viernes, 31 de marzo de 2017

Más sobre falsedades y honestidad científica

El Homo Sapiens apareció hace 300 a 400.000 años, pero no pasó de usar herramientas de piedra hasta hace unos 30.000 años. Pero luego pasó algo extraño y apareció el llamado "hombre moderno", pasando de la piedra al arco y las flechas. Tuvieron que pasar miles de años más hasta que algo más hizo surgir la agricultura, hace unos 6.000 años, cuando empezó a formar una verdadera cultura. Esto no responde a la escala normal de la evolución, que requiere millones de años para un cambio significativo (Lloyd, p.31). Nadie ha podido explicar estos extraños cambios y (casi) todos evitan de referirse al tema.

En pinturas rupestres de la cueva de Lussac (Francia), en el desierto de Kalahari (Sudáfrica) y en cuevas de Rusia, se han descubierto pinturas donde se ven seres humanos vestidos a la usanza moderna (chaqueta, pantalones, botas, sombrero)... hace 12.000 años, según la datación geológica. No eran Homo Sapiens pero podían ser Cro-Magnon. En Lussac, no hay acceso a la cueva y en el muso del lugar solo se reproducen las pinturas rupestres "clásicas": ¡nada de exhibir hombres vestidos! (Lloyd, p.29)

En varios lugares se han descubierto fósiles de hombres semejantes a nosotros en capas geológicas de hace 55 millones de años e incluso más antiguos (p.32). Raras veces se mencionan.

En el Gran Cañon de Arizona, una pintura rupestre muestra un hombre de 18 pies de alto que ataca a un elefante. El área está lleno de huellas de pies de gigantes (que también se encuentran en muchas otras partes, como también huesos gigantes). Estos elementos contradicen la teoría de Darwin... y los evolucionistas prefieren silenciarlos.
"En 1833, un grupo de soldados cavando un pozo para una revisión de polvora en Lompack Rancho, California, hizo un descubrimiento notable cuando desenterró el esqueleto de un hombre gigante que era de unos 12 pies de altura. Los restos del gigante estaban rodeados de conchas talladas, enormes hachas de piedra y bloques con símbolos tallados en ellos. El rasgo más característico del gigante, excepto por supuesto por su tamaño, eran sus filas dobles de dientes. No pasó mucho tiempo antes de que la gente local comenzó a atribuir importancia religiosa a los restos y tratar el descubrimiento como prueba que confirma la existencia de los antiguos dioses gigantes, descritos en sus leyendas. Las autoridades decidieron secretamente re-enterrar al gigante junto con los artefactos descubiertos. La ubicación debía ser olvidada! Si los hallazgos arqueológicos desafiantes son suprimidos o encubiertos, nunca aprenderemos la verdadera historia de nuestro origen.[...]
Otro descubrimiento muy sorprendente ocurrió en Virginia Occidental, donde un gigante de 11 pies de altura se encontró en un viñedo. Este gigante debe haber sufrido una muerte repentina. ¡Tenía tres balas en el cráneo! [...]
En 1896, Samuel Hubbard descubrió, en el Gran Cañón de Arizona, pruebas que demostraban que los gigantes vivían contemporáneos de los animales prehistóricos. Su descubrimiento se compone de tres partes. Lo primero que encontró fue los cuerpos de dos humanos. Eran muy altos, de unos 18 y 15 pies de altura, respectivamente. Uno de ellos fue enterrado bajo una roca. Para quitar la piedra enorme habría requerido varios días, así que el intento fue abandonado. [...]
El "establishment" científico no acepta fácilmente la verdadera historia de la Tierra y de las razas humanas. El "inquietante" descubrimiento de Hubbard tuvo que ser explicado por un "experto", y eso es exactamente lo que pasó. La historia de Hubbard fue cubierta por periódicos, y fue personalmente despreciado por hombres de ciencia, uno de ellos afirmando que "Hubbard vio serpientes y no gigantes". La principal objeción era que el descubrimiento estaba en contra de la teoría de la evolución de Darwin. Los gigantes simplemente no podían existir." (Lloyd, pp.34-35)
Hoy, como en siglos pasados, se sigue practicando la supresión, la negación y el encubrimiento de artefactos anómalos y fósiles que "perturban" las teorías comunmente aceptadas, difundiendo ignorancia en vez de conocimiento.

Nota: No encontrará reproducciones en internet (al menos con Google) y la imagen de arriba no corresponde a los "casos extraños" aquí comentados (Su localización no está especificada).

Referencias:
* Lloyd, E. (2005): Voices from legendary Times, iUniverse, New York
* Cremo, M. & Thomson, R. (1993): Forbidden Archeaology, Bhaktivedanta Book Trust.

miércoles, 1 de marzo de 2017

Cuando la política obstaculiza la ciencia (o falsea los datos)

Durante las vacaciones, he leído el libro "Dark Mission - The secret history of NASA", de R.C. Hoagland y M.bara. Los autores exponen los resultados de una extensa investigación acerca de la forma de operar de la NASA, demostrando como distorsiona y esconde sus descubrimientos de aparentes restos arqueológicos de una civilización de un lejano pasado alterando las fotos que ha publicado para hacer irreconocibles tales restos o dándoles explicaciones absurdas cuando es imposible esconderlos, como en el caso de la famosa "cara" de Marte (que mide varias millas). Todo sería fruto no solo de una constante política del Departamento de Defensa (que obliga a esconder cualquier descubrimiento relacionado con una eventual civilización extraterrestre) sino también -increíblemente- de la influencia de un par de sociedades secretas (que explican numerosas decisiones extrañas acerca de las operaciones de la agencia). ¡Obviamente, nada de esto es científico!
Es de esperar que las futuras expediciones de las agencia europea, china y otras así como los viajes de SpaceX para rodear la Luna pongan fin al menos al secreto sobre la realidad de nuestro satélite.


Pero el colmo es que han hecho todo lo posible por desacreditar a R. Hoagland en materia de teoría física, porque descubrió y mostró indicios de la nueva teoría en la planicie marciana de Cydonia (ya habría sido conocida hace milenios por otra civilización). Este es el caso, que parte ya a fines del Siglo XIX:

En 1897, H.S.Hathaway tomó los escritos de Maxwell y, no pudiendo entender los cuaterniones que incluían sus fórmulas, las "simplificó" en una nueva edición del texto, que ha sido la que se ha utilizado en todo el siglo pasado, la obra original quedando inaccesible hasta hace poco. Todo el desarrollo de la física en el siglo XX se vió distorsionado y retrasado, hasta que se recuperó el original de Maxwell y se entendió el significado -y la importancia- de su concepción tetradimensional del espacio (¡o "hiperespacio", como asumido por la ciencia ficción!), que explica muchas aparentes "anomalías" energéticas en el sistema tridimensional.

Hoagland aplicó estos principios a la física para explicar el espectro infrarojo de los grandes planetas de nuestro sistema solar, que nadie entendía, pero los "expertos" de la NASA hicieron todo lo posible para negar estos descubrimientos. Incluso si se rechaza la teoría tetradimensional, lo cual sería bastante difícil para un matemático serio, lo ocurrido con Hoagland llama la atención por la campaña de la NASA en su contra.

Fuente: Hoagland, R. & Bara, M.: Dark mission, 2°Ed., Port Townsend (WA), Feral House, 2009.