jueves, 3 de diciembre de 2020

Enseñanza universitaria hoy

Desde 1990 considero un error que un docente universitario se dedique a "dictar" contenido en sus clases. Los alumnos saben leer y pueden, por lo tanto, acceder hoy a la mayor parte de las mismas fuentes (en ese entonces era obviamente más difícil) o a los apuntes del profesor. Y las clases pueden desarrollarse de otra manera.



La explosión pandémica a obligado a orientar de este otro modo la docencia, si bien algunos académicos, quizás, aún "dictan" materia por videoconferencia. Pero esta última forma no es en absoluto la más adecuada. Pueden recomendar (u ordenar) una lectura y luego comentarla personal o incluso grupalmente, lo cual sería, sin duda, lo más fácil. Pero existen muchas herramientas que permiten preparar clases de otro modo, desde las "presentaciones" clásicas hasta los "serious games". Estos "juegos serios" mejoran la concentración y favorecen el desarrollo del pensamiento lógico y sistemático, la capacidad deductiva e inductiva, la capacidad analítica, estratégica y de planificación de la acción, la evaluación de situaciones para la toma de decisiones, etc. Según la empresa evaluadora de aplicaciones Capterra, los estudiantes que aprenden a través de contenidos así expuestos obtienen un resultado 9% mayor en conocimientos y 14% superior en habilidades. Recomiendo al respecto mi post "¿Aprender jugando?" de 2015, que expone las diversas opciones y uno que otro ejemplo.  La forma de enseñar cambió con internet/web y la situación actual también lleva a repensar los métodos de evaluación, como ha señalado Ignacio Sánchez, rector PUC:

"Durante lo que va del año, se ha podido aprender sobre la marcha cómo mejorar y aprovechar las clases online. La experiencia ha generado que se considere la opción de cambiar las formas de evaluación." (La Tercera, 21/11)

En mi curso online "La imagen como medio de conocimiento" (año 2000) advertí a los alumnos que no se consideraría la memorización pura de contenidos en las evaluaciones de cada sección. Aunque se hacían preguntas sobre el contenido, o bien se acordaban de este o bien podían buscar la respuesta, lo cual implicaba la capacidad de situar el tema en su contexto y extraer los conceptos centrales (y dentro de un límite de tiempo preestablecido). En otro curso, en 2004, ("Comunicación entre computadores") debían explicar cómo conectarse con otros alumnos de un mismo grupo para buscar y formular una respuesta común (conforme a la temática del curso), algo que hoy, por cierto, no tendría dificultad. Otros mecanismos son también posibles, evidentemente.

También ha sido puesto en evidencia un concepto ya expuesto por Paolo Freire en los años 1960: el profesor es un guía, un "facilitador", ya que el actor principal es el alumno que aprende, lo cual también ha sido recordado por el rector de la Universidad Católica:

“Mucho de lo que hemos avanzado en términos de docencia, de distancia va a quedar. [...] Creo que un profesor ahora es más estimulador del diálogo, un estimulador de comunicación permanente, que un profesor que dicta contenidos desde el púlpito a los estudiantes. Esta relación entre lo virtual y lo presencial, estimulando el trabajo de los estudiantes, yo creo que va a ser el camino.” (La Tercera, 21/11)
Es probale que, incluso una vez que exista una vacuna que facilite la asistencia a clases, el desafío será coordinar la presencialidad con las formas digitales.

Existen tres estrategias que se recomienda emplear durante la codificación del material de estudio para mejorar su recuerdo a largo plazo: la "práctica de recuperación", que alterna pruebas con sesiones de estudio, la "práctica distribuida", que consiste en espaciar el estudio en el tiempo en lugar de concentrar todo en poco tiempo, incluso dejando que el alumno autogestione  su tiempo de estudio; y la "práctica variada", que alterna y mezcla en el estudio diferentes tipos de problemas en vez de estudiarlos en bloques separados. (Dianova y Marín-García, Universidad del País Vasco)
La segunda y la tercera de estas estrategias son las que mejor se pueden aplicar combinando sesiones presenciales con material online preelaborado (texto con tutorial, "serious game", etc.)

Algunas posibles herramientas

* Plataforma
OpenSWAD es una plataforma educativa libre para que alojen los materiales de sus asignaturas presenciales o semipresenciales y para que gestionen y se comuniquen con sus estudiantes. Incluye red social, foros de discusión, actividades, autoevaluación del estudiante a través de pruebas interactivas y consulta individual de calificaciones.

* Trabajos grupales
Additor es un editor online colaborativo gratuito que permite unir un equipo de trabajo (hasta 6 personas simultáneas) para crear conjuntamente cualquier documento. Permite establecer al mismo tiempo una videollamada.

* Videoconferencias
Si bien Zoom tomó la delantera, Microsoft Teams y Google Meet le respondieron permitiendo videollamadas colectivas gratis. Teams  permite ahora sincronizar los chats entre móvil y ordenador. 


* Para crear un video
- Sreenity es una extensión para Chrome capaz de grabar la pantalla, la webcam y agregar notas al mismo tiempo, incluso realizar trazos sobre la pantalla para señalar áreas de forma atractiva, subrayar texto y, en general, interactuar con lo que queramos resaltar. Al finalizar, se obtiene un video listo para grabar y difundir.


 - Filmora9 ofrece biblioteca musical, filtros, cambio de fondo, superposiciones, transiciones, elementos móviles, animaciones, edición de texto, con múltiples posibles formatos de salida. Plan anual us#39.99; versión de prueba gratuita.
 
* Animaciones
- VideoRobot incluye más de 300 plantillas de video listas para usar y personalizables, texto a voz con locuciones masculinas y femeninas, traducción con un solo clic, avatares 3D similares a humanos, combinación posible con otro video, etc. Sin limitación de lo producido, por us$37/mes o us67 permanente.

- Renderforest: ofrece numerosas plantillas para diferentes usos. Opera con escenas que se manejan como un PowerPoint. Hay un "toolkit" especial para videos educativos. Gratis hasta 300MB. 20GB por us$7.99/mes (15 minutos de video).
 
- Plotagon Story, para desktop o teléfono Andoid, permite agregar una animación a un texto ("Turn Text into Film") creando un personaje, grabando voz y agregando música y efectos. us$27/año para uso académico.
 
* Encuestas (o pruebas)
- Lo más simple (y gratis) es sin duda el sistema de Google ("Forms"), que exige sin embargo que todos tengan una cuenta de Gmail. Genera una planilla con las respuestas.
PollsGo está pensada para compartir encuestas en WhatsApp. Se puede programar desde el PC; se obtiene un link a difundir por WhatsApp.
- Pollie, para instalar en iPhone y Android, es gratuito y sirve para crear encuestas y votar online desde WhatsApp, Facebook, Twitter y otras aplicaciones móviles. Para votar no se necesita instalar la app, sólo hacer clic en el enlace de la respuesta. Admite varias respuestas, imágenes, una fecha de caducidad para el voto, respuestas sugeridas por los votantes y permite limitar los votantes a través de cuentas de correo concretas y con una contraseña.

* Archivo (y respaldos)
Si en su universidad le dan poco espacio de servidor para archivar sus documentos, recuerde que Google Drive le da 15GB gratis y 30GB por 6 dólares mensuales o almacenamiento ilimitado por 12 dólares mensuales. La ventaja es que puede generar un link por cada documento permitiendo que sus alumnos lo descarguen. Dropbox ofrece 2GB de almacenamiento gratuito y hasta 3TB por 9.99 USD al mes (para solo 1 usuario).

Recuerde que las imágenes y la música son excelentes ayudas para memorizar así que ilustre sus clases y póngale música de fondo a sus videos (averigue qué tipo de música le gusta más a sus alumnos).

* Profesores del futuro
Ya se ha empezado a programar "autómatas profesores", gracias al uso de inteligencia artificial e  investigadores de la Escuela de Comunicación y Medios Nicholson de la Universidad de Florida Central, están estudiando las percepciones de los estudiantes sobre ellos (investigación publicada en el International Journal of Human-Computer Interaction).
 "Los profesores basados en IA pueden ayudar a aliviar la carga de los maestros en aquellas tareas que son repetitivas, como responder preguntas frecuentes o repasar contenidos vistos de antemano en una clase. Los profesores a menudo invierten mucho tiempo en tareas que pueden ser automatizadas." (IntelDig, 25/11/2020)

Revise también mi post "Enseñar para mañana" , mi texto "La hipernovela como método de e-learning" y su complemento "Cómo construir hipernovelas".

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Nuevos conocimientos sobre las funciones cerebrales

 En el post anterior, me he referido al modo de operar del cerebro a partir de las sensaciones de deseo y placer, especialmente en relación a las conductas de comunicación. Esta es solo una de las múltiples funciones del cerebro y puede ser conveniente situarla dentro de una visión más general y abordar también nuevos conocimientos, muy recientes, en torno a las funciones superiores. Partiré por una breve historia para luego dar cuenta de los últimos descubrimientos.

Historia

Descubrir qué hace cada parte del cerebro cobró interés para los anatomistas en la segunda mitad del siglo XIX (con los trabajos de Hughlings Jackson y de Francis Joseph Gall) y ha conducido desde entonces una gran parte de la investigación neurofisiológica. Fueron los trabajos de Paul Broca (1861) los que dieron origen a las primeras localizaciones claras de funciones específicas, en este caso las relacionadas con el lenguaje, por lo cual aún hoy se señala el "área de Broca". El más amplio estudio de la funcionalidad de las diversas partes del cerebro y de las conexiones neurales se debe fundamentalmente a Karl Lashley ("Brain Mechanisms and Intelligence", 1929), que utilizó profusamente la técnica de la lesión, mostrando que las conductas no están localizadas en regiones ni conexiones específicas y que el deterioro en el desempeño no depende tanto del lugar de la lesión cuanto de su magnitud. Surgió así una polémica entre "localizacionistas" -seguidores de Broca- y "holistas", defensores de la no-localización de funciones específicas, pero muchos experimentos - sobretodo a partir de los años 50 - demostraron que en ambos enfoques las posiciones extremas eran equivocadas. El canadiense Donald Hebb (1949) mostró que después del nacimiento, con el tiempo, surgen comportamientos más complejos y basados en secciones menos localizadas, aunque las terminaciones "primarias" (punto de llegada de las señales sensoriales y punto específico de partida de las órdenes motoras) siguen con un alto grado de localización, como lo mostraron Penfield y Rasmussen (Gardner, pp.296-297). En 1950, publicaron la siguiente síntesis gráfica de los conocimientos de la época:

Los mayores avances posteriores se deben a David Hubel y Torsten Wiesel, que tomaron durante 20 años registros de células aisladas de la corteza cerebral del gato mediante microelectrodos (obteniendo el premio Nobel de Medicina en 1981). Documentaron dos fenómenos importantes: que hay en la corteza visual células que responden a formas específicas de información y que no todas las funciones están preprogramadas al nacer (Gardner, pp.298-299).

Posteriormente, los trabajos de Antonio Damasio han ido demostrando que la destrucción parcial de los lóbulos prefrontales en su sector ventro-medial pueden tener consecuencias catastróficas  para la conducta social y personal, esencialmente por la inadecuación de las decisiones tomadas (1994). Lo mismo ocurre por daños en un sector del hemisferio cerebral derecho (que procesa estímulos corporales) y en la amígdala. (Damasio, pp.79 y 92)

    En 2009 fue lanzado el Human Connectome Proyect (HCP), para referirse a un mapa completo de conexiones neuronales en el cerebro.
    En 2013 comenzó la llamada Iniciativa BRAIN que implica la investigación del cerebro a través de las neurotecnologías innovadoras de avanzada, también conocido como proyecto de mapeo de la actividad cerebral.
    En 2016 un equipo de neurocientíficos dentro del proyecto Conectoma desarrolló un software con el que han creado un mapa preciso de 180 áreas de la corteza cerebral, donde 97 de ellas eran desconocidas. (Wikipedia)
Últimas novedades

Este año han aparecido múltiples informes de investigaciones que precisan variadas funciones y actividades cerebrales. La resonancia nuclear magnética ha sido la principal herramienta para estos descubrimientos.

* Investigadores del Centro RIKEN de Japón han identificado por primera vez la actividad de un área específica del hipotálamo denominada SuM, especializada en la detección de nuevas experiencias. Se pone en acción cuando entablamos relaciones con una persona desconocida o cuando ingresamos en un lugar en el que nunca habíamos estado. Una red neuronal se activa únicamente cuando se vive una situación nueva a nivel social, en tanto que otra lo hace solamente cuando la novedad tiene que ver con el espacio o el lugar. (Chen at al.)

* Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kobe en Japón han identificado en corteza insular del cerebro,  dentro del surco que separa las cortezas temporal y parietal inferior, unas neuronas que son las que regulan el comportamiento social. La corteza insular está relacionada con las emociones y con la homeostasis, que regula el equilibrio del organismo, y también con la experiencia de consciencia. (Miura et al.)

* Neurocientíficos de la Universidad de Bonn (Alemania) han hallado un grupo de neuronas que se activan especialmente cuando mostramos confianza al tomar nuestras decisiones, certificando que estamos en el camino correcto. También almacenan las decisiones y estarían implicadas en un proceso de aprendizaje que simplificaría la toma de nuevas decisiones en el futuro.

* Una nueva investigación ha comprobado que la dopamina y la serotonina tienen funciones muy amplias en el sistema nervioso humano: actúan a velocidades inferiores a un segundo para determinar cómo las personas percibimos el mundo y reaccionamos basándonos en esa percepción. Otra investigación reciente había determinado además que la dopamina regula el proceso cerebral de toma de decisiones económicas. (Bang et al.)

* Un equipo de neurocientíficos de las universidades de Birmingham y Oxford (Reino Unido) y de la Universidad de Yale (EEUU) descubrió un mecanismo neuronal que coordina las acciones que llevamos adelante para evitar dañar a otras personas mediante nuestras decisiones. Esta red de neuronas es completamente diferente a la que se activa cuando buscamos no dañarnos a nosotros mismos. (Lockwood et al.)

* Un grupo de neurocientíficos del Instituto Max Planck ha logrado descubrir un conjunto de 49 propiedades que utiliza el cerebro humano para reconocer los objetos que percibe, clasificarlos y darles un uso concreto. Con ese acotado conjunto de propiedades es posible reconocer casi cualquier objeto con presencia en la vida cotidiana. (Hebart et al.)

* Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio encontraron que los seres humanos nacemos con una parte de nuestro cerebro - llamada área visual de la forma de la palabra (VWFA) -  que está “pre cableada” para ser receptiva a las palabras y letras, preparando así el camino para que posteriormente aprendamos a leer. (Lin Ji et al.)

* Investigadores de las universidades de California en Berkeley, de Stanford y de Johns Hopkins en Baltimore, han descubierto que en el cerebro existe una base o sustrato neuronal para los prejuicios políticos. Esa base neuronal condiciona nuestra visión política de los hechos cotidianos y se activa especialmente cuando determinadas palabras clave impulsan la radicalización hacia una u otra posición política, conocida como polarización neuronal. (Chang et al.)

* Neurocientíficos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han descubierto un circuito cerebral directamente implicado en el mantenimiento de la motivación, las ansias de aprender y la actitud a tomar riesgos sin importar la edad o la influencia de los procesos típicos del envejecimiento. Se trata de un grupo de células llamadas estriosomas, que se encuentran distribuidas por todo el cuerpo estriado del cerebro. (Friedman et al.)

* También se ha progresado en el conocimiento de la forma en que las neuronas se comunican entre sí: mediante una modulación del número de vesículas presente en las sinapsis. (Grant et al.)


Referencias

Bang, D. et al. (2020): Sub-second Dopamine and Serotonin Signaling in Human Striatum during Perceptual Decision-Making. Neuron, October 12, 2020.   DOI: doi.org/10.1016/j.neuron.2020.09.015  (Presentado en Tendencias 21)

Chang Leong, Y. et al. (2020): Conservative and liberal attitudes drive polarized neural responses to political content. PNAS, October 20, 2020. DOI: doi.org/10.1073/pnas.2008530117  (Presentado en Tendencias 21)

Chen et al. (2020): A hypothalamic novelty signal modulates hippocampal memory.  Nature. doi.org/10.1038/s41586-020-2771-1 (Presentado en Tendencias 21)

Damasio, A. (1996): "El error de Decartes", Santiago de Chile, A.Bello.

Friedman, A. et al. (2020): Striosomes Mediate Value-Based Learning Vulnerable in Age and a Huntington’s Disease Model. Cell (2020). DOI: doi.org/10.1016/j.cell.2020.09.060 (Presentado en Tendencias 21)

Gardner, H. (1988): "La nueva ciencia de la mente. Historia de la revolución cognitiva", Barcelona, Paidos.

Grant F. et al. (2020): Synaptic vesicles transiently dock to refill release sites. Nature Neuroscience (2020). DOI: doi.org/10.1038/s41593-020-00716-1 (Presentado en Tendencias 21)

Hebart, M.N. et al. (2020): Revealing the multidimensional mental representations of natural objects underlying human similarity judgements. Nature Human Behaviour
(2020). DOI: doi.org/10.1038/s41562-020-00951-3 (Presentado en Tendencias 21)

Jin Li et al. (2020): Innate connectivity patterns drive the development of the visual word form area. Scientific Reports volume 10, Article number: 18039. (Presentado en Digital Trends)

Lockwood, P. et al. (2020): Model-free decision making is prioritised when learning to avoid harming others. PNAS (2020). DOI: doi.org/10.1073/pnas.2010890117 (Presentado en Tendencias 21)

Miura, I. et al. (2020): Encoding of social exploration by neural ensembles in the insular cortex. PLOS Biology. September 21, 2020. DOI: doi.org/10.1371/journal.pbio.3000584 (Presentado en Tendencias 21)

Unruh-Pinheiro, A. et al. (2020): Single Neuron Correlates of Decision Confidence in the Human Medial Temporal Lobe. Current Biology (2020). DOI: doi.org/10.1016/j.cub.2020.09.021 (Presentado en Tendencias 21)

miércoles, 21 de octubre de 2020

El placer de la comunicación

En su capítulo 4, Sinan Aral explica que "la evidencia neurocientífica sugiere que nuestro uso habitual de las redes sociales está impulsado por las recompensas y las señales de reputación que recibimos de ellas". El mecanismo es el mismo que opera en el caso del hambre y la sed: la soledad activa la necesidad de buscar compañía, de "socializar", de pertenecer y de lograr aprobación social.

"Estamos conectados mentalmente; de hecho, estamos vinculados evolutivamente por nuestra neurofisiología para comunicar."

Sinan Aral nos recuerda la experiencia de las ratas de Olds y Milner a las cuales se implantó un electrodo que enviaba al "centro del placer" del cerebro un impulso positivo cada vez que presionaban una palanca. Las siguieron empujando sin hacer ninguna otra actividad hasta que murieron de hambre.

¿Cuál es el "mecanismo" fisiológico implicado que lleva a desarrollar tal conducta? Debemos considerar dos componentes: la estructura del sistema nervioso y las hormonas "fabricadas" en el cerebro. Todo depende, esencialmente, de las hormonas involucradas y hablaré primero de éstas.


Las "hormonas del placer"

Las endorfinas, la serotonina, la dopamina y la oxitocina son las "hormonas del placer". Las endorfinas controlan esencialmente nuestro estado de ánimo, la serotonina y algunas otras intervienen para darnos una sensación de bienestar, energía o regulando el ciclo del sueño. La dopamina y la serotonina están implicados en el proceso cerebral que permite interpretar la información que procede de los sentidos y en la percepción que nos proporciona la consciencia de la realidad. Pero las que participan más directamente en el gozo son la dopamina y la oxitocina.

 "La dopamina tiene muchas funciones en el cerebro, incluyendo papeles importantes en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, el humor, la atención, y el aprendizaje." (Wikipedia)

La dopamina es una hormona de la familia de las catecolaminas (neurotransmisores en el sistema nervioso central). Es producida por neuronas especiales que están presentes mayoritariamente en el área tegmental ventral (VTA) del cerebro-medio, la parte compacta de la sustancia negra (donde su falta produce la enfermedad de Parkinson) y el  hipotálamo. Se observa su producción, por ejemplo, cuando se presenta una recompensa inesperada y es deprimida cuando la recompensa esperada no aparece.

Sin embargo, si bien cumple un rol importante en el aprendizaje de comportamientos que conducen a maximizar recompensas, las últimas investigaciones han mostrado que tanto la dopamina como las otras drogas, como la nicotina, las drogas opiáceas y las anfetaminas, no es directamente fuente del placer sino fuente del deseo. Pero tiene un papel central en la perceptibilidad de las fuentes de recompensa o de peligro. De este modo ayuda a la toma de decisiones al influir en la prioridad, o el nivel de deseo, de estos estímulos a la persona en cuestión, lo cual se relaciona también con el aprendizaje y, así, con la predicción de recompensa, como mostró el experimento del perro de Pavlov, que se ponía a salivar solo al oír el sonido de una campana asociado a la futura entrega de comida. "Participa en la consolidación de recuerdos relacionados con la recompensa y en aprender respuestas motoras que facilitan la adquisición de estímulos recompensantes." El bloqueo de dopamina disminuye el deseo. (Wikipedia). Su falta en otras partes del sistema nervioso superior es lo que produce la "ansiedad social".

La oxitocina, por su parte, modula los comportamientos sociales, sentimentales y sexuales. Está involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales. También juega un papel en el aumento de la confianza y de la empatía y en la reducción del miedo social.

Finalmente, la serotonina es inhibidora, especialmente del dolor y de la violencia. La dopamina y la serotonina, intervienen directamente también en la consciencia que tenemos del mundo y la toma de decisiones, como descubrieron recientemente investigadores de la Escuela de Medicina Virginia Tech Carilion, EEUU. (Bang & al.).

El "centro del placer"

Como ya señalado, la dopamina se genera en el área tegmental ventral (VTA) del cerebro medio, la sustancia negra y el  hipotálamo. Estas tres "fuentes" se encuentran debajo de los hemisferios responsables de las funciones superiores (como el pensamiento, el procesamiento de lo percibido, la memoria, etc.), lo cual quiere decir que, en la evolución de los mamíferos, son anteriores al desarrollo de la neocorteza. El hipotálamo opera como un centro de control del sistema endocrino, es decir de control de la producción de todas las hormonas. Además, asociado a algunas estructuras del sistema límbico (que controla los instintos) afecta a la conducta emocional, a la reacción de miedo, al impulso sexual, a la sensación de placer, cólera e ira. En el hipotálamo, además, se produce la oxitocina.  Por el hipotálamo pasan también las señales nerviosas que se envían a los músculos, es decir que controlan nuestro comportamiento. El tálamo, adjunto al hipotálamo, es también el centro de control del dolor (en que la serotonina juega un papel importante). Hipotálamo y tálamo son, así, el "núcleo" de lo que podría ser llamado "centro del placer".

De ahí la estrecha relación de estos componentes del cerebro con la satisfacción de necesidades básicas como la alimentación, la protección del frío y del calor excesivo, y también de la conducta social. Una vez producida, la dopamina controla el flujo de información entre diversas áreas del cerebro y los lóbulos frontales en la neocorteza, donde actúa sobre las funciones cognitivas, especialmente la atención, la memoria y la resolución de problemas.

Tratemos de esclarecer el modo de operar de este sistema en el cerebro medio. Como lo muestra el esquema siguiente, operan dos mecanismos: un excitador y un inhibidor, íntimamente asociados. Podemos ver como el comportamiento se conecta con el "medio interno" (nuestra percepción de nuestro cuerpo y nuestra conciencia) y con los estímulos procedentes del exterior, los cuales actúan sobre el excitador y el inhibidor, donde se trata de establecer un balance, y con la corteza cerebral donde tomaremos conciencia de lo percibido si las señales sobrepasan un cierto umbral mínimo definido por la fisiología. Según las señales procesadas, se producirá (o no) una emisión de dopamina, oxitocina o serotonina que actuarán sobre las neuronas asociadas a la memoria (aprendizaje) y a la actuación (comportamiento de respuesta).

(Gráfico del autor en texto de 1975)

Como dice también Sinan Aral, "estamos conectados mentalmente (de hecho, estamos vinculados evolutivamente por nuestra neurofisiología) para comunicarnos, conectarnos y coordinarnos entre nosotros". Y es lo que aprovechan las redes sociales para "engancharnos".

    "Interactúan con las partes del cerebro humano que regulan nuestro sentido de pertenencia y aprobación social. Recompensa nuestro sistema de dopamina y nos anima a buscar más recompensas al conectarnos, involucrarnos y compartir en línea." (Aral)

La decisión

Ni la atracción asociada al deseo y anticipación del placer, ni el condicionamiento procucto del aprendizaje, sin embargo, son directamente responsables de la realización de la acción. Esta queda sujeta a la intervención de un grupo de neuronas ubicadas en el lóbulo temporal que "se activan especialmente cuando mostramos confianza al tomar nuestras decisiones, certificando que estamos en el camino correcto", como han descubierto neurocientíficos de la Universidad de Bonn (Alemania). Estas neuronas juegan un papel primordial directamente relacionado con la certificación de nuestras decisiones y con la confianza que mostramos al actuar. Además, almacenan cada decisión (memoria) lo cual  permite desarrollar “un proceso de aprendizaje que probablemente nos salve de futuras decisiones equivocadas", según  el Dr. Florian Mormann, uno de los responsables del estudio publicado en la revista Current Biology. Pero el efecto de condicionamiento puede también volver repetitivas malas decisiones, como en el caso de la adicción.

Esto viene a confirmar la relación entre pensamiento evaluativo y deseo asociado al aprendizaje, es decir la combinación inhibición-excitación en la decisión de actuar (condicionamiento vs evaluación). La repetición de acciones que producen satisfacción puede conducir a la adicción, donde el placer obtenido disminuye poco a poco, por lo que el deseo aumenta, la dopamina reduciendo el poder de reflexión. Ya se ha confirmado que dos hormonas -dopamina y serotonina- intervienen en el proceso de decisión y la adicción puede ser interpretada como un trastorno neurológico del cual ambas son "los principales sospechosos", a juicio de Kenneth Kishida, uno de los autores de la investigación de la Escuela de Medicina Virginia Tech Carilion, publicada en la revista Neuron (Bang & alt.).


Deseos, intereses y popularidad

Podemos considerar nuestros intereses como "formas débiles" de deseos, es decir deseos que se manifiestan solamente cuando aparece un objeto o materia que puede responder a alguno de nuestros intereses. Es aquí que entra a jugar un rol importante el marketing de las redes sociales. Detectar los intereses personales es prioritario para el mercadeo en redes sociales porque enviar mensajes personalizados asociados a estos intereses tiende a generar respuestas que, aún cuando sean una minoría entre un total de cientos de millones de personas, "pueden mover la aguja en las ventas de productos y potencialmente en las elecciones" (Sinan). Y, aunque solo dediquen su atención a tales mensajes, "dirigirse a las personas con un interés en realidad cambia sus autopercepciones en relación con ese interés, haciéndolas más propensas a responder" (ibidem). Éste es parte del fenómeno de la "economía de la atención". Porque demostrar atención (por ejemplo con un "me gusta" o un retuit) amplifica este tipo de contenido por intermedio de algoritmos que amplifican la popularidad y promueven tendencias (trending topics).

 "Me gusta y otras reacciones emocionales permiten a las plataformas "llevar la puntuación", lo que no solo les permite saber qué contenido atrae más a los usuarios, sino que también  alimenta directamente el sistema de respuesta de la dopamina del cerebro.
 Recibimos una oleada de dopamina de validación social cuando a otros les gusta nuestro contenido, y nos decepcionamos cuando no les gusta. Esto nos anima a crear contenido que gustará y, debido a la reciprocidad social, a seguir gustando del contenido que consideramos valioso." (Sinan, cap.8)
Así, nuestros intereses son también puntos de debilidad frente a influencias externas. El consejo es ser precavido ante lo que aparece como "popular" y los "trending topics".

 Las plataformas de redes sociales alimentan los deseos y se nutran de la atención: es la nueva "economía de la atención" y ésta es una economía de violación constante no sólo de nuestra privacidad sino de nuestra mente, alterando nuestro conocimiento y nuestro comportamiento.

Referencias
- Bang, D. et al. (2020): Sub-second Dopamine and Serotonin Signaling in Human Striatum during Perceptual Decision-Making,  Neuron, October 12. Citado en Tendencias 21, 14/10/2020.
- Unruh-Pinheiro, A., Hill, M.R., Weber, B., Boström, J., Elger, C.E., Mormann, F. (2020): Single Neuron Correlates of Decision Confidence in the Human Medial Temporal Lobe.  Current Biology. Citado en Tendencias 21, 13/10/2020.
- Schultz, Wolfram (2015): Neuronal Reward and Decision Signals: From Theories to Data, Physiological Reviews 95 (3): 853-951.
- Aral, Sinan (2020): The Hype Machine, Crown,  Kindle Edition
- Colle, R. (1975): La comunicación en el sistema nervioso, condicionante del aprendizaje, Santiago, SEDECOS.



jueves, 1 de octubre de 2020

Educación a la medida de cada uno

 En 1971 conocí a un experto chileno en planificación educativa, de nombre Hernán Recart Iturra. Trabajamos juntos varios años. Me enseñó que los planes tradicionales, que fijan para todos los educandos los mismos contenidos y las mismas etapas a cumplir año tras año en los sistemas de educación básica y media eran equivocados. La disposición y la facilidad de cada uno para aprender distintas materias es generalmente bastante diferente. Así, se frena a los mejores alumnos en algunas materias, para esperar a quienes tienen mayores dificultades. En realidad, cada materia debería tener etapas de avance diferentes e independientes, un alumno pudiendo, por ejemplo, avanzar rápidamente en matemáticas, cumpliendo quizás un programa de seis años en tres mientras requiriese los seis años o más para el idioma. Y otras variaciones para las diferentes asignaturas. En esa época hubiese sido evidentemente muy difícil de implantar, ya que requiere un programa personalizada y una supervisión difícil de realizar cuando un profesor ha de encargarse de 30 o 40 alumnos.

Si bien ya existía la "enseñanza programada" (y ambos trabajamos en propuestas de este tipo, dirigiendo incluso un seminario al respecto), utilizaba manuales impresos y se dirigía principalmente a adultos. Los tiempos han cambiado y la tecnología hizo un "salto" extraordinario en estos 50 años. En los años 90, los PC permitieron crear cursos de autoinstrucción programados, que cada uno podía seguir a su propio ritmo. Creé varios en Hypercard para Macintosh, que se utilizaron en la Pontificia Universidad Católica de Santiago. Con la World Wide Web y sus navegadores, se hizo posible el acceso a los mismos por centenares de alumnos (también creé un par para la mismo universidad y la Universidad Diego Portales) y empezaron a aparecer los cursos de acceso universal. 

 Hoy, no solo existen múltiples plataformas y universidades de renombre que ofrecen sus cursos a nivel mundial. Pero lo más significativo, como señala Salman Khan*, es que la pandemia ha obligado a las escuelas a dictar sus cursos por internet. Y, adoptando la misma visión que aprendí de Hernán Recart, señala que "nos ha enseñado que tienes que dejar que la gente aprenda a su ritmo". "Debemos dar a la gente la oportunidad de cubrir sus necesidades formativas a su propio ritmo porque cada uno tiene unas necesidades y unas capacidades diferentes." (BBC, 30/09/2020) Basta leer algunos buenos textos de psicología cognitiva para convencerse de esta verdad.

Es probable que las escuelas seguirán aún por algún tiempo el modelo de "cursos por año", porque será difícil lograr que los ministerios de educación entiendan la necesidad de cambiar el modelo. Y las facultades de educación, que forman a los futuros profesores, deberían "enseñarles a enseñar" de forma adecuada. Pero, dentro de cada curso, los "tele-profesores" pueden más que nunca dar facilidades a los alumnos para avanzar cada uno a su ritmo en cada signatura.


* Salman Khan es pionero de la transformación en la educación y premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2019 y "ha revolucionado las aulas y las instituciones educativas y construido un modelo que cuenta ya con cerca de 70 millones de usuarios registrados en 190 países; su Khan Academy es una organización sin ánimo de lucro que proporcionar educación gratuita a todo el mundo, en todas partes". (BBC, 30/09/2020)

Parte de mi curso de "Procesamiento de Información", de 1991, en Hypercard
Uno de mis cursos por web, 1998

martes, 1 de septiembre de 2020

A propósito de las teorías e investigaciones en comunicación

 La Revista Latina de Comunicación Social ha publicado hace unos días un interesante artículo sobre "significados de comunicación, disciplinariedad y criterios para construir una disciplina", resultado del trabajo realizado por la profesora Gloria Gómez-Diago, de la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid, España) para obtener su doctorado. Revisó textos publicados desde 1983 hasta 2015, reuniendo lo expresado en tres aspectos: "1) significados de la comunicación, 2) carácter disciplinar del campo y 3) posibles criterios para convertir al campo de la comunicación en disciplina".
Le ha permitido concluir que "los autores de los artículos estudiados entienden la comunicación como producto o como relación, [...] como origen de las relaciones y, por tanto, como generadora de determinadas instituciones, asociaciones o sociedades
".
Según los volúmenes analizados "para que el campo de la comunicación se convierta en una ciencia, [debe] hacer referencia a tres dimensiones: una dimensión institucional, una dimensión epistemológica y una dimensión metodológica".
Asegura que "desde una dimensión epistemológica se subraya la carencia que tiene el campo de la comunicación de trabajos teóricos y de teorías" y que "se siguen utilizando las mismas teorías que hace cincuenta años, es decir, mientras las tecnologías están sufriendo continuos cambios".
Finalmente, "desde una dimensión metodológica, se sugiere que el campo de la comunicación investigue las maneras en las que la existencia de los individuos y de las sociedades están comunicacionalmente construidos, se recomienda abandonar el estudio de los efectos lineales para incorporar el uso de modelos de convergencia que permitan estudiar la interactividad de las tecnologías de la comunicación, se propone entender los procesos de la comunicación de masas en relación con otras instituciones sociales como son el estado, la familia y la organización económica".

El que considere que se carece de propuestas teóricas nuevas, aparte de las elaboradas hace unos cincuenta años, me parece consecuencia de la selección, como punto de partida, de tres volúmenes: "el Journal of Communication “Ferment in the Field” (1983) y “The Future of the Field. Between fragmentation and cohesion” (1993) y el volumen 1 de Rethinking Communication (1989) “Paradigm Issues”", aunque complementados por una serie de publicaciones posteriores. Pero esto implicó que se centrara esencialmente en la tradición norteamericana, descuidando importantes desarrollos realizados principalmente en Francia (aunque también en América del Norte), que se inscriben en una perspectiva diferente ya que allí, incluso desde esa época, se ha considerado que el estudio de la comunicación forma parte de las ciencias cognitivas (ver Ph.Cabin, E.Morin y otros), aunque también han sido desarrolladas teorías que involucran la función de construcción social, como la teoría del actor-red desarrollada en los años ochenta por Bruno Latour, Michael Callon y John Law. Desarrollé la perspectiva cognitiva en mi libro "Teoría cognitiva sistémica de la comunicación" (2002) y abordé la teoría del actor-red en mi "Sistémica de los medios de comunicación en la era de las redes" (2016; ver apartado 2.2, p.56ss.).

Por lo demás, el estudio de "la manera en que la existencia de los individuos está comunicacionalmente construida" ha sido abundantemente desarrollado en el campo de las neurociencias desde hace mucho tiempo, especialmente mediante investigaciones sobre las operaciones del cerebro relativas a la comunicación, recogidas en el ámbito de las "ciencias cognitivas". Me parece esencial considerar el aspecto cognitivo, porque el fin de la comunicación es siempre el desarrollo del conocimiento. El individuo se hace persona gracias a la adquisión de conocimiento tanto en lo intelectual como en lo emocional y en el desarrollo de sus conductas. Tanto su individualidad mental como su "ser social" dependen de la comunicación, mecanismo de su inserción social, y estos dos aspectos no pueden ser separados, aunque ello ha ocurrido muchas veces en el pasado en algunas teorías e investigaciones. Y Gloria Gómez, lamentablemente, parece aún descuidar en parte esta realidad. Pero bienvenido el hecho de que nos recuerde que la comunicación es también la constructora de la sociedad y sus estructuras, y que la interdisciplinariedad es esencial. La comunicación es, sin duda, uno de los campos de estudio más complejos.

Referencias

Gómez-Diago, G. (2020). Aproximación epistemológica a la investigación en comunicación: significados de comunicación, disciplinariedad y criterios para construir una disciplina. Revista Latina de Comunicación Social, (77), 393-412. https://www.doi.org/10.4185/RLCS-2020-1464

Cabin, Ph. & col. (1998): "La communication - Etat des savoirs", Auxerre, PUF-Sciences Humaines.

Latour, B. (2005): Reassembling the Social – An Introduction to Actor–Network–Theory, Oxford University Press (Reensamblar lo social: Una introducción a la teoría del actor–red, Buenos Aires, Manantial, 2008) http://dss–edit.com/plu/Latour_Reassembling.pdf

Morin, E. (1998): "L'enjeu humain de la communication", en CABIN, Ph.& col.: "La communication: état des savoirs", pp.33-40.
    (1986): "La méthode: 3. La connaissance de la connaissance", Paris, Seuil.
    (1991): "La méthode: 4. Les idées", Paris, Seuil.

Colle, R. (2002): Teoría cognitiva sistémica de la comunicación, Santiago de Chile, Ed.San Pablo. Versión PDF en https://www.academia.edu/25730005/TEORIA_COGNITIVA_SISTEMICA_DE_LA_COMUNICACION
    (2016): Sistémica de los medios de comunicación en la era de las redes, Ed. INCOM-Chile, PDF en http://incomchile.cl/wp-content/uploads/2012/03/sistemica_medios2.pdf

martes, 7 de julio de 2020

La comunicación del futuro

El francés Robert Fournier, profesor de lingüística en la Universidad de Carlton (Ottawa, Canadá), publicó en 2017 un interesante libro sobre el futuro, quizás lejano, de la comunicación interpersonal. Parte resumiendo la historia del lenguaje y conceptos básicos de semiótica, para considerar luego los conceptos de noosfera y de cerebro mundial así como conceptos básicos de física cuántica, para terminar con las TIC y el futuro esperable. También aborda brevemente las distintas teorías acerca de las relaciones cuerpo-mente que he expuesto en mi libro "La ciencia y el espíritu" en 2016.

En una primera parte expondré las principales ideas de Fournier mientras en una segunda profundizaré, a partir de otras fuentes, algunos de los aspectos que trata o ignora.

PRIMERA PARTE

Fournier estima que
    "La humanidad aún se encuentra en la Edad de Piedra de la comunicación; el lenguaje de signos, ya sea vocal o no, es extremadamente primitivo; los articuladores vocales y no vocales con los que la humanidad se ha comunicado durante al menos 35.000 años, son solo a falta de una mejor solución, y finalmente estos articuladores fisiológicos deberían luego dar paso a otros más potentes y mejor adaptados a nivel cerebral." (Fournier, p.14).
Estima que la telepatía deberá reemplazar - o lograr la supremacía sobre - nuestro lenguaje actual "como el lenguaje signado reemplazó hace 35.000 años el lenguaje no-signado", aunque es imposible predecir dentro de cuantos años (ibidem). Ya se observan los primeros pasos en esta dirección, con las experiencias de comunicación de cerebro a cerebro con la mediación de sistemas de exploración cerebral y computadores, como los de un equipo de investigadores de la firma de robótica y neurociencia Starlab en Barcelona, asociado con otros investigadores de la compañía francesa Axilum Robotics, que dicen haber transmitido un simple mensaje mental entre dos personas separadas por más de 8.000 kilómetros (Grau & alt., 2014).

Pero la comunicación directa de cerebro a cerebro mediante telepatía o mediada por sistemas tecnológicos como los recién señalados obliga a identificar articuladores y articulaciones para-linguisticos nuevos, un área aún poco explorada en sí-misma pero tributaria de los estudios sobre la formación de los conceptos, es decir de las ciencias cognitivas (área que no explora Fournier).

"La comunicación es, en cierto modo, teletransportar información de un cerebro a otro" dice (Fournier, p.15), lo que puede hacerse de múltiples maneras. Pero se trata siempre de hacer llegar el "contenido" de un cerebro (el pensamiento) a otro cerebro o, como dice, "de proyectarse en el cerebro de otro" (ibidem). Como lo recalcó Pinker (1994), la palabra es, hasta ahora, el medio más rápido para lograrlo. Pero no es indispensable para expresar el pensamiento.
    "Los lenguajes de signos también nos enseñan algo más: la frontera entre la expresión de emociones, ideas, mente y todo el ser es delgada y, a todos los fines prácticos, son inexistentes. La autoexpresión pasa por la expresión del cuerpo; el lenguaje pertenece al cuerpo y emerge de la totalidad del individuo. [...] Los idiomas de signos, a su vez, por un noble retorno, irónicamente, nos hacen ver la gran flexibilidad y riqueza de la mente humana y nos obligan a redefinir lo que pensamos que ya sabíamos. [...] El lenguaje no es, como la lingüística siempre ha querido hacernos creer, reducible a un inquilino de órganos ubicados entre los pulmones y la punta de los labios."  (Fournier, p.17)
Así, una teoría de la comunicación humana requiere una "teoría global y unificada del comportamiento humano" (ibidem), lo que creo haber mostrado - quizás no muy explícitamente - en mi libro "Teoría cognitiva sistémica de la comunicación" (2002).

La elaboración del pensamiento es tributaria, en un momento dado, del desarrollo del lenguaje verbal.
    "El mero hecho de observar los movimientos del habla, e incluso las imágenes de una boca que pronuncia un sonido, activa el sistema espejo, incluyendo el área de Broca (Calvert y Campbell, 2003). Esto es consistente con la idea de que el discurso podría haber evolucionado a partir de elementos visuales, incluidos los movimientos de la cara. Es probable, agrega Corballis, que se haya incorporado la vocalización en el sistema espejo de los humanos, y probablemente solo de los humanos, de nuestros antepasados ​​homínidos (Ploog, 2002), proporcionando así el  mecanismo de la teoría motora de la percepción del habla («motor theory of speech perception»)." (Fournier, p.27)
En el caso de los no-oyentes, por cierto, se trataría de su equivalente visual (gestual), lo que demuestra la posibilidad de múltiples posibles articuladores y la existencia de un "soporte" cerebral común a todas las formas de expresión mental. Quedaría por verificar que un hablante pudiera comunicarse mentalmente - de cerebro a cerebro - con un no-oyente y que, del mismo modo, pudieran comunicarse quienes se expresan en diferentes idiomas. Éste, si es posible, sería el próximo paso en las comunicaciones sociales.
    "En la serie original de Star Trek, la fusión mental es una técnica telepática que le permite a un vulcano fusionar su cerebro con el contenido del cerebro de otra persona mediante el uso de manipulaciones digitales en las sienes del cráneo del individuo, a veces acompañado de sugerencias hipnóticas, como "Mi cerebro en tu cerebro, mis pensamientos en tus pensamientos"." (p.37)
Greg J. Stephens, Lauren J. Silbert y Uri Hasson, en un trabajo titulado "Speaker–listener neural coupling underlies successfull communication" explican que se produce un "acoplamiento neuronal", una sincronización, entre participantes en una conversación, y este "acoplamiento" podría ser la clave para una comunicación efectiva (Fournier, p.38),
    "La escritura es un invento relativamente reciente: mientras que los humanos han usado lenguaje articulado por más de 100.000 años; solo han estado escribiendo durante aproximadamente 6.000 años. [...] Uno puede imaginar fácilmente que en menos de cien años ya no escribiremos a mano o a máquina." (p.44)
De las 7097 lenguas existentes según Lewis, solo 200 cuentan con una forma escrita.
    "La escritura aún permanece, a pesar de los avances tecnológicos, dependiente del habla, que por su parte está en las garras, por falta de algo mejor, de los articuladores de voz." (p.48)
Teilhard de Chardin, en su estudio de la evolución humana y de la construcción de la "noosfera", esfera del conocimiento compartido, de futura unión psíquica, que los medios modernos de comunicación empezaron a desarrollar vertiginosamente, aludió a la telepatía como posible futuro de la "sintonización de los cerebros":
    "Pienso primero en la extraordinaria red de comunicaciones radiofónicas y televisivas que, tal vez anticipando una sintonización directa de los cerebros por medio de las fuerzas misteriosas de la telepatía, actualmente nos conectan a todos en una especie de conciencia "etérea"." (Teilhard, 1959, p.190)
Es el lenguaje el que nos permitió pasar de la evolución biológica a la evolución mental. "Estamos navegando hacia un punto de superconciencia telepática global total." (Fournier, p.68).
    "La próxima gran revolución no será tecnológica, no, será cerebral, evolucionará la mente humana. Cuando miras la evolución humana, la comunicación no escrita ha cambiado poco: se ha mantenido gestual, de la mano a la boca, como señala Corballis en el título de su libro (From hand to mouth: The origins of language. Princeto University Press, 2002). Mi predicción es que esta próxima revolución liberará el lenguaje de su modo de articulacion milenario." (p.71)
Fournier rinde cuenta del "Global Consciousness Project" (GCP) de la Universidad de Princeton, que "trata de evaluar, por métodos estadísticos, la posibilidad de la existencia de lazos particulares entre el cerebro y la materia, y más generalmente de la existencia de una conciencia planetaria" (p.80). Para este fin, "el GCP intentaba demostrar que existe una correlación fuerte entre  la generación de números aleatorios y emociones colectivas intensas experimentadas durante importantes eventos mundiales" (p.80). Los análisis estadísticos mostraron que la reacción humana masiva puede causar cambios pequeños pero estadísticamente significativos. La verificación más sensacional fue la posterior al ataque a los torres gemelas de Nueva York en 2001, vistas por millones de personas de todo el mundo.
    "Lo que es fascinante para los investigadores del GCP, es que de manera más o menos correspondiente, durante este día trágico, su red global de dispositivos electrónicos GNA estaba transmitiendo un patrón de resultados inusuales, que mostraron variaciones sustanciales no atribuibles a la posibilidad de varios parámetros estadísticos, donde no hubieran esperado normalmente ninguna. La tendencia, que habría comenzado en el momento del ataque al WTC, se habría maximizado 51 horas más tarde, lo que los investigadores dicen es estadísticamente improbable, según el análisis de las muestras iterativas anteriores.
    Las correlaciones inesperadas muy fuertes en los análisis obtenidos gracias a la red de GNA y este "evento global" muestra la posibilidad de que los instrumentos fueron capaces de capturar realmente la intensidad de las reacciones muy vivas que el evento despertó, y además, en general, sería una indicación manifiesto de una conciencia planetaria colectiva en el curso de su constitución." (p.82)
La acción de esta suma de mentes sobre un sistema informático invita sin duda a considerar e investigar las hipótesis sobre las relaciones entre el espíritu (la mente) y la materia.  El "contagio emocional" era conocido desde los primeros estudios de psicología de las masas, pero que pueda producirse a escala planetaria e influenciar sistemas informáticos es un descubrimiento que, si bien requiere aún un mayor estudio, parece confirmar la hipótesis de Teilhard de Chardin sobre la conformación de una "conciencia planetaria" y de algún tipo de emisión que escapa a los sistemas de detección conocidos actualmente. La captación por el recién nacido del estado emocional de su madre es sin duda un indicio de una capacidad inscrita en nuestra biología, que es la que explica el contagio emocional tanto en fenómenos de masa como en intercambios cara-a-cara, que las TIC parecen extender (pp.83-84). "Por lo tanto, me parece justificado considerar el contagio cognitivo y el contagio emocional como actuando de la mano en el meta-sistema teleportático considerado globalmente en este trabajo" concluye Fournier (p.85), que recuerda también las innumerables experiencias en que pensamos en alguien que segundos o minutos después nos llama por teléfono, de sentir que uno es observado y, al darse vuelta, encontrar la mirada de otra persona (fenómeno llamado escopestesia). Las experiencias de  Sheldrake y colegas, respetando estrictos protocolos científicos, han confirmado estadísticamente esta realidad tanto en el caso de los llamados telefónicos como de los e-mails (p.86; ver bibliografía).
    "La hipótesis de Sheldrake sobre la escopestesia se basa en el postulado de la existencia de campos perceptuales que relacionan al observador con la persona observada. Estos campos perceptuales no están confinados al cerebro, donde se sienten, sino que ejercen su influye mucho más allá del cerebro en el mundo exterior, y están estrechamente relacionados con acciones y actividades corporales. La única forma de explicar, si lo cree, la escopestesia, sostiene Sheldrake, es postular un efecto mental no local donde la atención a la representación de otra persona en su propio cerebro influye remotamente en esta persona mediante un mecanismo, aún desconocido, pero similar a una forma de telepatía, con efecto cuántico." (Fournier, p.91)
El concepto de "campo" es común en física pero también ha ingresado en biología molecular y del desarrollo, que habla de "campos mórficos", los cuales incluyen los campos perceptuales, los comportamentales y los sociales. Los campos perceptuales forman un sistema de proyecciones perceptivas que permiten las interacciones de un individuo y otro. Los campos comportamentales son los responsables de la organización del comportamiento, los sociales de la coordinación de los actividades sociales. Las experiencias de comunicación de cerebro a cerebro operan basándose en una combinación de campos físicos y biológicos: las neuronas tienen una actividad quimioeléctrica -un campo biofísico-  que es la que se detecta, analiza y transmite.

Los campos mórficos no solo relacionan entre-sí diversas áreas del cerebro y las organizan: unen de alguna forma el observador con lo observado y, así, el campo mórfico de una persona podría interactuar con el de otra persona, según postula Sheldrake. Cierto tipo de comunicación telepática parece por lo tanto tener una base innegable, asumida ya por múltiples científicos que se han atrevido a incursionar en lo "parapsíquico", encontrando en la física cuántica una posible base explicativa de la relación entre el cerebro, la mente y la conciencia humana. De hecho, un equipo de científicos de la Charles R. Drew University of Medecine and Science (Los Angeles) y de la Geffen School of Medecine (UCLA) ha identificado un modo de comunicación entre las células nerviosas sin contacto físico o biológico, a través de barreras físicas, que toma la forma de un modo de comunicación telepática entre estas células (Chaban & alt.).

Peter Russell forjó el concepto de "cerebro global" en 1982, una utopía que se vió de algún modo llevada a la realidad con el desarrollo y crecimiento de internet y de la World Wide Web: (casi) todos los cerebros pueden hoy conectarse unos con otros en forma casi instantánea gracias a la red mundial que, además, constituye una enorme memoria del conocimiento humano.
    "En la mente de Russell, este cerebro global también ofrece la promesa de un nivel de conciencia mejorada, es decir, superior, y un estado de sinergia profunda o de unión que abarca a toda la humanidad, una superconciencia colectiva." (Fournier, p.105)
Pero estamos lejos de poder utilizarla o de saber como desarrollarla para fines prácticos. Para Fournier, las miles de publicaciones que se pueden encontrar en internet sobre el futuro del cerebro y un sistema cognitivo a escala planetaria que fuese el fundamento de una "conciencia colectiva super-humana" no llevan a ninguna parte (p.106). A pesar de la explosión de la interconectividad, que tendrá sin duda un impacto extraordinario, "nada en este momento nos permite ver por estos medios un salto significativo en la evolución de comunicación humana" (ibidem).

Algunos, como Mark Zuckerberg al parecer, creen que este futuro se conseguirá mediante el desarrollo de nuevas tecnologías. En esta dirección va la experiencia de Starla y Axilum Robotics (Grau & alt.) de 2014, que fue celebrada en numerosos medios de difusión. Pero ésta no es la vía más esperable, sugerida por observaciones como la del "Global Consciousness Project".
    "Mientras persistamos en tratar de comunicarnos de cerebro a cerebro a través de interfaces tecnológicas, permaneceremos acampados en el campo de la tecnología de la información y las comunicaciones. Ir más allá de esta etapa es por supuesto recurrir a una utopía de nuevo, pero una utopía que bien podría convertirse en real, si tenemos la paciencia de esperar a que se desarrollen nuestras facultades neurológicas un poco más." (p.110)
    ¿Cómo sería?
    "En nuestro mundo en desarrollo, post-tecnológico, digamos noosférico, en la medida en que nuestro cerebro es funcional y nuestra conciencia despierta, sería suficiente saber la dirección mental del receptor con el que queremos comunicarnos para que instantáneamente, es decir a una velocidad de casi 300.000 km / seg., o la velocidad de la luz, por efecto del enredo cuántico, reciba el significado y el referente asociado de nuestro mensaje, sin soporte escrito, auditivo o visual, directamente en su cerebro." (p.111)
¿Que es lo que se necesita? Fournier, siguiendo a Kevin Warwick, docente e investigador de la Universidad de Reading (Gran Bretaña), piensa en tres etapas: primero el reconocimiento subvocal, es decir, una forma de lenguaje no articulado, que permitiría la emisión, luego sería la emisión directa de un contenido de la conciencia (no subvocal) y, finalmente, la transmisión bidireccional fluida de nuestro conciencia y nuestras emociones a uno o más receptores (p.115). Podría lograrse en este siglo, cree, pero con asistencia tecnológica. Para un futuro más lejano quedaría el liberarse de la tecnología.

SEGUNDA PARTE

1. La telepatía

La Wikipedia señala que se han llevado a cabo muchos experimentos sobre la telepatía desde 1886. Son famosas las experiencias con los «Naipes ESP» de Karl Zener (realizados a partir de 1927), cuyos resultados fueron insatisfactorios a pesar del muy limitado número de signos utilizados (solo 5). La comunidad científica se resiste a aceptarla argumentando que las magnitudes de energía que el cerebro humano es capaz de producir resultan insuficientes para permitir la transmisión de información. Por cierto, este juicio descansa en una hipótesis restrictiva: que la telepatía dependería de la acción electromagnética de las neuronas.

Pero nada impide la existencia, en la física, de una propiedad de importancia fundamental, aún desconocida y totalmente diferente de lo que se ha imaginado hasta ahora. A ella se refieren Penrose y Hameroff, abriendo una vía para entender la telepatía desde el punto de vista científico. El físico teórico Roger Penrose considera que en las leyes físicas debe haber algo de "naturaleza no-computable", necesario para describir la actividad mental, apoyándose en la teoría cuántica. Junto con el anestesiólogo y psicólogo Stuart Hameroff descubrió, en efecto, la existencia de un fenómeno cuántico en las neuronas.
    “Si los procesos mentales están efectivamente ligados a algunos procesos físicos – y parece que lo son de manera íntima–, las leyes científicas que describen con tanta precisión el comportamiento de los cuerpos físicos tienen probablemente también cantidades de cosas que revelarnos acerca de la mente. [...] Incluso si las leyes físicas que gobiernan la acción del cuerpo dejan a la mente la latitud de afectar a su vez el comportamiento del cuerpo, dicha latitud es necesariamente también un componente importante de estas mismas leyes físicas.” (pp.192 y 201-202 de la versión francesa de “Las sombras de la mente”)
Así, el estudio más detallado de la estructura de las neuronas nos acerca más a una explicación del funcionamiento del cerebro compatible con nuestra experiencia mental y, en particular, a la explicación de la presencia de operaciones que no pueden ser reducidas al cálculo ni a algoritmos.
Penrose y Hameroff postulan que la mente y el cerebro son dos entidades separables. También explican mejor las características de la mente y su influencia sobre el cuerpo, lo cual podría ser la base del desarrollo -futuro- de una telepatía más efectiva. (Las explicaciones de Penrose pueden encontrarse en forma más detallada en mi libro "La ciencia y el espíritu", pp.45ss., y agrego algunos detalles más adelante.)

2. La comunicación de cerebro a cerebro

Un equipo que incluía miembros del Centro Médico de Beth Israel Deaconess (BIDMC), un afiliado docente de la Facultad de Medicina de Harvard (HMC) en Boston (MA), Starlab Barcelona en España y Axilum Robotics en Estrasburgo, Francia logró enviar mensajes a través de Internet entre el cuero cabelludo intacto de dos sujetos humanos a más de 5.000 millas de distancia, uno en India y el otro en Francia. El equipo eligió transmitir pensamientos de la India a Francia utilizando dos tecnologías cerebrales conectadas por una interfaz de computadora a través de Internet: electroencefalograma (EEG) y estimulación magnética transcraneal guiada por imagen (TMS). Los receptores experimentaron las estimulaciones cerebrales como fosfenos, destellos de luz en la periferia de su visión. Los destellos aparecieron en secuencias numéricas que los receptores podrían decodificar en los mensajes. (cfr Grau & alt., 2014). Los investigadores concluyen que
    "Nuestros resultados proporcionan una demostración crítica de prueba de principio para el desarrollo de tecnologías de comunicación B2B [brain-to-brain] conscientes. Implementaciones más desarrolladas y relacionadas abrirán nuevos espacios de investigación en neurociencia cognitiva, social y clínica y el estudio científico de la conciencia. Prevemos que las tecnologías de hiperinteracción eventualmente tendrán un profundo impacto en la estructura social de nuestra civilización y plantearán importantes problemas éticos." (PlosONE, 19/08/2014)
Un grupo de investigación de la Generalitat de Catalunya y del departamento de Neurología del Hospital de Bellvitge realizó una experiencia similar, con una transmisión entre España y Francia. Y, en los Estados Unidos, el profesor Andrea Stocco y su equipo del Instituto de Aprendizaje y Ciencias Cerebrales de Washington también investigó la manera de transmitir impulsos y conceptos del cerebro de una persona al de otra a través de Internet. Su experiencia fue más compleja que las antes señaladas, ya que incluyó un juego de 20 preguntas y respuestas.
    "A una persona, el respondedor, se le mostró una imagen en una pantalla. El otro participante, el investigador, luego envió preguntas de sí o no haciendo clic en ellas con el mouse. El respondedor, que llevaba una gorra EEG que monitorea, captura y traduce la actividad cerebral, respondió mirando uno de los dos LED parpadeantes conectados al monitor, que parpadeaba a diferentes frecuencias. Estas respuestas fueron capturadas, traducidas y enviadas por Internet al investigador, donde fueron transmitidas al cerebro mediante estimulación magnética transcraneal a través de una bobina magnética colocada detrás de la cabeza. Mediante el uso de TMS para estimular la corteza visual, el investigador pudo ver un destello de luz conocido como un fosfeno para las respuestas "sí". Para las respuestas "no", el investigador no ve nada y, por lo tanto, puede continuar." (Starr, M.,Cnet, 23/09/2015)
En estos experimentos se utilizan gorros especiales que “leen” la actividad cerebral. Pero se podría avanzar aún más: investigadores de la Universidad de California han desarrollado sensores del cerebro tan pequeños como una mota de polvo (100 micrómetros), que pueden ser infiltrados en la cabeza para registrar la actividad eléctrica de las neuronas. Se les acoplaría un transceptor que se encargaría de recibir y procesar la información obtenida (Alt1040.com, 17/07/2013). De ahí a acoplar el cerebro directamente a internet, solo hay un paso.

3. La forma de los pensamientos

Los experimentos anteriores se basan en la captación de la actividad eléctrica del cerebro pero, como se puede ver, se limitan a "mensajes" extremadamente simples, como un "Hola" o un "si o no" y recurrieron, para la recepción a impulsos lumínicos que debían ser interpretados (decodificados). Los investigadores anotan estas limitaciones: la comunicación es unidireccional y la transmisión esencialmente binaria, lo cual es determinado por las tecnologías utilizadas. "El contenido se extrae de las señales neuronales de un cerebro emisor, se digitaliza y se vuelve a codificar en forma de actividad neuronal inducida en un cerebro receptor" (Stocco). Es el método que se utiliza para que personas paralizadas puedan activar los movimientos de un robot, lo cual ha sido ampliamente probado con bastante éxito mediante aprendizaje del emisor. La principal dificultad de los sistemas tecnológicos basados en el EEG es que captan la totalidad de la actividad cerebral (aunque se trataría de concentrar y limitar la detección a las áreas de Broca y Wernicke, que son las implicadas en el lenguaje), lo cual hace necesario eliminar muchas interferencias.

Pero estamos lejos de transmitir realmente pensamientos complejos. Y aquí surgen algunas preguntas a las cuales las ciencias cognitivas están intentando contestar. En los ejemplos citados por Fournier hemos de distinguir dos tipos de "emisiones": la de pulsiones emocionales, como en el caso de la influencia sobre la generación de números aleatorios después del atentado a las torres gemelas de Nueva York, y los pensamientos significativos, fuentes de mensajes. Son estos últimos los que interesan cuando hablamos de comunicación interpersonal.

El pensamiento puede tener una forma "pre-consciente" (la organización de las neuronas que precede el nivel consciente) y formas conscientes que son predominantemente de dos tipos: la representación mental oral y la icónica. El tema de la existencia de las representaciones mentales es un tema controvertido, a pesar de que nadie -al parecer- duda de la existencia de los procesos mediante los cuales el hombre percibe, conserva y compara sus experiencias perceptivas, siendo capaz, además, de producir -por ejemplo- retratos de los objetos visualizados e incluso de objetos inexistentes. Si nos proponemos emitir un mensaje, hemos de formarnos mentalmente una imagen, una "representación", del mismo. Podemos también tener una imagen mental de la representación correspondiente a un mensaje percibido ("recepción") o de un contenido que mantenemos internamente como una reflexión y será de forma verbal o icónica.

Como ya señalado, el pensamiento formal es tributario de un sistema lingüístico (verbal), el cual variará según la cultura y el aprendizaje de la lengua, así como de la experiencia visual. Pero en la comunicación interpersonal directa, la imagen mental icónica no es de utilidad (salvo en el caso del lenguaje de señas): recurrimos a la imagen/representación verbal, la cual supone una codificación, del mismo modo que la imagen-representación mental del mensaje recibido requiere decodificación, en ambos casos operaciones realizadas por lo que podemos llamar el "procesador" propio del sistema nervioso central (ver detalles en mi libro "Teoría cognitiva sistémica de la comunicación").

¿Podemos liberarnos de los sistemas tecnológicos e incluso del uso de nuestros órganos efectores (vocalización, gestualidad, visión y audición)? Esto depende de la existencia de sistemas neurológicos (intracerebrales) capaces de emitir y percibir otro tipo de señales. Es lo que postulan quienes piensan -e investigan- la alternativa cuántica.

4. La alternativa cuántica

Las investigaciones sobre la estructura y el funcionamiento de las neuronas obligan a tener en cuenta fenómenos cuánticos como señalado anteriormente, de acuerdo a Roger Penrose y Stuart Hameroff. Pero ya en 1938, Herbert Fröhlich formuló la hipótesis de la existencia de este tipo de fenómeno en los sistemas biológicos y en 1968 mostró la presencia, en membranas celulares, de vibraciones que serían el producto de una  coherencia cuántica (cfr. Penrose, pp.340-341). La célula nerviosa se configura sobre la base de un citoesqueleto formado de numerosos microtúbulos (estructuras de moléculas protéicas) interconectados por proteinas-puentes. Como descubrió Fröhlich y cree Penrose, sería en la membrana, a nivel de los microtúbulos, que tendrían lugar los fenómenos cuánticos que podrían tener relación con los fenómenos mentales. Los microtúbulos pueden operar como guías de ondas eléctricas y como aislantes que permiten mantener el estado cuántico sin que sea afectado (y destruido) por el entorno durante un tiempo significativo, posibilidad probada en 1983 por E. del Giudice y su equipo de la Universidad de Milán (Penrose, p.356). Según Penrose, estos procesos cuánticos ocurrirían “en una escala relativamente grande y acoplado de manera sutil al comportamiento macroscópico, de tal manera que el sistema utiliza un proceso físico aún desconocido” (ibidem, p.356).

También se ha descubierto que las ondas tienen una importancia fundamental en la operación cel cerebro:   
    "En una fase del procesamiento, el cerebro efectúa sus análisis en el dominio de la frecuencia. Esto se realiza en los cruces entre neuronas, y no en las neuronas. Así que los graduados crecientes y menguantes locales de los potenciales neurales (ondas) son los responsables en vez de los impulsos nerviosos.  Los impulsos nerviosos se generan dentro de las neuronas y se utilizan para propagar las señales que constituyen información en distancias largas mediante largas fibras nerviosas. Cambios potenciales, locales y graduados, ondas, se constituyen en los extremos de estas fibras nerviosas, donde lindan con ramas más cortas que forman un entramado de interconexiones entre neuronas. Algunas de ellas, denominadas ahora neuronas de circuitos locales, no tienen largas fibras y no presentan ninguno impulso nervioso. Funcionan primordialmente en el modo graduado de onda y son especialmente responsables de las conexiones horizontales en piezas de tejido neural, conexiones en las que pueden construirse modelos de interferencia de tipo holográfico." (Karl Pribram, en Wilber, pp.49-50)
Así, el estudio más detallado de la estructura de las neuronas nos acerca más a una explicación del funcionamiento del cerebro compatible con nuestra experiencia mental y, en particular, a la explicación de la presencia de operaciones que no pueden ser reducidas al cálculo ni a algoritmos y a una definición de la mente que no se reduce a la realidad biológica, lo cual abriría realmente la puerta a mecanismos "diferentes" de comunicación, como la telepatía. Ha llamado también la atención de los investigadores -y sigue sin explicación- la existencia de terminaciones neurales (dendritas) en la superficie externa del cortex, lo cual sugiere que están "abiertas" para captar algo externo. Mountcastle (1957), Hubel y Wiesel (1962) y Sezentágothai (1972) mostraron la estructura modular de las áreas sensoriales primarias de la corteza cerebral. Estas áreas están formadas por un mosaico de columnas – ortogonales respecto de la superficie –, con una sección media de 0,2 mm. Cada columna agrupa – en seis capas de textura diferente – un número de hasta 10.000 neuronas: canales de entrada, conexiones internas complejas y canales de salida. Sería sobre la capa externa de estas columnas de neuronas que actúa la mente (Eccles y Zeier, p.159). ¿Receptores de emisiones telepáticas?

En cuanto a la posible influencia de fenómenos cuánticos sobre la realidad macroscópica, es interesante tomar en cuenta la comprobación realizada por investigadores de LIGO (un detector de ondas gravitacionales, capaz de detectar variaciones mínimas en haces de luz láser), que han conseguido medir los efectos de las fluctuaciones cuánticas en objetos a escala humana. Según lo que cuentan en Nature, dicen haber observado como las fluctuaciones cuánticas "patean" objetos tan grandes como los espejos de 40 kilos del observatorio. "Nosotros también estamos siendo sacudidos durante cada nanosegundo de nuestra existencia: también somos golpeados por estas fluctuaciones cuánticas", dice Nergis Mavalvala, del departamento de física del MIT (Jiménez).

 5. La mente, realidad espiritual

La mente, fuente de los pensamientos, aunque anclada al cerebro, podría ser totalmente extracorporal y, por lo tanto, la comunicación mente-a-mente debería ser posible. Mi libro "La ciencia y el espíritu" estudia ampliamente las teorías e hipótesis relativas a la existencia espiritual de la mente. Se puede considerar que las pruebas de su carácter espiritual (y de una dimensión espiritual del mundo) son relativamente escasas o débiles, pero ésto no es una razón suficiente para negar esta posibilidad. Cuerpo y mente forman, en nuestra vida, una realidad inseparable. Pero la mente no es algo biológico ni físico, al menos según la física que hoy conocemos aunque, como dicen Penrose y otros investigadores, es posible que en el futuro descubramos una nueva dimensión de la física que sí la podrá explicar.

Ni los enfoques neurobiológicos ni los modelos cognitivos, aunque nos aportan muchos conocimientos acerca de los procesos cerebrales y el funcionamiento de nuestra mente, “nos dicen nada en absoluto de por qué los procesos cerebrales deberían dar origen a la conciencia”. (Chalmers, p.157). La ciencia empírica-sensorial es incapaz de explorar los dominios de la mente con sus herramientas, pero esto no es un motivo para descartar su naturaleza espiritual. Como dice Ken Wilber, quienes la niegan, "simplemente recurren al tonto del pueblo para negar su existencia o para negar el posible acceso de otras modalidades de investigación a estos extraordinarios dominios" (1998, p.186). "De la misma manera que existe un empirismo sensorial (del mundo sensorimotor), también existe un empirismo mental (que incluye la lógica, las matemáticas, la semiótica, la fenomenología y la hermenéutica) y un empirismo espiritual (que incluye las experiencias místicas y las experiencias espirituales).” (ibidem, p.189). El hombre tiene un espíritu que es una realidad transracional que “sólo puede verse con el ojo de la contemplación” (ibidem, p.138) y que no puede alcanzarse por la mente racional sino solo por una experiencia mental de otro tipo.

David Bohm, Karl Pribram y Bruce Lipton aseguran que el cerebro funciona de acuerdo con los principios de la física cuántica y las características de patrones de onda. Fritjof Capra descubrió que los conceptos de la física cuántica tienen importantes semejanzas con las tradiciones místicas orientales. John Eccles habla de un "mundo interior", añadiendo que “los fenómenos mentales trascienden los de la fisiología y la bioquímica” (Eccles y Zeier, p.164)
    "El componente de nuestra existencia en el mundo 2 [interior] es de naturaleza inmaterial y, por tanto, al sobrevenir la muerte, no tiene por qué estar sujeto a la desintegración que afecta a todos los componentes del individuo pertenecientes al mundo.” (p.173)
Teilhard de Chardin habla también de un "interior de las cosas" y de una "energía interna" que le corresponde, presente en todo lo que existe, aunque en grados muy diferentes, según el nivel de complejidad. "La Trama del Universo es el Espíritu-Materia. Ninguna otra sustancia podría dar la molécula humana.” ("La activación de la energía", p.64).

No citaré más. Mi libro al respecto contiene mucho más información. Pero considero bien establecida la naturaleza espiritual de la mente, con un "anclaje" en el sistema nervioso superior, el cual tiene características asociadas a la física cuántica y, quizás también, a fenómenos ondulatorios aún por describir, todo lo cual parece abrir la posibilidad de una comunicación mente-a-mente sin uso de tecnología.


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