprobado de que organismos sin neuronas son capaces de actividades cognitivas simples, como la memoria o el aprendizaje. De alguna forma, se puede pensar sin tener un cerebro." (Martínez de la Fe, 2021c).

"Las asociaciones entre actividad cerebral y función mental no significan necesariamente que sea la actividad eléctrica del cerebro la que provoque los pensamientos o sentimientos. Quizás sea el pensamiento el que provoque la actividad eléctrica del cerebro." (Greyson, p.178)

"La mente también puede ser una función del cerebro en el mismo sentido en que las teclas de un órgano hacen música." (William james, citado por Greyson, p.181)

"Un número creciente de científicos de todo el mundo está descubriendo que el modelo antiguo - el que propone que la mente depende por completo del cerebro - es inadecuado. [...] El cerebro funciona como un filtro que bloquea la información que el cuerpo no necesita para sobrevivir y selecciona, de todos los pensamientos y recuerdos  almacenados en la mente solo la información que el cuerpo necesita." (Greyson, pp.188 y 190)

¡Nótese: "recuerdos almacenados en la mente"! Los recuerdos no estarían almacenados en el cerebro. El cerebro es un instrumento de acceso. Pero, entonces, ¿donde está la memoria? La opinión mayoritaria de los nenrofisiólogos, actualmente, es que se reparte por todo el cerebro, y algunos agregan también el resto del cuerpo. Sin embargo, existen potentes indicios de que podría estar "más allá", como indica Greyson y empiezan a pensar otros especialistas.

"Una investigación realizada en 2017 en la Universidad de Virginia, que consultó a 122 personas que habían experimentado ECM, descubrió que los recuerdos de esas vivencias eran mucho más potentes que cualquier experiencia vivida o que cualquier producto de la imaginación." (Martínez de la Fe, 2021a). La interpretación más frecuente es que se trataría de "una integración corporal multisensorial perturbada" (ibidem), pero existen testimonios que hacen dudar de tal interpretación, en particular la del neurólogo Eben Alexandex, que estuvo una semana en coma total, sin ningún actividad cerebral detectable, pero recordó perfectamente su "viaje" al cielo después de despertar. Es absolutamente imposible que este "recuerdo" haya sido extraído de las conexiones de sus neuronas (según la teoría ortodoxa de la memoria), ya que no funcionaban. Los casos recopilados y descritos por el doctor Raymond Moody van en el mismo sentido y el reciente libro de Bruce Greyson también.

La neurofisiología considera que el sistema nervioso central - en particular el cerebro - se va modificando en función de las experiencias: es la "ontogenia", que permite al sujeto interactuar en forma adecuada con su entorno  (cfr. Maturana y Varela, pp.116-117). Pero esto significa, en el nuevo modelo del cerebro entendido como filtro, que el filtro es el que se adapta; son "cambios estructurales" y no necesariamente cambios de contenidos, los cuales pueden seguir acumulándose. El filtro cerebral no es estático e inmutable: puede ser entrenado para "afinar" los sentidos e incluso recoger, por ejemplo, información de tipo espiritual, como han mostrado los místicos. Cómo se relacionan los procesos fisiológicos con la consciencia que podemos tener del significado de lo percibido o pensado es algo que, hasta ahora, no tiene explicación. "Es indispensable notar que la experiencia de la propia consciencia supera la capacidad semiótica. En esta experiencia hay algo de inefable, algo que es imposible verter en el lenguaje, algo ligado a lo que somos en lo más profundo de nuestro ser." (Colle, p.37)

Los estudios con técnicas de neuroimágenes sugieren que los perceptos llegan al córtex sensorial, donde guardan  cierta relación topológica con los patrones detectados por los órganos de percepción, pero nada permite creer que la memoria, sostén del conocimiento, se constituye de la misma forma ni que existen "lugares" específicos donde se "guardan" los conocimientos. La memoria se relacionaría esencialmente con el fortalecimiento o debilitamiento de las sinapsis (muchas y en muchos lugares), acompañadas de alteraciones proteínicas en las neuronas (cfr. Damasio, pp.124-126). Pero esto no significa que ahí "se conservan" los recuerdos: ésta es solo una interpretación, anterior a la nueva concepción del cerebro entendido como instrumento y filtro al servicio de la mente en nuestra condición de vida actual. (Corrijo aquí lo que escribí acerca de la memoria en mi libro "¿Ser digital o ser humano?", donde desconocía esta nueva concepción de la relación entre el cerebro y la mente). Podemos seguir comparando el cerebro con el procesador (CPU) de un computador, y puede tener una suerte de RAM (memoria de trabajo), pero es más probable que la memoria real forme parte de la mente, fuera del cerebro.

Podría incluso - y esto es una hipótesis quizás un poco extravagante - formar parte de una "nube" universal, donde se reúnan todos los recuerdos de las diversas mentes. Pero "A lo largo de nuestra historia existen ejemplos de cosas que fueron tildadas de irreales - y, por lo tanto, no susceptibles de ser sometidas a un estudio científico -, y cuya existencia quedó posteriormente demostrado." (Greyson, p.138) Las ECM y algunas otras experiencias de "viaje fuera del cuerpo" parecen mostrar que existe una memoria "externa", que se mantiene aunque el cerebro no esté funcionando y a la cual accede cuando vuelve a operar total o parcialmente. Esto podría explicar también cómo, en los sueños - como señala Greyson -, podemos "recordar" algunas experiencias que no son nuestras, o sea - posiblemente - tener acceso a experiencias de terceros.

A la consciencia, extracorporal según múltiples tradiciones e hipótesis incluso formuladas por científicos, correspondería también una memoria extracorporal, que podríamos comparar a la "nube" digital, a la cual podríamos acceder en situaciones particulares, fuera de nuestra experiencia diurna ordinaria. Esto explicaría igualmente la concepción induísta de la reencarnación. 

Por otra parte, el cortex cuenta con neuronas cuyas dendritas (sus receptores) apuntan hacia el exterior del cerebro. Nadie ha podido descubrir que es lo que pueden captar, y bien podrían ser la conexión con esta "memoria en la nube".

La raíz de los fenómenos mentales (y de la consciencia) ha de estar en las “leyes que gobiernan el universo”, aunque –probablemente– en leyes que estamos muy lejos de conocer aún. Es lo que planteó Roger Penrose en su obra “Las sombras de la mente” (“Shadows of the Mind”), que cree que, incluso, las leyes de la mente pueden formar parte de leyes físicas aún desconocidas: "Incluso si las leyes físicas que gobiernan la acción del cuerpo dejan a la mente la latitud de afectar a su vez el comportamiento del cuerpo, dicha latitud es necesariamente también un componente importante de estas mismas leyes físicas.” (Penrose, pp.201-202) 

"No importa lo sólidamente fundamentado que creamos que está nuestra visión del mundo, debemos estar dispuestos a repensarla si aparecen nuevas pruebas  que la cuestionan." (Greyson, p.37)

Referencias

Alexander, E. (2013): La prueba del cielo, Santiago de Chile, Planeta.

Cardu, B. (1996): Neuropsychologie du cerveau, París, De Boeck Université.

Colle, R. (2016): La ciencia y el espíritu: Científicos en busca del alma, PDF en ISSUU; PDF en Academia.edu.

Damasio, A. (1996): El error de Descartes, Santiago, A.Bello.

Edelman, G. (1992): Biologie de la conscience, Paris, Odile Jacob.

Greyson, B. (2021): After: A Doctor Explores What Near-Death Experiences Reveal About Life and Beyond, St. Martin's Essentials. En español: Después de la muerte, Vergara.

Lipton, B. (2010): La biología de la creencia, Madrid, Gaia Ediciones (The Biology of Belief, 2005).

Martínez de la Fe, E. (2021a): La consciencia no dependería del cerebro, Tendencias21.

Martínez de la Fe, E. (2021b): La consciencia no sería solo individual y privada, sino también grupal, Tendencias21. 

Martínez de la Fe, E. (2021c): Frenesí científico por destapar el misterio de la consciencia, Tendencias21, 18/11/2021. https://tendencias21.levante-emv.com/frenesi-cientifico-por-destapar-el-misterio-de-la-consciencia.html

Maturana, H. y Varela, F. (1984): El árbol del conocimiento, Santiago de Chile, OEA.

Moody, R. (2001): Life after Life, Nueva York, HarperCollins.

Muñoz, J.M. y Bernácer, J. (2021): Nuestro cerebro no piensa (y el de usted, tampoco),  The Conversation. 2/11/2021. 

Penrose, R. (1994): Shadows of the Mind: A Search for the Missing Science of Consciousness. (Versión utilizada: Les ombres de l'esprit, Paris, InterEditions, 1995)

Shehata, M. et al (2021): Team flow is a unique brain state associated with enhanced information integration and inter-brain synchrony, eNeuro 4 October 2021, ENEURO.0133-21.2021; DOI: https://doi.org/10.1523/ENEURO.0133-21.2021


martes, 2 de noviembre de 2021

Una visión diferente de la comunicación: Simondon

En el post pasado, he presentado a Gilbert Simondon y sus conceptos relativos a los objetos, presentes en su obra "El modo de existencia de los objetos". Pero Simondon también abordó la problemática general de la comunicación en diversos textos, cursos y conferencias que han sido reunidos en la obra "Comunicación e información".

Su enfoque, muy original para la época (años 1960), es enciclopédico y multidisciplinario, abarcando desde la física hasta la biología y desde la materia hasta el colectivo humano. Se inserta así en una corriente de pensamiento que considera toda la evolución, donde lo relativo al hombre es llamado "individuación" (algo también presente en las obras de Teilhard de Chardin).

Esto significa que considera la comunicación como un fenómeno que no es exclusivo del ser humano, sino presente desde la vida vegetal. Así, analiza incluso la sensibilidad de las plantas a los cambios en su entorno (pp.187ss.). Y son estos cambios externos los portadores de información, que producen cambios en el receptor.

Antes de seguir, debemos considerar cómo concibe la información:

"La información no es una cosa, sino la operación de una cosa que llega a un sistema y que produce allí una transformación. La información no puede definirse más allá de este acto de incidencia transformadora y de la operación de recepción. No es el emisor el que hace que una estructura sea información, puesto que una estructura puede comportarse como información por relación a un receptor dado sin haber sido compuesto por un emisor individualizado y organizado; algunos impulsos provenientes de un fenómeno de azar pueden activar un receptor determinado tan bien como si provinieran de un emisor." (p.139)

Es información, por lo tanto, lo que transforma un sistema receptor. Podemos encontrar conceptos similares en lo que Osmo Wiio, en textos de 1973 y 1981, incluyó en su definición y análisis de la información, igualmente basada en el concepto de sistema, de la transformación de éste y del papel de la energía, Wiio proponiendo incluso un método de cuantificación de la información recibida.

La información "penetra" por vía de la percepción y produce algún tipo de modificación en el receptor, que afecta su futuro:

"La realidad local, el receptor, es modificada en su devenir por la realidad incidente, y esta modificación de la realidad local por la realidad incidente es la función de información. Es virtualmente receptor toda realidad que no posee enteramente por sí misma la determinación del curso de su devenir. Esta condición es realizada si el receptor no es completamente un sistema, es decir si por una parte, posee un nivel de organización elevado, con aislamientos internos y una distribución no aleatoria de sus elementos que le permitan encerrar una energía potencial capaz de operar transformaciones futuras, y si, por otra parte, el cambio de estado posible por la actuación de la energía potencial no depende de factores internos, locales; el receptor es una realidad que es autónoma desde el punto de vista energético, ya que posee energía potencial (energía de estado) capaz de asegurar transformaciones, de alimentarlas; pero el receptor solo es efectivamente un receptor si es heterónomo desde el punto de vista de la causa que desencadena las transformaciones, siendo esta causa desencadenante un aporte de energía incidente, eventualmente tan débil como se la quiera." (Simondon, p.140)

Al concepto de sistema agrega el de sistemas acoplados, en este caso del receptor y del emisor:

"El concepto físico de los sistemas acoplados -aplicado a un receptor y a un emisor supuestos- no permite dar cuenta con precisión de la función de información: la débil energía incidente de la señal no entra directamente en tratos con la energía potencial del receptor; no se añade a ella, no se sustrae de ella, no se recobra en el trabajo producido a la salida del receptor que se acaba por un efector; actúa como "causa ocasional", y puede iniciar el cambio de estado del receptor mediante una modificación de la estructura de los aislamientos internos del receptor, sin añadir nada a su energía potencial." (p.140)

Aquí aparecen consideraciones asociadas al concepto de energía (bien conocido en la neurofisiología). Y propone que existen dos tipos de energía: una interna, propia del receptor, y una asociada a la información (y, por lo tanto, externa). Así, una de las funciones del ser humano es la modulación de la información. Entiende que el proceso de comunicación supone esta doble entrada. La energía propia del receptor es la asociada a su motivación, y la salida hacia los órganos efectores implica una modulación de esta energía por parte de la información. Esta modulación existiría desde el reino vegetal hasta el dominio social.

"El esquema de la amplificación moduladora puede ser transpuesto en el dominio biológico y también en el dominio social; permite dar cuenta de los funcionamientos en los cuales se estabiliza un proceso, a pesar de las variaciones aleatorias de la carga, a través de una información que exprese el nivel del efecto sobre la carga y que controle el régimen del modulador en función de dicho nivel. La autorregulación es por otra parte solo un caso particular del funcionamiento de la amplificación moduladora. Ese caso es interesante ya que produce efectos de estabilización en el devenir, a pesar de las fluctuaciones del nivel de carga; estos efectos de homeostasis se vuelven a encontrar en los organismos, sea en los organismos vivientes como en los cuerpos sociales. Allí también interviene en cada caso una constante de tiempo característica del campo; la autorregulación solo puede tener lugar si el retorno de información de la salida a la entrada es corto por relación a la duración media de una perturbación aleatoria de la carga que se trata de corregir." (Simondon, p.153)

La salida es entonces "el efecto producido al término de la transformación de la energía potencial del estado metaestable desencadenada por la incidencia de la información" (p.141)

Siendo su referencia la evolución del ser humano, era lógico que Simondon considerara la comunicación del mismo modo que las ciencias cognitivas, que colocan el receptor en el centro del proceso y de su análisis, evitando el esquema emisor->receptor. (Es lo que también asumí y demostré en mi obra de 2002 "Teoría cognitiva sistémica de la comunicación"). Y sitúa los procesos de comunicación como parte inherente del desarrollo del ser humano.


Referencias

Simondon (2010): Communication et information. París: Presses Universitaires de France. (Comunicación e Informacion, Editorial CACTUS.

Wiio, O. (1973): System Models of Information, Communication and Mass Communication, Paper, Annual Meeting of the Institute of Contemporary Arts, Montreal. 

-  (1981): What is Information. A Conceptual Analysis of Some Basic Words, Paper, Institute of Contemporary Arts Meating, Minneapolis.

martes, 26 de octubre de 2021

Más sobre los objetos y sus relaciones

 Es interesante de descubrir que, años antes de que Bruno Latour desarrollara su teoría (en los años 80), otro autor, Gilbert Simondon,  había abordado el tema de las relaciones entre los hombres y los objetos, considerando el rol de "traducción" de los objetos y que los seres humanos se desarrollan a través de "operaciones". Sus trabajos pasaron prácticamente desapercibidos y hubo que esperar que pasara el año 2000 para que sean recuperados, reeditados y comentados.

Gilbert Simondon (1924-1989) es un pensador francés que desarrolló su pensamiento en los años 50 y 60 del siglo pasado y que se reveló más tarde como "un autor de vanguardia e imprescindible para explicar esa relación tan estrecha entre individuo y tecnología en la que vivimos actualmente" (Ramírez, p.91). En esa época hubo poco interés por los estudios sobre la técnica y su relación con el mundo social. Pero todo cambió con el nuevo siglo y el auge de las nuevas tecnologías, donde Simondon volvió a ser estudiado, aunque quizás menos que Gabriel Tarde y Bruno Latour.

Leer y comprender a Simondon puede ser complicado: "requiere conocimientos previos, al menos con respecto al estudio de la ontología, la cibernética, la técnica, filosofía del conocimiento, y psicología", pero arroja "una visión amplia sobre las relaciones entre técnica, ciencia, cultura y biología" (Ramírez, p.94). Simondon consideraba que una "ciencia de los objetos técnicos" (sugerida ya por Jacques Lafitte en 1932) debería dilucidar cómo los objetos se consolidan como un vínculo entre el hombre y el mundo (ibidem, p.100).

Los objetos relacionan dos polos: los seres humanos y la naturaleza.

"La normatividad técnica siempre es dominada por su relación con el medio natural, y no puede ser comprendida en su totalidad por la normatividad social establecida a través de las prácticas. Pero si bien ambos sistemas normativos están en fricción constante, es mediante la presencia de ambos procesos (biológico y técnico) en que es posible la existencia de la cultura." (Ramírez, p.95)

El objeto técnico nace y se desarrolla desde algo primitivo en un proceso de especialización, diferenciación y adaptación al medio. "Las entidades técnicas cambian a través de la convergencia y la adaptación, y se unifican internamente en un sistema de resonancia intrínseco." (ibidem, p.100).

Correlativamente, para Simondon, "el individuo no es una sustancia o una forma dada" y su ontología "puede ser descrita como la teoría de las operaciones o del cambio" (ibidem, p.102). Tiene, en cierto modo, una concepción evolutiva del ser humano, que llama "individuación", desde la materia hasta lo mental,  culminando en lo colectivo. "Es a través de la mediación de los objetos técnicos que la relación interhumana es creada formándose de esta manera un modelo de transinvidualidad, en otras palabras, una relación indisoluble entre el hombre y la máquina." (ibidem)

"Para Simondon, la relación que el hombre mantiene con sus máquinas asume la forma de una transducción [...] La transducción tiene algo de transmisión y otro tanto de traducción, algo de un desplazamiento en el espacio y en el tiempo y otro tanto de paso de un registro a otro; sólo que se trata de un transporte donde lo transportado resulta transformado." (P.Rodríguez, Prólogo de la obra de Simondon "El modo de existencia de los objetos", p.13). 

Así, tanto en su concepción de los objetos como de los hombres, se acerca mucho a la concepción de Bruno Latour: "Todo es el fruto de un entramado de relaciones." (Ramírez, 102)

Llama también nuestra atención que la segunda de las tres partes de su obra "Del modo de existencia de los objetos técnicos" es un comentario de la obra de Norbert Wiener, padre de la cibernética, asegurando que la cibernética introduce nuevas relaciones y obliga a concebir de otra forma la organización:

"La Cibernética otorga al hombre un nuevo tipo de mayoría, la que penetra las relaciones de autoridad distribuyéndose en el cuerpo social, y descubre, más allá de la madurez de la razón, la reflexión que da, además de la libertad de actuar, el poder de crear la organización instituyendo la teleología. A través de ello, la finalidad y la organización, al poder ser pensadas y creadas racionalmente, puesto que se convierten en materias de técnicas, ya no son razones últimas, superiores, capaces de justificar todo: si la finalidad se convierte en objeto de técnica, existe un más allá de la finalidad en la ética; la Cibernética, en este sentido, libera al hombre del prestigio incondicional de la idea de finalidad. El hombre se liberaba, a través de la técnica, de la coacción social; a través de la tecnología de la información, se convierte en creador de esta organización de solidaridad que anteriormente lo apresaba; la etapa del enciclopedismo técnico solamente puede ser provisoria; convoca a aquella del enciclopedismo tecnológico, que la consuma dando al individuo una posibilidad de volver a lo social que cambia de estatuto, y se convierte en objeto de una construcción organizadora en lugar de ser la aceptación de algo dado valorizado o combatido, pero que subsiste con sus caracteres primitivos, exteriores a la actividad del hombre." (Simondon, 123-124)

Con esto parece coincidir también con Latour en que la sociedad no es algo dado y que se impone sino algo que se construye constantemente a través de las relaciones, cada vez más mediadas por instrumentos técnicos, los cuales -agrega- sufren una constante evolución, adecuándose al medio y modificando a su vez el medio. Asume, incluso, el concepto de red.

"El mundo es más que la mera suma de individuos. De esta manera vivimos en una red donde lo pre-individual, ese estado de metástasis, tiene su lugar e importancia. Pero Simondon no sólo da una gran importancia a la relación entre el individuo y la red, sino también, como se ha mencionado anteriormente, los objetos no son simples cosas, sino creaciones con un objetivo más o menos definido y que no ocupan un mero espacio en el medio, sino que también contribuyen a su creación." (Ramírez, p.101) 

Simondon también aborda la relación entre técnica y cultura, pero no es lo que nos interesa aquí. Otros autores también han tratado el tema de los objetos en la perspectiva de la sociología de la cultura o en una crítica de la sociedad de consumo, como es el caso de Jean Baudrillard en "El sistema de los objetos" (1968).

El tema del objeto como mediador también aparece en la obra "Teoría de los objetos", de Abraham Moles (1973).  Empieza su libro señalando este rol del objeto (p.11, versión española). También sitúa al objeto en medio de la relación hombre-entorno, relación "representada por el conocido circuito reactivo mensaje-acción" (p.12).

"El objeto interviene aquí visiblemente; en primer lugar, como prolongación del acto humano: utensilio, instrumento que debe insertarse en una praxis. Inmediatamente después, el objeto interviene como sistema de elementos sensibles que se opone a los fantasmas del ser y es lanzado contra nuestros ojos y nuestros sentidos; es barrera y realidad." (Moles, p.13)

Para dar cuenta de los funciones de los objetos, es necesario considerar las situaciones (estáticas o dinámicas), los actos y los conjuntos de objetos que median entre las situaciones y los actos (pp.14 y 21). 

"El papel fundamental del objeto es resolver o modificar una situación mediante un acto en el que se le utilice (raíz de las palabras utensilio y útil). Este aparece —y es ya un primer sentido— como mediador entre el hombre y el mundo. El objeto, inicialmente prolongación del acto humano en una funcionalidad esencial, utensilio generalizado (la casa de Gropius: máquina para ser habitada), se separa de esta inserción en la acción para acceder al rango de parte del Umwelt, transformándose luego en elemento del sistema, en condicionamiento del ser humano por el entorno." (p.15)

Tenemos, por lo tanto, otra visión que coincide en parte con lo aportado por Bruno Latour, que Moles desconoce porque su obra le es anterior, a diferencia de la de Simondon, que sí cita, mientras Latour parece desconocer las obras de Moles y de Simondon. La mayor parte de la obra de Moles se enfoca en propuestas de clasificación, análisis de variados tipos de objetos y de su relación con los valores y el tiempo. 

Pero puede ayudar al trabajo con la TAR la definición que hace de los tipos de relación del hombre con los objetos. Distingue:

  •  el modo ascético: objetos que se rechazan, desconfiando de su atracción;
  •  el modo hedonista: que busca la maximización del placer que produce su posesión;
  •  el modo agresivo: requerirlos para cazar, para destruir;
  •  el modo adquisitivo - el más corriente - : objetos que pasan a formar parte habitual de las posesiones "que son la esencia de sí mismo", siendo el hombre "el centro geométrico de esas posesiones";
  •  el modo estético: "motor del amante del arte";
  •  el modo surrealista: "basado en la disposición externa de los objetos y las formas";
  •  la relación funcionalista: "en la que los objetos existen exclusivamente a partir de su papel", y postula la "inserción de la pareja hombre/objeto en una trama de acciones recíprocas y extendidas a toda una red social";
  •  la relación kitsch: seudofuncionalista, ligada a la adquisitividad funcional y estética "en un sistema de consumo global en el que la acumulación y la multiplicidad juegan un papel esencial" (Moles, pp.178-180).

Finaliza definiendo el objeto como "un elemento móvil y artificial del mundo circundante, fabricado por el hombre, accesible a la percepción y destacable de su entorno" (p.181).


Referencias

Moles, A. (1973): Théorie des objets. París, Editions Universitaires. (Teoría de los objetos, Barcelona, G.Gili, 1974)

Simondon, G.  El modo de existencia de los objetos técnicos, Prometeo Editores, 2008. 

Ramírez, D. (2017): Gilbert Simondon y la ontología de los objetos técnicos, en Ramirez, J. y Morquecho, A.C., "Repensar a los teóricos de la sociedad III", Universidad de Guadalajara, pp.91-107.



martes, 19 de octubre de 2021

Los instrumentos en la teoría del actor-red

En el post anterior hice una breve descripción de un plan de aplicación de la teoría del actor-red. Aquí, desarrollaré más el tema de los objetos a considerar, especialmente los instrumentos utilizados. Recordemos primero qué se entiende por "actor".

Un "actor" es alguien que actúa y puede tener más de un rol. Incluso podría no ser una persona: existen objetos que producen efectos y han de ser considerados en las relaciones. “Si un actor no provoca efecto alguno no es un actor.” (Latour, 2008: 189). Un actor puede señalar, como causa de su actuación, un organismo, normas, una ideología, algún objeto o incluso el destino: mientras se trate de algo abstracto, es una agencia, y cuando se le da figuración, es un actante. Se debe tratar de individualizar el actante y se podrá, eventualmente, descubrir en él un nuevo actor.

Aquí un ejemplo, analizado:

El 25 de junio, un corte de suministro eléctrico me impidió seguir escribiendo el texto que preparaba sobre el uso de la TAR. La lluvia provocó un desperfecto en un transformador de la compañía de electricidad. Los operarios de la compañía repararon la falla. El suministro depende por lo tanto, donde vivo, del clima. 

1. Actor 1: el autor 

  Acción: escribir 

  Instrumento (intermediario): PC con SO Windows y aplicación Word

  Traducción: este texto

  Actante: electricidad

  Efecto (resultado): texto 

2. Actor 2: lluvia (de la agencia "clima") 

  Mediador: empresa eléctrica, con sus operarios (actores 3)

  Intermediarios: tendido eléctrico, transformador 

  Efecto: corte de suministro; detención del trabajo de escritura. 

La TAR pone mucho énfasis en la consideración de los objetos, los instrumentos y la tecnología, por cuanto condicionan incontables acciones. He aquí un ejemplo dado por Latour:

 “Si uno ve los supermercados de este modo, adquiere prominencia un desconcertante conjunto de dispositivos, los cuales cuentan con la capacidad de darnos la posibilidad de realizar cálculos de un modo un poco más competente. Incluso cuando se tiene que tomar la decisión mundana de cuál jamón en rodajas escoger, uno se beneficia de docenas de instrumentos de medida que lo equipan para convertirse en consumidor: etiquetas, marcas, códigos de barra, cadenas de pesos y medidas, índices, precios, publicaciones para consumidores, conversaciones con otros compradores, publicidad, etc. La cuestión crucial es que mantendremos esta capacidad mental y cognitiva mientras nos suscribamos a este equipamiento. No lo llevamos con nosotros, no es de nuestra propiedad.” (Latour, 2008: 298)

Los objetos tienen la virtud de establecer relaciones: se transforman en herramientas en cuanto son utilizados por alguien, o bien sirven directamente para afirmar relaciones, como cuando son regalos. Pueden hasta representar toda una cultura y su uso marcar una importante evolución cultural, como magníficamente expresado en el inicio del film "2001 Odisea del Espacio": un hueso es utilizado por un simio para matar a un enemigo (se transforma en arma y sugiere la aparición de la guerra), pero luego es lanzado hacia el cielo, y se transforma en una nave espacial: ¡toda le evolución de la tecnología resumida en un par de escenas!

Cada una de las tecnologías de hoy que tendemos habitualmente a pasar por alto resulta indispensable para que actuemos y cada una tiene una historia que sería posible rastrear, lo cual no quiere decir que sea indispensable hacerlo: dependerá del objetivo de la investigación, pero lo correcto sería al menos señalarla.

 “Incluso el amor tiene que tener su vehículo, sus técnicas específicas, sus conductos, su equipamiento, tanto como una sala de operaciones, un alto mando o una fábrica.” (ibidem: 302)

La consideración de los medios técnicos de comunicación, instrumentos de las mediaciones, puede llevar a algunas complicaciones. Es necesario recordar que, como ya lo sugirió Marshall McLuhan ("El medio es el mensaje"), el medio influye en la percepción del mensaje y puede tener diferentes efectos en diferentes receptores. No es idéntico, decía, el impacto de un periódico, de una radio, de un canal de televisión (o, hoy, de medios sociales). Pero, a diferencia de los estudios de la influencia de estos medios "en la sociedad", la TAR solo considera el impacto en cada actor. ¿Qué medio(s) se utiliza en una determinada mediación, para una determinada traducción? A este nivel, quizás pueda ser considerada la diferencia que planteó McLuhan entre medios "fríos" (que impulsan la participación) y medios "calientes" (que la reducen), aunque la convergencia actual de los medios, especialmente en la web, en las llamadas formas "transmediales", puede estar difuminando esta diferencia. En todo caso, estudiar el efecto del medio independientemente del contenido (sin descartar éste) aparece como necesario aunque, quizás, difícil, en particular porque, ahora, un mismo contenido puede ser obtenido a través de diferentes instrumentos (PC, teléfono. televisor) y canales.  Y no se puede olvidar que, debido a los medios sociales, un actor particular puede transformarse en emisor masivo. ¿A cuantos receptores llega? ¿Produce algún efecto? ¡Nuevas preguntas que surgen en la realidad actual de las comunicaciones!

En un próximo post volveré sobre el tema de los objetos, ampliando - más allá de ella - la perspectiva propia de la TAR.


Referencias

Colle, R. (2021): La Teoría del Actor-Red y su posible uso en la investigación de las comunicaciones. Academia.edu.

Latour, B. (2008): Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires, Manantial.

Latour, B. (2010): Avoir ou ne pas avoir de réseau: that’s the question, in Madeleine Akrich et al., Débordements. Mélanges offerts à Michel Callon, Presses de l’Ecole des Mines, pp. 257-268.


Un ejemplo de uso de la TAR en un caso particular:

Devenin, V., Henríquez, G. (2011): Narrativas tecnológicas: Un ejemplo de aplicación de la sociología de las asociaciones, Cinta de Moebio, núm. 41, septiembre, 2011, pp. 167-18.  

martes, 12 de octubre de 2021

El "actor-red": Plan de investigación

 Abordaré aquí brevemente el tema del plan de investigación de acuerdo a la teorías del actor-red. Latour sugería las siguientes etapas:

    1. nombrar el  actor;

    2. obtener la lista de sus relaciones (considerando quienes actúan sobre él y sobre quienes él actúa);

    3. a medida que las agregamos, verificar si alguna comienza a sufrir modificaciones debido a la presencia de las otras;

    4. finalmente "sabremos" realmente quien (o que) es ese actor.

Como dice Latour, hemos de estudiar las mediaciones una a una: son las etapas 2 y 3 que han de repetirse cada vez. No se trata, por lo tanto, solo de identificar personas conectadas sino éstas en función de las acciones ("traducciones") que realizan y que influyen en terceros.


Para cada actor, lo primero sería preguntarle de quienes recibe comunicaciones que le llevan a tomar alguna decisión y luego una acción ("Mediación 1" en el gráfico adjunto). Y hemos de identificar la información y los instrumentos involucrados (describir la mediación). Luego le preguntaremos, tanto a él como a sus contactos, qué hace. Buscamos, por lo tanto, primero quiénes influyen en el actor y sólo en un momento posterior trataremos de averiguar sobre quiénes actúa éste y logra cambios.

En este gráfico, en la “Mediación 2” se muestra cómo se puede indicar que existen múltiples traducciones, instrumentos y efectos sin crear una figura para cada uno. Obviamente se debe explicitar en el texto. Algunos de los instrumentos señalados en primera instancia podrán transformarse en actantes, debiendo ser estudiados en forma particular con las relaciones que les corresponden.

No olvidemos que los instrumentos utilizados determinan las acciones que es posible realizar. Pueden ser tanto intermediarios como mediadores e incluso ser lo uno y lo otro, como en el caso del teléfono: cuando alguien me llama, el teléfono "actúa" sobre mí al sonar y activa mi comportamiento de respuesta (“descolgar”): sigue siendo un intermediario (la causa predice el efecto) pero, una vez "descolgado", se vuelve agente mediador (no sabemos previamente cual será el efecto). Lo mismo ocurre si recibimos notificaciones en nuestro smartphone.

En un próximo post abordaré más en detalle este tema de los instrumentos.

Referencias

Colle, R. (2021): La Teoría del Actor-Red y su posible uso en la investigación de las comunicaciones. Academia.edu

Latour, B. (2008): Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires, Manantial.

Latour, B. (2010): Avoir ou ne pas avoir de réseau: that’s the question, in Madeleine Akrich et al. (sous la direction de) Débordements. Mélanges offerts à Michel Callon, Presses de l’Ecole des Mines, pp. 257-268.




lunes, 4 de octubre de 2021

TAR y sistémica en el análisis de organizaciones

 En mi post anterior  recordé que la teoría del actor-red se centra en las acciones de las personas y que analizar una organización supone considerar a las personas que lo conforman, y, por lo tanto, multiplicar el estudio de las acciones de todas las personas que lo conforman. Ésto puede llevar a un estudio muy extenso y muy complejo. ¿Es posible superar la dificultad que implica encuestar todas las personas que conforman una gran organización? No si se desea utilizar la metodología de la TAR en forma estricta y exhaustiva.

Como señalan Magdalena Day (2019: 70) y varios otros autores, la teoría del actor–red se sitúa en el polo “agencia” de lo que en sociología se conoce como el eje "agencia-estructura". Pero tanto Day (2019: 73) como Latour admiten que la TAR mantiene relaciones con la sistémica y que ambas pueden ser combinadas, al menos desde un punto de vista morfológico.

En mi "Sistémica de los Medios de Comunicación", adopté esta perspectiva para presentar, muy escuetamente, lo que la TAR puede aportar al análisis sistémico. Y sugiero ahora utilizar el análisis sistémico, complementado con un enfoque de actor-red como método para analizar organizaciones complejas.

¿Cómo lograr esta combinación? Recordemos que el análisis sistémico obliga a percibir cualquier objeto como parte de un todo, como relacionado con un entorno, e implica descender de lo más general a los más particular, aplicando el modelo de la "caja negra" con sus entradas y salidas, partiendo - en este caso -  de la organización como un todo, tratando de identificar sus entradas y salidas para luego pasar a analizar los procesos que realiza. La sistémica coloca en segundo plano la identificación de los objetos mediante definición orgánica, siendo lo primero la identificación de los procesos en los cuales están implicados.

Aquí, se entra a distinguir los componentes internos sobre la base de los procesos, es decir de las acciones que corresponden a cada función. Se percibe claramente aquí una posible combinación con la TAR.

El análisis implica realizar lo que se llama habitualmente “una partición”: reconocer múltiples procesos, correspondientes a varios subsistemas (ver gráfico). Deberemos posiblemente realizar varias particiones, identificando los subsistemas de los subsistemas, en forma escalonada. Se parte de la hipótesis de que un sistema se compone de otros sistemas más simples, llamados “elementos”, que son también procesadores (cajas negras), cada uno de los cuales es a su vez definido por su comportamiento en relación con los demás. Parte importante del estudio y modelización de un sistema se transforma en la investigación de las relaciones entre procesadores y en la construcción y caracterización de la red que los une.


Dado que la TAR no considera las estructuras, para combinar lo mejor posible su enfoque con el análisis sistémico, hemos de llegar al nivel de las personas pero, para evitar las encuestas a todas estas, mi sugerencia es considerar las funciones (roles) como actores-red. Se puede llegar así a una amplia descripción de las redes de mediaciones presentes en la organización. Recordemos el principio básico: “el actor es la lista de sus relaciones más las transformaciones que cada uno de los elementos de esta lista ha sufrido al estar cerca o con ocasión de dicha relación” (Latour, 2010: 3).

Ha de quedar claro que sugiero utilizar las orientaciones de la TAR como complemento del análisis sistémico. Aportará más precisiones y detalles a éste, y llevará a considerar el rol de los objetos (instrumentos, etc.) en las mediaciones. Pero, por lo tanto, no estaremos ante una aplicación ortodoxa de la TAR, sino solo ante un análisis sistémico más refinado.

Referencias

Colle, R. (2021): La Teoría del Actor-Red y su posible uso en la investigación de las comunicaciones, Academia.edu. 

Colle, R. (2017): Sistémica de los medios de comunicación en la era de las redes, INCOM-Chile.

Day, M. (2019): El concepto de red en Manuel Castells y Bruno Latour,  Universidad Nacional de Cuyo. 

Latour, B. (2010): “Avoir ou ne pas avoir de réseau: that’s the question”, en M. Akrich et al., Débordements. Mélanges offerts à Michel Callon, Presses de l’Ecole des Mines, 2010, pp. 257–268. 


lunes, 27 de septiembre de 2021

El "actor-red": La red y sus límites

 Ya abordé la teoría del actor-red en dos posts anteriores. También he publicado en Academia.edu una guía para su uso en la investigación de las comunicaciones.

Para quienes no han ledído esta guía, quiero abordar en algunos nuevos posts los conceptos princiales y aspectos importantes para la realización de una investigación basada en ellos.


Conceptos claves

1. El actor

"Un actor es un conjunto de relaciones", dice Latour, porque, en una acción, el ser humano “nunca está solo” y es por esta razón que se habla de actor-red (2008: 70). Todas nuestras relaciones influyen en lo que somos. El actor-red es el producto de la acción de otros y puede, a su vez, actuar sobre otros. Identificar -describir- estos otros y su influencia es el objetivo de la "encuesta" (como llama Latour a la investigación).

Pero considerar solamente a las personas no es suficiente y la TAR insiste en la importancia del entramado formado por la asociación de actores no humanos, humanos e híbridos. Así, hay artefactos y fenómenos naturales que, también, pueden tener efectos relevantes en los actores. Es especialmente útil, en nuestra época, para tener en cuenta el rol de la ciencia y la tecnología, de lo que nos ha hecho tomar conciencia el uso de los smartphones. “Cualquier cosa que modifica con su incidencia un estado de cosas es un actor." (Latour, 2008: 106)

2. Acción, traducción y mediación

La acción es más que su relato. La TAR quiere entender cómo, con qué instrumentos, con qué maquinaria y en qué condiciones se realiza para lograr su objetivo. 

Las acciones, operaciones, tácticas y estrategias que un actor o un actante despliega para realizar un proyecto y que producen cierto efecto se "traducen" en formas concretas: "un pedazo de papel, un informe, un relato, un mapa, ...” (ibidem: 316).

Lo que produce esta "traducción" es la "mediación" (el uso de un medio). El mediador traduce, distorsiona, transforma y modifica el significado de lo que transporta, es decir, siempre produce una transformación (ibidem: 63).

El problema por resolver en la investigación para identificar el actor en su red es a través de qué mediaciones vamos a seguir las traducciones en un campo específico, para describir el actor que deseamos conocer (ibidem: 65).

La red y sus límites

1. En torno a una persona

Al centrarse en una determinada persona, el investigador debería identificar las acciones que realiza, y ésto supone definir un cuando y donde. En principio, plantea Latour, es "aquí y ahora". El "aquí" puede ser bastante claro: donde se desempeña el actor. El "ahora" es menos claro: ¿una hora, un día, un mes? Depende de los objetivos de la investigación, pero lo normal sería considerar las actividades habituales del sujeto en el campo que interesa al investigador. Es evidentemente imposible considerar cada una de las acciones que se realizan en cada momento. Aquí, dos enfoques son posibles: considerar la vida personal (privada) o la vida profesional. Obviamente no son inseparables, pero el objetivo de la investigación nos hará elegir uno u otro. Y al considerar las acciones que le corresponden podremos ver aparecer las conexiones relevantes entre una y otra parte de la vida del sujeto.

La pregunta inicial es siempre acerca de quienes influyen en el sujeto (le hacen o hicieron cambiar) y en quiénes influye activamente. Recordando que la TAR no se refiere a la historia sino a la actualidad, si bien podemos revisar su biografía, solo importan quienes aún hoy pueden influir en sus decisiones. Lo mismo vale para quienes pueden ser influídos por él, pero no hemos de llegar a ellos mediante una investigación de su entorno sino preguntándole directamente en quienes observa cambios producto de su influencia; solo a éstos prestaremos atención.

2. En torno a su red de relaciones

Los smartphones han introducido un nuevo sistema de relaciones sociales que hace surgir también preguntas acerca de los límites. “La gente abraza más a su celular que a su familia” tituló la web Unocero, el 18 de junio 2021, basándose en un estudio realizado por la tecnológica HMD: 

 “Hoy hay usuarios que aceptan tener más contacto con sus equipos móviles que con sus seres humanos cercanos. [...] Las personas pasan 3.5 horas al día tocando de alguna forma su smartphone, lo cual es más de lo que admiten estar en contacto con sus seres queridos, como su familia. En promedio, el documento revela, que los usuarios de estos equipos mensajean o interactúan con al menos 11 personas diferentes al día por medio de su celular y que a la semana pasan 80 minutos en videollamadas. Además 51% de los participantes de este estudio dice confiar más en su teléfono inteligente que en su memoria.” (Chávez, 2021)

Incluir a cada contacto y cada acción introduciría una enorme dificultad. El modo de reducir esta dificultad consiste en tener en cuenta la regla de los efectos: ¿cuáles son los que afectan el comportamiento del sujeto bajo estudio? Y, en cuanto a quienes lo "siguen", deberíamos preguntarle de cuáles observa reacciones y limitarnos a éstos.

3. En un organismo

Analizar un organismo supone considerar a las personas que lo conforman (y, por lo tanto, multiplicar el trabajo antes señalado). El principal trabajo consiste en buscar las formas de coordinación y control, los voceros o controladores:

 “Tiene que haber voceros que "hablen a favor de" la existencia del grupo, voceros que a veces hablan mucho [...]. Todos necesitan personas que definan lo que son, lo que deberían ser, lo que han sido. [...] Ningún rebaño de ovejas sin un pastor..., y su perro, su cayado, sus pilas de certificados de vacunación, su montaña de papelerío para obtener subsidios.” (Latour, 2008: 53)

Esto significa considerar cada mediación, las acciones y sus efectos y, en cada una, las traducciones correspondientes. Al abordar cada actor, encontraremos relaciones "ad intra" y "ad extra". Solo una vez esclarecido el panorama interno podemos pasar a considerar los actores externos, sin olvidar que este mismo análisis nos puede llevar a revisar las definiciones de los actores internos.

Y no podemos olvidar los objetos, el equipamiento y las normas que hacen posible el funcionamiento del organismo.

Habrá preguntas que afectan de algún modo el conjunto, pero debemos, a partir de ellas, deducir las agencias y los actores. Algunos ejemplos: ¿Existen herramientas digitales de comunicación interna? ¿Predominan sobre la comunicación "en vivo" o son complementarias? ¿La pandemia ha llevado a establecer el teletrabajo? ¿En forma transitoria o permanente? ¡Muchas otras preguntas pueden hacerse en este ámbito! ¿Existe un sistema de vigilancia? Algunas empresas llegan al punto de no dejar entrar empleados si no sonríen, como es el caso de las oficinas de Canon en China, para "ayudar a las personas a relajarse y mejorar el ambiente laboral" después de la pandemia, denunciado en el Financial Times. (Unocero, 17/06/2021).

Hay que recordar que "la teoría del actor red invierte la dirección de la relación entre institución y acción, es decir, son las acciones las que definen la forma de las instituciones." (Pozas, 2015, p.3)

Referencias

Chávez, G. (2021): La gente abraza más a su celular que a su familia, Unocero.

Colle, R. (2021): La Teoría del Actor-Red y su posible uso en la investigación de las comunicaciones. Academia.edu

Latour, B. (2008): Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires, Manantial.

Latour, B. (2010): Avoir ou ne pas avoir de réseau: that’s the question, in Madeleine Akrich et al. (sous la direction de) Débordements. Mélanges offerts à Michel Callon, Presses de l’Ecole des Mines, pp. 257-268.

Pozas, M. (2015). En busca del actor en la Teoria del Actor Red, Acta Académica

lunes, 20 de septiembre de 2021

La vocación ecologista de la teoría del Actor-red

 En un post pasado hice una breve presentación de la teoría del actor-red y, hace unos días, publiqué en Academia.edu una guía para su uso en la investigación de las comunicaciones.

Uno de los aspectos en que Bruno Latour insiste mucho en ello, es la importancia de considerar los "actores no humanos". Muchos objetos “hacen cosas”: los cuchillos cortan la carne, los cronogramas ordenan actividades, las etiquetas muestran los precios en el supermercados, etc. Nos ha de quedar muy claro, hoy, con las computadoras y los teléfonos inteligentes.

“Cualquier cosa que modifica con su incidencia un estado de cosas es un actor o, si no tiene figuración aún, un actante. Por lo tanto las preguntas que deben plantearse sobre cualquier agente son simplemente las siguientes: ¿Incide de algún modo en el curso de la acción de otro agente o no? ¿Hay alguna prueba que permita que alguien detecte esta incidencia? La respuesta de sentido común debería ser un "sí" resonante.”  (Latour, 2008, p.106)

Pero no son los únicos agentes externos que pueden causar nuestras acciones (y transformaciones sociales). Menos comentados, a pesar de su importancia, son los fenómenos naturales, de los cuales somos mucho más conscientes hoy que cuando Latour escribió sus textos: la pandemia a modificado muchos comportamientos y el cambio climático también lo está exigiendo. Pero no podemos citar simplemente estos fenómenos globales como actores o actantes: es indispensable considerar y señalar cual influye específicamente, en el tiempo y el espacio de la investigación, en cada actor humano analizado, conforme a las reglas de la TAR. 

Ésto significa que la ecología es un elemento que una encuesta que siga la TAR no puede despreciar, aunque los factores ecológicos no intervendrán necesariamente en todos los casos.

Latour no habla prácticamente nada de esta dimensión ecológica en sus textos sobre la TAR pero le da una importancia fundamental en un libro de filosofía política titulado "Política de la naturaleza", donde analiza y replantea desde ese punto de vista el concepto (y la construcción) de la democracia.


Referencias

Latour, B. (2008): Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires, Manantial.

Latour, B. (1999): Politiques de la nature, Paris, La Découverte.


lunes, 16 de agosto de 2021

Consuma y cállese


Este era el título de un libro francés publicado en 1972, centrado sur las tácticas de promoción de las ventas y las eventuales posibles defensas, bastante limitadas en esa época.

La preocupación por la defensa de los consumidores apareció por primera vez, en los Estados Unidos, en 1910 (Priourait, en D.Pons, p.9). Pero ganó en importancia sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, momento en que - también - la producción masiva empezó a guiar el consumo, a la inversa de lo que ocurría anteriormente. Empezó igualmente el auge del mercadeo, con estudios de motivación, publicidad basada en la psicología, etc. Se tuvo que esperar la carta de derechos del consumidor, promulgada por J.F.Kennedy en 1962, para ver aparecer demandas contra fabricantes, y organizaciones de defensas de los consumidores (Priourait, en D.Pons, p.12). Poco a poco, otros países siguieron después.

En 1776, Adam Smith escribía que "el consumo ha de ser el único fin de toda producción" (Pons, p.17). John Keynes agregó, el siglo pasado, que "el consumo es el fin y el objeto de toda la actividad económica" (ibidem). Afirmaciones tan tajantes y amplias han sido moderadas desde entonces y el consumo es más frecuentemente entendido como "la satisfacción de necesidades". ¿Pero qué necesidades? Las hay "vitales", en que todos están de acuerdo, pero también muchas otras... y aquí surge el problema. Hay una multiplicidad de "agentes económicos", cada uno con necesidades diferentes. Y también diferentes - y controvertidas - fuentes de necesidades.

Algunas veces se establece una diferencia entre necesidad y aspiración o deseo. Hace cincuenta años, poseer un auto podía ser una aspiración para un latinoamericano común; hoy día es un deseo que las clases medias han podido satisfacer, llenando las calles de las ciudades a más no poder. Muchos de estos nuevos conductores lo considerarían una necesidad. Intervienen, por lo tanto, tanto factores económicos como psicológicos. Y, para la publicidad, aunque su objetivo sigue siendo convencer, su fin es servir a quienes pagan por ella y no a los consumidores. "Mala suerte si los intereses de unos no van a la par con los de los otros", dice Pons (p.23). "Lo que se necesita es que el consumidor consuma" (ibidem). 

El problema del consumidor actual es que no trata de ajustar su consumo a sus rentas sino sus rentas a su consumo, utilizando a destajo las facilidades de pago. ¿La razón? "Hoy, con menos del 10% de la población ubicando a la fe como algo indispensable en su vida, las normas han cambiado y en general abrazamos los placeres inmediatos, el disfrute de la vida", dice Javier Lacort  (Xataka, 8/08/2021). Y las tecnológicas - y otros productores o vendedores - lo aprovechan para incorporar el crédito a las compras: "Compre ahora y pague en 4 cuotas". Es "una estrategia más de la economía conductual para reducir el dolor", agrega Lacort. La Apple Card lo ofrece incluso para cualquier compra. Pero varios países intentan ponerle un freno por medio de la legislación, obligando a priorizar las compras a débito. Lamentablemente, el comprador tiende a olvidar los intereses y gastos anexos al crédito, que pueden hacer subir el precio real en 30% o más. Se deja fascinar por las facilidades de pago.

Pons hacía de los productores los reyes del sistema, con los publicistas y especialistas del mercadeo a su servicio. Por cierto, los fabricantes son los más interesados, pero la realidad digital ha permitido a importantes intermediarios "dar la batalla" por ellos y llegar a la "realeza": Amazon como vendedor y Google y Facebook como intermediarios para su publicidad. Y entran a "jugar" ahora los fabricantes de satélites, que pretenden usar el espacio para colocar publicidad. ¡SpaceX se alíó con una compañía canadiense para colocar anuncios en órbita! (Xataka, 10/08/2021)

La inversión publicitaria en Norteamérica se situaría por encima de los 319.000 millones de dólares en 2022; sería de 26.352 millones en Latinoamérica y 122.201 millones en Europa Occidental (Estatista, 4/08/2021). Mientras los medios tradicionales, combinados, registrarían un bajo crecimiento en los últimos años, habría sido muy superior en medios digitales. Amazon es el mayor anunciante del mundo, con 9.000 millones de euros (Marketing4ecommerce, 21/12/2020).

Según Socialbakers, la plataforma líder en marketing de redes sociales, el gasto publicitario en social media incrementó vertiginosamente en todo el mundo en 2020, del orden de 50% en el cuarto trimestre (en comparación con el año anterior). En ese período, 61,9% de todos los posts de marcas fueron publicados en Facebook y el alcance de sus anuncios aumentó 23%. La misma fuente señala una disminución generalizada en el uso de influenciadores en redes sociales y que las interacciones con marcas cayeron 5,4% en Facebook y 6,3% en Instagram aunque la popularidad de los vídeos creció (26,7% en Twitter, 4,6% en Facebook y 5,9% en Instagram) (Marketing News, 27/01/2021). Sin embargo, "de acuerdo con un reciente informe de eMarketer, el influencer marketing pegará un brinco del 33,6% a lo largo de este año en Estados Unidos", pero se desaceleraría en 2022 y 2023. Y las reseñas de productos hechas por ellos son las que gozan de más valor a ojos del consumidor. (Marketingdirecto.com, 14/08/2021).

Pero las recomendaciones o evaluaciones en las webs de los vendedores, tanto como en las cuentas de influenciadores requieren ser abordados con espíritu crítico. La compañía de ciberseguridad SafetyDetectives ha descubierto una red formada por más de 200.000 personas que publicaban reseñas con valoraciones de producto falsas en Amazon; conformó una base de datos con un total de 13.124.962 registros de datos, y con un peso de 7 GB. De poco le sirve a Amazon, al parecer, tener un equipo de investigadores y herramientas de machine learning que "analizan semanalmente más de 10 millones de reseñas", según declara (El Mundo, 11/05/2021).

Lamentablemente,  "si el usuario quiere denunciar esta publicidad engañosa, es difícil demostrar que esas reseñas son efectivamente falsas, ya que están hechas por varias personas reales". "Las empresas son esclavos de las estrellas, los clientes de las apariencias", dice Makarov. Desgraciadamente, "es muy usual acordarnos de dejar una reseña negativa cuando hemos tenido una mala experiencia en un local o servicio y pocas veces nos acordamos de dejar una buena reseña si nos ha gustado, cosa que a día de hoy puede marcar mucho la diferencia para un negocio." (ibidem).

Y estas evaluaciones pueden, a su vez, ser evaluadas: "Las personas pueden usar el portal de Fakespot que utiliza para ello la inteligencia artificial para analizar evaluaciones de productos en una serie de portales de compras electrónicas, entre ellos Amazon" (Jespersen). ¿Qué hacer si el producto no aparece en un portal independiente de evaluación? Buscar en varios lugares (webs de diversos vendedores), desconfiar de las "5 estrellas" (nadie es perfecto; pero un cliente contento las pondrá fácilmente), verificar que se habla del producto y no de la marca, dice Jespersen. También conviene buscar el nombre del reseñador: es muy ilustrativo si lo encontramos hablando de productos poco relacionados y residencia en diferentes ciudades, nos dice Makarov. "Ante la era de la desinformación y la publicidad encubierta, solo nos queda ser lo suficientemente perspicaces y desconfiados para revisar varias veces la información que nos encontramos en Internet." (Makarov)

Otro mecanismo de captura de clientes es la programación de aplicaciones exclusivas. Cada tienda, banco o empresa trata ahora de lograr que los usuarios de celulares descarguen sus "apps". Es una forma de obtener clientes cautivos. ¿Pero deberemos llenar las memorias de estos equipos de una cantidad cada vez mayor de aplicaciones poco útiles? La WWW tuvo la pretensión de "reunirlo todo", y este objetivo sigue siendo válido, más práctico y más económico en recursos digitales para el consumidor.

Todos estos nuevos recursos plantean otro problema: tienden a captar gran cantidad de datos de los usuarios, tal como ocurre con plataformas de redes sociales. Las reclamaciones contra Facebook por su escaso respeto por la privacidad, especialmente en su mecanismo de venta de publicidad, la han llevado - bajo la presión de diversos gobiernos - a examinar nuevas técnicas para ofrecer anuncios personalizados sin saber nada de las personas concretas que ven los avisos (Genbeta, 11/08/2021). Tanto la Unión Europea como el gobierno de Estados Unidos la obligan a avanzar en esta dirección.

Pero, gracias a los medios digitales, callarse ha dejado de ser inevitable. Las vías de protesta o reclamaciones se han multiplicado e incluso organismos nacionales vigilan el comportamiento de productores y publicistas.

A principios de agosto, el Servicio Nacional de Consumidor (Sernac, chileno), informó que 64% de las empresas que hicieron ventas por internet los "cyber days" mostraron comportamientos indebidos de presiones sobre los consumidores, tales como exigir datos personales detallados, falsas promociones, aumento de gastos al momento de pagar o pedir una compra rápida porque quedarían muy pocas unidades disponibles.

La defensa del consumidor no es tan simple y fácil como puede parecer, al menos en Chile. Salvo algunos éxitos en demandas colectivas, esencialmente por infracciones a las leyes anti-colusión, las reclamaciones individuales son mucho más difíciles porque, para el Sernac, cualquier respuesta de la empresa aludida es suficiente y es imposible contraargumentar. Así, ante un reclamo mío por el cobro indebido de un repuesto en la reparación de un aparato, la empresa contestó que yo "intentaba obtener un servicio gratuito". No acepté pagar y no me devolvió el aparato. La única forma de seguir reclamando era mediante un proceso en justicia, algo evidentemente más costoso. Un poco más eficiente es un sitio web de reclamos (Reclamos.cl, parecido a Trustpilot en Norteamérica), donde cada uno puede exponer su caso, el cual puede ser visto por todos: basta buscar el nombre de una empresa y aparecen todos los reclamos. Las empresas tienden a reaccionar mejor ante esta "anti-publicidad".

Algo parecido ocurre con las opiniones de compradores en algunos sitios de venta. Los juicios negativos se juntan con los positivos para cada producto, y cada eventual comprador puede hacer su propia evaluación, con estrellas y comentarios. Sin embargo, no se puede confiar siempre en las recomendaciones positivas: se ha denunciado que diversos productores pagaban por falsas evaluaciones positivas, tanto en los sitios de ventas como Amazon, como a influenciadores en redes sociales. Una agencia española ofrecía, en Twitter, hasta 2 euros por una reseña falsa en Google Maps, a través del programa Google Local Guides (que rechaza este tipo de práctica pero puede difícilmente controlarlas), pero cobran a la empresa favorecida entre 5,25  y 6 € por reseña (Makarov). Y no es el único caso, obviamente.

En conclusión, con la digitalización de las comunicaciones, la presión por consumir a aumentado, ocupando casi todos los canales posibles, y así también las posibilidades de expresar conformidad o disconformidad, aunque no -al parecer- de obtener algún tipo de reparación. Algunos retribuyen las falsedades y parecen escasos los premios por las expresiones de satisfacción.

Referencias

Jespersen, C. (2019): No crea todos los comentarios de productos que ve online , APnews, 18-04-2019. 

Lacort, J. (2021): Las tecnológicas están orientando su producto hacia un terreno pantanoso: el crédito fácil, Xataka

Makarov, A. (2019): Me pagan por hacer reviews falsas: así es el negocio que pone en duda la fiabilidad de las puntuaciones online, Xataka,  

Pons, D. (1972): Consomme et tais-toi, Paris, Epi.

jueves, 20 de mayo de 2021

El "actor-red" y las comunicaciones

Introduje la teoría del actor-red en mi libro "Sistémica de los medios de comunicación" (2017), limitándome a sus ideas centrales y aplicándola luego en forma muy básica para colocar a los diversos medios en el contexto de su red de relaciones. Pretendo, aquí, profundizar un poco más en su significado y metodología, traduciendo también los términos técnicos de esta teoría en términos mas comprensibles y habituales para los comunicadores.

La teoría del actor–red (Actor-Network Theory) es una teoría de la acción y de la estructura social así como un modelo investigativo que integra personas y artefactos técnicos y reconoce la importancia de la noción de sistema, por la cual un elemento concreto e individual no tiene significado si no se entiende en el conjunto de relaciones que mantiene con otros elementos del contexto.

El modelo del actor-red ha sido desarrollado en los años ochenta por Bruno Latour, Michael Callon y John Law. Es una teoría de la acción y de la estructura social que integra personas y artefactos técnicos, y reconoce la importancia de la noción de sistema, por la cual un elemento concreto e individual no tiene significado si no se entiende en el conjunto de relaciones que mantiene con otros elementos del contexto. En consecuencia, es también una teoría de la comunicación, con un componente sociológico y también tecnológico. Formulada muchos años antes del desarrollo de las redes digitales - y aún más de los "social media" - es evidente que, con estas redes, adquiere una importancia muy relevante para el estudio de las comunicaciones.

Podemos entender la idea central de esta teoría recurriendo al concepto de "acoplamiento social" de Maturana y Valera: no somos lo que somos sin nuestros intercambios con otros, y todas nuestras relaciones influyen en lo que somos. Conocernos, entonces, con cierto nivel de profundidad, implica conocer nuestras relaciones. El actor-red es el producto de la acción de otros y puede, a su vez, actuar sobre otros, pudiendo producirse también un bucle de retroalimentacion. Y múltiples elementos materiales, como los artefactos tecnológicos, juegan un rol importante en estas relaciones y en la concepción de "lo social" en esta teoría.

Frente a la "sociología clásica" se propone una "sociología de las asociaciones", que toma en cuenta no solo las personas involucradas sino aspectos tecnológicos, legales, organizativos, políticos y científicos. ¡Una organización no es sólo un conjunto humano (sus trabajadores y sus usuarios o clientes): es "un ensamblaje" que también un edificio (con su disposición espacial), un reglamento, procedimientos, aparatos (computadores y otros), funciones, metas, etc., cuyo estudio puede ser necesario!

"Todo ensamblaje socio-técnico, dice la teoría, debe considerarse como un plano de relaciones materiales transversales que unen varios aspectos heterogéneos del mundo, yendo de lo físico a lo político, y pasando por lo tecnológico, semiótico y psicológico." (Vaccari, p.2)
Los elementos de estos ensamblajes solo se describen y tienen en cuenta en función de su rol, no de su "ontología" (y los que demuestran tener alguna influencia han sido llamados "agencias"... ¡pero mejor olvidemos este nuevo término!). Pero no todos están de acuerdo en la necesidad de introducir este análisis detallado de estos "ensamblajes", que introduce numerosos problemas, aunque puede depender del caso bajo estudio (No es lo mismo estudiar, por ejemplo, un laboratorio que una institución social o política.)

La investigación del actor-red, dice Latour, conduce a registrar una sorpresa: "la que siente el investigador frente a la extensión de la lista de seres necesaria para mantener cualquier identidad". (Latour, 2010, p.4)

Algo que, inicialmente, puede parecer extraño en esta teoría es la aparente recursividad de sus deficiones: un actor se define en función de sus relaciones, o sea de su red de comunicaciones, y, a la vez, la red de relaciones es el conjunto de los actores que se relacionan. "Un actor es un conjunto de relaciones" es su principio básico. ¿Porque no limitarse, entonces, a analizar y describir las redes? Porque el actor es, en realidad, "algo más" que la lista de sus relaciones: es esa lista y además la transformación que "padece" la relación como producto de la comunicación. Este "añadido" es lo que Callon llamó una "traducción". El término “traducción” se aplica a las acciones, operaciones, tácticas y estrategias que un sujeto despliega para realizar un proyecto y producen un cierto efecto.

Si bien podemos decir, desde nuestro punto de vista de comunicadores, que es la comunicación (o, más bien, el acoplamiento, ya que puede no ser una comunicación en sentido tradicional) la que produce la "traducción", nos enfrentamos con otra terminología introducida por la teoría del actor-red (TAR): la llama "mediación". La investigación (llamada "encuesta") acerca de un actor y su red debe centrarse en esta mediaciones, que son la forma en que las traducciones se hacen perceptibles. Comentando esto, Bruno Latour, nos dice que el problema por resolver (identificar el actor en su red) es a través de qué mediaciones vamos a seguir las traducciones en un campo específico, para llegar a conocer el actor en su red.
"La encuesta comienza con la mediación, sigue o se enfila con las traducciones y se encuentra con una serie de sorpresas o pruebas en las que se ata y se desata la cuestión misma de los actores y su red." (Latour, p.3)
Puede parecer complejo, y lo es porque no dominamos el lenguaje técnico introducido (para distanciarse de términos habituales en la "sociología clásica"). Trataré de traducir la cita utilizando términos más comunes en teoría de la comunicación:
La investigación empieza con [la observación de] la comunicación - intercambios de mensajes y mecanismos utilizados -, sigue con los efectos en los sujetos (actores) y se encuentra con sorpresas o pruebas que resuelven el problema de la definición de los actores [en su relación] con su red.
Pero esta formulación es demasiado restrictiva: la emisión de un mensaje es una traducción, pero una traducción puede ser otra cosa, cualquier acción que afecte a otro. Además, el "sujeto" puede no ser humano y el "mensaje" puede no ser una expresión formal sino la significación propia de algún instrumento (Esto nos recuerda "el medio es el mensaje").

Solo se puede considerar definido el actor después de realizar la "encuesta" destinada a conocerlo en sus relaciones (Latour, p.8) Pero cuidado: no confundamos "actores" o "sujetos" con personas individuales: pueden serlo, pero también pueden ser instituciones e incluso artefactos técnicos. (Latour, Callon y Law estudiaron con su teoría, por ejemplo, por qué fracasaron los primeros vehículos eléctricos, por qué tuvieron éxito los rayos X, etc.).

La investigación debería determinar qué (o quién) se "acopla" a qué (o quién), mediante qué acción, con qué instrumento y qué efecto. Y, si queremos profundizar más, podemos preguntar cómo se usa el instrumento, si su uso tiene un significado particular y, si es un medio de comunicación, cuáles son sus contenidos. Es propio de esta encuesta descubrir cantidad de elementos imprevistos necesarios para el surgimiento o institucionalización de un hecho científico o de cualquier dispositivo técnico en medio de las relaciones (p.4).

Un serio problema para el investigador es que las relaciones pueden cambiar a partir de una u otra acción. En efecto, "cambiar cualquiera de las relaciones, cambia necesariamente la definición de lo que actúa ya que la acción nunca es otra cosa que la competencia que ofrece la multitud de socios". "Es necesario tener en cuenta a) el movimiento de la encuesta, b) el tiempo, c) la propia tecnología que da acceso a la situación" (Latour, p.7).

Latour propone las siguientes etapas: 1. nombramos el  actor; 2. obtenemos la lista de sus relaciones; 3. a medida que las agregamos, cada una comienza a sufrir modificaciones debido a la presencia de las otras [que debemos revisar]; 4. finalmente "sabremos" realmente quien (o que) es ese actor. En los pasos 2 y 3  aparecen, evidentemente, otros actores, que también interactúan y deben definirse para estar seguro de conocer bien su influencia sobre el actor principal. Algunos autores han hablado de "esfera de relaciones". Se deberá decidir cuántas "capas" de relaciones considerar en esta esfera (como las capas de una cebolla). Y está permitido combinar aspectos particulares de una sociedad o grupo (red) con aspectos generales de la misma, y pasar de un nivel de explicación a otro según las "alianzas" que tejen entre sí los actores.

Sobretodo, no olvidemos las transformaciones ("traducciones") y mediaciones en esta descripción. "No hay nada de simple en ésto. Es como una imagen que se descompone en miles de pixeles para ser transmitida y se recompone luego en una sola imagen en el extremo opuesto del mundo." (p.9)

La metodología incluye la revisión de la bibliografía (textos científicos) sobre los actores considerados, con técnicas de cienciometría (estudio de impacto, mapeo de citas, productividad autoral o institucional, etc.) para evaluarlos, así como su análisis semiótico y evaluación cualitativa de las fuentes.

Los autores de la teoría no recurrieron a la visualización grafica, considerando que al utilizar un gráfico de red (como en la "teoría de grafos" o la representación de redes de comunicación) el actor-red sólo se definiría "como un punto sin espesor definido estrictamente por la lista de sus enlaces" Latour, (p.5). Faltaría ahí el "espesor" necesario, que muestre su actividad, "su interior y su exterior", sus traducciones.

Estimo sin embargo, aunque Callon lo pueda considerar erróneo,que  la visualización gráfica podría ser una herramienta muy útil, entendiéndola como una ayuda visual que se puede utilizar en múltiples niveles y formas, como se hace en el análisis sistémico (y como mostré en mi "Sistémica de los medios de comunicación"). La sistemografía, además de la gráfica de redes, puede socorrer al investigador, permitiendo representar (sintéticamente) componentes, contenidos y acciones.  La dinámica, los cambios a medida que avanza la encuesta, es lo que hace difícil la graficación (Latour admite, sin embargo, que existen hoy técnicas que podrían permitirlo) pero, a mi juicio, no tenemos por que graficar a cada paso, o podemos hacer un borrador y modificarlo a medida, para presentar luego solamente el producto final (El tiempo siempre ha de detenerse en algún momento).

Nota: Bruno Latour es antropólogo, sociólogo y filósofo, y uno de los porta-voces más destacados de la teoría del actor-red. Se ha centrado sobretodo en el estudio de los mecanimos de relación entre los actores que colaboran en la creación de dispositivos técnicos (estudio de la tecnología y de su relación con el desarrollo de las sociedades y la realidad moral y política).
La mayoría de los teóricos del actor-red dan gran importancia a los sistemas tecnológicos y el laboratorio científico es un tema privilegiado.


Referencias
Colle, R. (2017): Sistémica de los medios de comunicación en la era de las redes, INCOM-Chile.

Latour, B. (2010): Avoir ou ne pas avoir de réseau: that’s the question, in Madeleine Akrich et al. (sous la direction de) Débordements. Mélanges offerts à Michel Callon, Presses de l’Ecole des Mines, pp. 257-268.

Vaccari, A. (2008): Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red, Revista CTS, nº 11, vol. 4, Julio de 2008.

El texto más completo y reciente de B. Latour en español es "Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red", Buenos Aires, Manantial, 2008, 390p.

martes, 11 de mayo de 2021

La mente y el conocimiento

 El conocimiento es algo asociado a la mente, expresión del contenido de la memoria, que es parte del cerebro. Así, explicar la naturaleza del conocimiento depende de cómo explicamos la naturaleza y el funcionamiento de la mente.

Según K Wilber, hay tres modalidades de conocimiento: el “ojo de la carne” o empirismo, el “ojo de la mente” o racionalismo y el “ojo de la contemplación” o misticismo. La ciencia moderna, desgraciadamente, pretende que esta tercera modalidad carece de validez.

Antes de la Era Moderna, las grandes tradiciones y la filosofía dominante consideraban que "la realidad está constituida por un tejido de niveles interrelacionados –que van desde la materia hasta el cuerpo y, desde éste, hasta la mente, el alma y el espíritu–, en el que cada nivel superior «envuelve» o «engloba» las dimensiones precedentes". (Wilber, p.19)

Desde el Siglo XVII, se sucedieron varias propuestas filosóficas: empirismo, racionalismo, idealismo, positivismo, fenomenología. Finalmente, la ciencia moderna ha preferido el positivismo. Para éste, la ciencia parte de la observación de los fenómenos y, a partir de ellos, intenta explicarlos elaborando teorías que reúnen leyes generales. Rechaza toda búsqueda de propiedades ocultas: solo admite “lo real” observado. Pero quizás sea una concepción demasiado estrecha de la ciencia, porque es esencialmente materialista y el conocimiento engloba sin duda dimensiones que escapan a la metodología positivista.

La ciencia moderna (positivista) nos puede decir mucho sobre el reino sensorial, un poco sobre el reino mental y nada sobre el reino contemplativo. Pero ha pretendido erróneamente que solo lo medible puede ser objeto de conocimiento científico. Muchos científicos que pretenden estudiar la conciencia afirman de partida que no existe nada fuera del mundo material, lo cual es un prejuicio ajeno al espíritu científico.

 "La miseria de la modernidad, en consecuencia, consistió en la reducción de todas las dimensiones interiores (del «yo» y del «nosotros») a superficies exteriores (a «ellos» objetivos), lo cual, obviamente, destruye por completo toda dimensión interior." (Wilber, p.81)

Recuperar una visión más integral del ser humano y de la naturaleza del conocimiento implica superar el materialismo y el monismo. El materialismo es una doctrina según la cual los hechos físicos acerca del mundo agotan todos los hechos, los hechos psicológicos explicándose a partir de los hechos biológicos, y éstos a partir de los hechos físicos, y para el monismo solo existe esta realidad física. Un buen número de científicos son materialistas y monistas: para ellos el mundo es un sistema cerrado y todo debe poder ser explicado a partir de las leyes que gobiernan el mundo material.

Pero es difícil considerar la experiencia mental (la conciencia) como un hecho puramente físico. Algunos científicos quieren explicarlo hablando de “emergencia” de nuevas propiedades a medida que un sistema se vuelve más complejo. Esto sigue siendo un enfoque funcionalista, que explica las operaciones cerebrales en el nivel biofísico, pero no aclara nada en cuanto a la naturaleza de la conciencia y de la mente.

La alternativa clásica ha sido, desde Platón, el dualismo, que separa el mundo de las ideas (y el pensamiento) del de la materia (como el cuerpo, el cerebro). Hay otro tipo de dualismo, según el cual la concienca sería una característica del mundo, más allá de sus características físicas, pero sin ser una “sustancia” aparte. Es, a nuestro parecer, lo que invoca Edgar Morin cuando rechaza tanto el monismo como el dualismo y propone el “unidualismo”, que también se podría considerar como una forma de monismo (no materialista en este caso) si se considera que lo físico y lo fenoménico se toman como dos aspectos diferentes de la realidad. El unidualismo es lo que la tradición cristiana ha predicado acerca del ser humano: “En el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza”. (Catecismo de la Iglesia Católica, 1992, n°365).

Gracias a la conciencia, tenemos acceso a nosotros mismos y, así, a la parte de la realidad de la que somos hechos. Tenemos acceso y dominamos las mismas características espacio–temporales y organizativas que dominan gran parte de lo real y, por lo tanto, si bien puede haber una realidad que escapa a estos caracteres, tenemos acceso y podemos dominar toda la “realidad perceptible y concebible”, que es con la cual compartimos características comunes. Ésto porque nuestras estructuras cognitivas son el producto de estas características del mundo. El aparato cognitivo se desarrolló en el mundo reconstruyendo el mundo dentro de sí y a partir de las características de este mundo que no es meramente material.

En esta perspectiva, la ciencia tendría que aceptar que existen propiedades y leyes fundamentales del universo que no hemos podido descifrar aún pero que, en principio, podrían explicar la superveniencia de la conciencia en los seres humanos aún después de la muerte.

El conocimiento científico, en consecuencia, se puede extender más allá de lo que permiten las reglas del empirismo y del positivismo. No hay razón alguna para limitar la ciencia a las realidades materiales ya que el método científico es aplicable más allá de éstas. El "interior de las cosas" (como lo llama Teilhard de Chardin) no es medible pero tiene valor y significado. Y pueden existir métodos que permiten descubrir y asentar esta “otra” realidad.

La verdadera actitud científica es la apertura a los desafíos y a la revisión permanente de “lo establecido”, por cuanto el progreso del conocimiento lleva constantemente a revisar lo acumulado en el pasado. Rehusarse a considerar la dimensión espiritual del mundo, del ser humano y del conocimiento mismo no es una actitud científica.

“El error del empirismo estrecho reside en su fracaso en advertir que, además de la experiencia sensorial, también existe una experiencia mental y una experiencia espiritual. El error de los kuhnianos consiste en su fracaso en darse cuenta de que las prescripciones no sólo se aplican a la ciencia sensoriomotora sino a todo tipo de conocimiento válido. Y el error de los popperianos reside en el intento de circunscribir la falsabilidad a datos únicamente sensoriales, con lo cual el criterio del conocimiento mental y espiritual –«falsable por los datos sensoriales»– rechaza de entrada de modo implícito e ilegítimo esas modalidades, cuando lo cierto es que los malos datos de esos dominios son realmente falsables, ¡pero sólo recurriendo a datos adicionales procedentes de esos dominios, no a datos de los dominios inferiores!” (Wilber, p.197)

 “La ciencia puede convivir pacíficamente con las modalidades del conocimiento espiritual.” (Wilber, p.31)

Si las ciencias sociales pueden basarse en observaciones no-experimentales, las ciencias de la mente pueden basarse en observaciones de experiencias mentales. No es científico descartar a priori estas experiencias.

Referencia
Colle, R. (2016): La ciencia y el espíritu, Autoedición, Santiago de Chile, 2016. PDF en Academedia.eduePub

Morin, E.: La méthode: 1. La nature de la nature (1977) 2. La vie de la vie (1980), 3. La connaissance de la connaissance (1986), París, Seuil.

Wilber, K. (1998): Ciencia y religión, Barcelona, Kairos.

miércoles, 28 de abril de 2021

El cerebro "ama" las noticias

 La célula viva, para sobrevivir, debe "observar" su entorno y ajustarse a él. El sistema nervioso cumple esta función para el ser humano como conjunto vivo complejo. Para sobrevivir debemos, o bien ajustarnos a nuestro medio ambiente o bien modificar este para que no nos afecte. Para poder hacerlo, el sistema nervioso dispone de dos sistemas adjuntos: el de los órganos de percepción, que observan el entorno, y el de los órganos motores, que pueden actuar sobre éste.

Pero el medio ambiente cambia a cada instante y podría fácilmente ofrecer condiciones perjudiciales. Por esta razón, la observación del entorno es una función absolutamente vital, por la cual los órganos de percepción están siempre "al acecho".

Esto es válido tanto para las condiciones externas físicas como psicológicas. Los cambios físicos externos que nos puedan afectar en forma directa son relativamente poco frecuentes en comparación con los cambios psicológicos (salvo en esta época de pandemia por cierto). Y estos últimos son esencialmente los que corresponden a las comunicaciones sociales.

La interacción de los individuos sociales entre sí y con el entorno genera en cada uno cambios de estado inevitables, formando una historia de interacciones, base del aprendizaje, del desarrollo de conductas coherentes y de un sistema de organización social ("acoplamiento social", en términos de Maturana y Varela) basado en la comunicación.

Como consecuencia, es propio de la condición humana estar atento a las noticias, que nos pueden informar de condiciones externas que nos pueden afectar de múltiples formas, como es el caso de las decisiones políticas. La actual pandemia ha hecho muy patente el efecto de estas decisiones, desde las regulaciones en materia de control sanitario hasta la mitigación de los perversos efectos económicos de las restricciones impuestas.

Existe sin embargo una diferencia importante entre los cambios físicos en el entorno inmediato y los cambios en la dimensión social. Podemos libremente atenderlos o no. Y, en muchos casos, como los de tipo político, depende de nosotros buscarlos o no. En las comunicaciones interpersonales, se trata sólo de prestar atención o no. Pero, en las comunicaciones digitales, un esfuerzo de voluntad es necesario, sin duda mínimo si estamos suscritos a una red social o un medio de prensa, pero más importante si no lo estamos. La evolución de la pandemia ha mostrado que no todos tienen la posibilidad de hacerlo (por falta de recursos para contar con una conexión a Internet, por ejemplo) y otros no ven los noticieros de televisión o, ni siquiera, los escuchan en la radio, lo cual, en las actuales circunstancias, dadas las posibles consecuencias, es contrario tanto a la regla natural de autoprotección como al civismo.

Hay algunos indicios de que este tipo de desafección es más frecuente entre los jóvenes (no están "ni ahí"), pero éste es un tema interesante para una mayor investigación. En estos casos, un choque externo, como el arresto en una fiesta clandestina o - más dramáticamente - el enfermarse, es generalmente necesario para restablecer el "orden mental" correcto. Aún así, hemos visto casos de personas contagiadas que insisten en desconocer la realidad y poner en riesgo a los demás, lo cual, sin duda, corresponde a casos patológicos.

Para profundizar:
Comunicación y conocimiento: Desafíos de la era digital, Colección "Mundo Digital" de Revista Mediterránea de Comunicación, 2012 (PDF, ePub, Mobi)