(Cuando la desconfianza atenta contra la ciencia)
Dos series de televisión plantean desde hace tiempo hipótesis poco comunes acerca del pasado de la humanidad: "Apocalipsis del Pasado" y "Alienígenas Ancestrales" ("Generación alien" y "Alienígenas" en España). Ambas pueden encontrarse en Netflix.
Ambos casos son tildados de pseudociencia porque presentan hipótesis "poco ortodoxas", rechazadas por los arqueólogos "ortodoxos".
No me extenderé sobre la segunda, que incluye, además de información fáctica innegable, como edificaciones y grabados (pero sin datación), interpretaciones más que arriesgadas y difícilmente fundamentadas además de fenómenos psíquicos, visión remota y otros igualmente dudosos. Difícilmente se podría rescatar aquí algo útil para la ciencia, salvo posibles sitios y restos arqueológicos dignos de ser estudiados.
Pero en el caso de "Apocalipsis del Pasado", una serie documental de 2022, se encuentran dos componentes que sí tienen bases sólidas: las catástrofes relatadas por múltiples mitos y leyendas, como el diluvio universal, las cuales han sido probadas, y vestigios de misteriosas civilizaciones perdidas, investigados por el periodista Graham Hancock, que se ha dedicado a buscar y dar a conocer rastros de antiguas civilizaciones. También ha publicado varios libros que rinden cuenta de estas investigaciones. La Sociedad de Arqueología Estadounidense clasifica su trabajo como "ciencia ficción".
Aquí es donde, creo, se necesita hacer una pregunta acerca del método de investigación (en este caso periodística) y de la relación con la ciencia. Los arqueólogos pueden no creerle, pero rechazar de plano lo que expone no es una actitud científica: la ciencia elabora hipótesis y debe estar abierta a la consideración de alternativas y a la refutación. No puede ignorar las pistas que pueden venir de "no científicos" o de expertos en otras disciplinas si están bien documentadas. Un ejemplo es el relato del diluvio: es universal, datado científicamente en 9.600 a.C., y la mayoría de las leyendas de varios continentes hablan de un ser superior que llegó a enseñar después cómo reiniciar su cultura: agricultura, arquitectura y astronomía. ¿Casualidad, coincidencia o hecho histórico? Es dudoso que sea una mera ficción como afirman los arqueólogos. Lo del héroe mítico seguirá seguramente sin prueba, pero varias edificaciones prehistóricas muestran rastros de estas inundaciones y hay pruebas geológicas que sitúan a varias (¿o una única universal?) hace 10 o 12.000 años, como Gobekli Tepe (Turquía): nadie parece dudar de que fue erigido hace unos 11.600 años (después del diluvio universal). También hay múltiples sitios donde se encontraron enormes bloques de piedra tallada que pesan decenas de toneladas y que los más antiguos habitantes conocidos no habrán sido capaces de desplazar. ¿Por que los arqueólogos rechazan estas evidencias? ¿Por que se rehusan también, por ejemplo, a sondear e investigar los restos descubiertos con el radar de penetración terrestre como, por ejemplo, las cámaras subterráneas de la pirámide de Gunung Padang, en Java (Indonesia), como se ve en el pantallazo siguiente (de Netflix)? "Un estudio multidisciplinario publicado recientemente ha revelado que su construcción se remonta a más de 16.000 años o posiblemente 27.000." (National Geographic en español).
Los arqueólogos argumentan que la prueba de radiocarbono no asegura nada porque se basa en el material geológico (no un producto humano indiscutible) y que necesitarían prueba de la existencia de una cultura de la época (¿?). Los trabajos mostraron que su construcción más antigua ha sido tallada en la lava del volcán en el que se sitúa, pero la datación podría corresponder a la lava misma y no necesariamente a los trabajos realizados. ¡Al ser presentado en un capítulo de la serie de Hancock, se molestan los arqueólogos y desconfían aún más!
No es el único lugar que presenta este tipo de fenómeno: otros también tienen niveles inferiores aún por explorar y tallados de difícil datación.
A veces la tecnología no resuelve las discrepancias y habrá que esperar que mejoren. Pero no es una razón válida para ridiculizar las hipótesis. Si hay rastros de agricultura ya hace 7.000 años, ¿por que no podría haber habido una civilización constructora? Otras veces nuevas tecnologías sí dilucidan dudas. Puede aparecer y esclarecer algunos misterios o reforzar alguna hipótesis despreciada, como es el caso de la cronoastronomía, que ha permitido a la investigadora holandesa Lenie Reedijk descubrir que antiguos templos de Malta estuvieron orientados hacia la estrella Sirio (la más brillante del cielo) hace 12.000 años, antes de la llegada conocida de los agricultores, lo cual asegura una nueva datación (Hancock, Netflix).
¿Existe una lucha entre arqueólogos y geólogos? "La noción de una civilización avanzada en la Era del Hielo es una grave amenaza para la arqueología convencional" dice Hancock, y agrega que la arqueología cree que la historia ya está escrita (en Netflix). ¿Pero si los arqueólogos se permiten formular muchas conjeturas explicativas, porque rechazan explicaciones formuladas por otros investigadores (incluso, frecuentemente, astrónomos)?
Como señaló Karl Popper, todo conocimiento genuino debe estar abierto a refutación porque, de otro modo, es mero dogma disfrazado. Las teorías nunca pueden ser totalmente verificadas y, por lo tanto, las hipótesis inhabituales tampoco pueden ser descartadas de plano: son pistas para investigar más. La ciencia exige apertura de mente y, cada vez más, la interdisciplina, sobre todo en un caso como este. Y también cruzar información de diferentes fuentes (como, en este caso, los mitos y leyendas de varios lugares del mundo).
Las creencias "ortodoxas" pueden, desgraciadamente, constituir un freno para el avance de la ciencia: "No existe la posibilidad de acceder a la verdad de modo virginal: estamos siempre conducidos por las teorías, las filosofías, las preferencias metodológicas y otras que hemos recibido de la cultura científica disponible y en particular de la educación científica recibida.” (J.Nuñez)
Por último, el periodista no es un historiador: ¿por que no podría atraer la atención sobre sitios de interés o controversiales?
Referencias
HANCOCK, G. (1995): Fingerprints of the Gods - The Evidence of Earth's Lost Civilization, ThreeRivers, New York.
HANCOCK, G. (2002): Underworld - The mysterious origins of civilization, ThreeRivers, New York.
HANCOCK, G. (2024): Apocalipsis del Pasado, Netflix.
NUÑEZ, J. (2015): La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que la educación científica no debería olvidar, OEI, Sala CTS+I. 16/07/2015
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