martes, 13 de junio de 2023

Cómo se acumula el conocimiento personal

 Llegado al final, sin duda, de lo que considero una larga carrera académica, y manteniéndome en el ámbito de los correspondientes intereses, me hago la siguiente pregunta: ¿Cómo he llegado a conocer lo que conozco (y lo que he enseñado)? No pretendo contestar ni con una autobiografía ni con las habituales teorías psicológicas sino con un intento de trabajo analítico reflexivo (un análisis de proceso) acerca de una experiencia de vida.

Hacerlo exhaustivamente obligaría escribir una autobiografía, pero no es éste mi propósito. Tampoco lo es reconstruir mi currículum, que podría en parte dar cuenta de ello, sino extraer un nuevo conocimiento a partir de la revisión retrospectiva (mentalmente) de un largo proceso vital. Mi objetivo es tratar de formular una pauta o método para desentrañar los factores que intervinieron en el desarrollo de mis conocimientos (o los de toda persona). Se mezclan intereses personales - sin duda muchos causados por circunstancias externas - con intervenciones de terceros, combinándose con decisiones a su vez basadas en los conocimientos ya acumulados y las circunstancias del momento.

Convendría para ello buscar algún modelo de procedimiento o método existente, si lo hay. Revisando los que conozco y que parecen de interés en relación al tema de la acumulación de conocimientos, me parece que podría ser útil la "teoría del actor-red" (TAR) pero modificándola para obtener una "teoría del actor de conocimiento" (preciso y modifico este nombre más adelante).

Recordemos cual es la esencia de la teoría del actor-red. Describe un actor como "el blanco móvil de una enorme cantidad de entidades que convergen hacia él" (Latour, 2008: 73) más que como la fuente de una acción. Siempre está ligado a otros actores que influyen en él y sobre los cuales ejerce su influencia. Pero también importa el entramado formado por la asociación con actores no humanos: artefactos que, también, pueden tener efectos relevantes en los actores. Recuerda e insiste en que hay objetos que “hacen cosas”: los cronogramas ordenan actividades, las etiquetas pueden muestrar nombres y precios, y - sobretodo para nosotros - los libros entregan conocimientos (la relación con el autor es muy indirecta), los mensajes pueden motivarnos para contestarlos, etc. Muchos objetos son instrumentos y debemos aprender a utilizarlos. Y muchos instrumentos han producido enormes cambios en la historia en general y también en la de cada persona. (Ver detalles en mi libro "Los comunicadores y sus redes -  Metodología de investigación").  

¿Cómo adaptamos esta teoría en el presente caso? Aunque inspirada en el actor-red, podría llamar mi propuesta "modelo analítico del desarrollo del conocimiento de un sujeto en su red" (cambiando "actor" por "sujeto" y manteniendo la idea de red) o bien, más sintéticamente, como "red dinámica de conocimientos personales". Bastaría restringir la TAR a las fuentes de influencias y al producto "nuevo conocimiento" de ellas. Pero, para lograr el objetivo, al contrario de la TAR, no se limitaría al "espacio-tiempo" presente sino a toda la historia individual.

¿Por donde partir? ¿Qué camino seguir? La psicología genética indica claramente la importancia de la secuencia histórica para la adquisión de conocimientos. Por lo tanto, buscaría, a través de la biografía, los actores (personas y objetos) que habrían aportado nuevos conocimientos y cuales son éstos. La "producción" del sujeto (como, por ejemplo, las obras publicadas), que aparece en el curriculum, no formaría parte del listado aunque podría ser una pista para buscar el origen del contenido. Al seguir el orden cronológico, podría ser interesante ver cómo un contenido lleva a otro o varios otros (línea de desarrollo). Como decía al principio, se trata de un análisis de proceso.

Sería también interesante recuperar aquí otro concepto de la teoría del actor-red: el de "desplazamiento", que podría ser especialmente relevante en el caso de los académicos, aunque podría no serlo para otras personas: los viajes, las visitas, las asistencias a congresos, son muchas veces oportunidades para las adquiciones de nuevos conocimientos, observando, escuchando, conversando o adquiriendo nuevos objetos-fuentes (como los libros). En este sentido pueden aparecer personas como mediadores en el sentido de que nos entregan nuevas pistas para desarrollar nuestros conocimientos (referencias de libros, invitaciones a congresos o cursos, etc.)

El esquema que surge de ello (y que podría llevar a una graficación) aparece así conformado por el sujeto, los eventos (y los posibles desplazamientos correspondientes), los interlocutores (muchas veces en el marco de instituciones), los instrumentos o medios y los conocimientos.

Aclaremos que los "conocimientos" no son solamente contenidos conceptuales sino también competencias, o sea habilidades que se desarollan por medio de la ejercitación (con o sin la guía de otro actor). Ésto es algo bien expuesto en la teoría del actor-red, aunque sin referencia directa al aprendizaje: se ha de tomar en cuenta todo lo que nos "hace hacer" pero, en el presente caso, que signifique adquirir un saber hacer o un saber conceptual. Lo subraya mucho mejor el modelo del "árbol de competencias" (o "árbol de conocimientos" en su formulación original en francés, ver M.Authier y P.Lévy): estos árboles son una forma de graficar lo que saben los miembros de una institución, registrando sus estudios y sus habilidades. Las "raíces" del árbol son el aprendizaje en el seno de la familia (especialmente en los primeros años de vida) y su "tronco" los estudios formales, primero comunes para varias personas, y luego su diversificación en "ramas" según las especializaciones. Se podría construir este tipo de árbol considerando una sola persona, conectando ahí las personas y objetos que se detecten siguiendo el método del actor-red. El modelo linear, en efecto, parece el más adecuado para seguir un desarrollo histórico y el de árbol la multiplicación de áreas de conocimiento.

Registrar todos los conocimientos acumulados llevaría a algo mucho más amplio que una mera autobiografía. Pensemos solamente, en el caso de un académico, en todos los textos leídos. Incluso si tomáramos solamente los citados en las bibliografías de sus propias publicaciones la lista podría ser enorme. ¡Y sería incompleta! Aún más para quienes tienen un cultura amplia y se interesan, por ejemplo, por descubrimientos en áreas que no son de su especialidad. Para una representación más reducida, podríamos, eventualmente, seleccionar solamente las personas que, a nuestro juicio, tuvieron una influencia decisiva y, del mismo modo, los autores que consideramos más relevantes para cada área temática.

Para reducir aún más la lista, me parece que hay que volverse más bien hacia la detección de "factores de influencia" o tipos de actores (en el sentido amplio que le da la teoría del actor-red) más que hacia una lista exhaustiva de actores, asociados a tipos de contenidos (áreas del conocimiento). 

Es lo que intentaré ahora. En realidad, ya he mencionado varios factores y quedaría por preguntarse si hay otros. Los señalados: la familia (primera enseñanza), los estudios, en sus diversos niveles, con la influencia tanto de las instituciones como de algunos profesores en particular, donde podría ser conveniente señalar las áreas en que fueron "despertados" intereses predominantes y que se siguieron desarrollando posteriormente. Este desarrollo descansa (y prosigue) en gran parte en los libros y artículos leídos y las conferencias a las cuales se asistió, de los cuales bastará con señalar las diversas temáticas y, quizás, las épocas. Habrá que agregar otros "instrumentos": los medios de comunicación, el computador, internet, que pueden haber sido los intermediarios para acceder a estos actores (personas y "objetos" portadores de información). Pueden intervenir, además, las instituciones en las que hemos trabajado (o seguimos trabajando), tanto con sus objetos, filosofía, jefes y colegas que nos orientan de una u otra manera. Y pueden haber intervenido desplazamientos: viajes no solo para asistir a conferencias o realizar estudios complementarios, sino también para conocer otras experiencias y otros colegas. Queda por considerar una - ¿última? - categoría: la de los hechos casuales que pueden haber sido la causa de algún cambio o de un aporte significativo.

No sé si mi lista es completa. El lector podrá eventualmente agregar algún factor. Pero espero haber dado una idea de lo que podría ser un "modelo del desarrollo de un sujeto de conocimiento". Y aconsejo no tratar de describirlo exhaustivamente: había empezado por ahí pero me di cuenta rápidamente que podría pasar días y días escribiendo sin llegar, posiblemente, a completarlo nunca. ¡La vida es mucho más rica que todo lo que se puede decir de ella! (Y una "rendición de cuenta" completa de muy poco interés para terceros.)

Referencias

Authier, M. & Lévy, P. (1992): Les arbres de connaissances París, La Découverte.

Colle, R. (2022): Los comunicadores y sus redes - Metodología de investigación, Colección Mundo Digital n.25, U. de Alicante. 

Latour, B. (2008): Re-ensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires, Manantial.

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