miércoles, 28 de junio de 2023

De la fascinación al desencanto

 He vivido una época fascinante, pero ya no lo es para mí.

Nacido al final de la Segunda Guerra Mundial, tuve el privilegio de conocer un período fascinante de la historia: el desarrollo de las tecnologías basadas en la electrónica y el principio de la era espacial. Pero también observé el desarrollo de los medios y costumbres más destructivos de la vida en nuestro planeta: la energía basada en combustibles fósiles, el auge del plástico, la agroindustria y la moda de lo "listo para botar" ("prêt à jeter", en francés). También he visto nacer internet y cómo se está desvirtuando su ideal inicial (como lo ha denunciado Tim Berners-Lee; ver Bejerano, El País, 21/08/2019).

Todo se "desborda". El clima está trastornado. Nos ahogamos con la contaminación (del aire y de la tierra). Aprendimos a gozar con la comunicación instantánea pero las redes sociales son cada vez más destructivas; las noticias falsas se multiplican (auge de la "postverdad"), el populismo le gana a la política seria, la violencia crece en las calles de todas las grandes ciudades; la IA crece en todos los ámbitos pero sesgada en sus algoritmos y en los datos recopilados (delitos incluidos) al punto de que se la considera "una amenaza para la humanidad" (Secretario General de las Naciones Unidas). Puede no ser una amenaza directa para nuestra vida pero sí podría distorsionar todo lo que se investiga y difunde, alterando la evolución personal y social. 

El sociólogo Pitirim Sorokin describió en 1960 la ruta del descalabro de las civilizaciones. Distinguió tres grandes etapas de evolución de estos "sistemas de verdad, cognición y conocimiento" (p.966): pasan primero por una etapa "ideacional" - de "verdad revelada por la gracia de Dios" (p.966) - seguida de una etapa "idealista" - que reconoce los sentidos y la razón como criterios de validez, y donde la razón "combina en un todo orgánico la verdad de los sentidos, de la fe y de la razón" (p.969) - y finalmente la etapa sensitiva, donde el conocimiento "solo se infiere por medio de los órganos de los sentidos". Este tercer momento corresponde a un período de auge de la tecnología, que tiende a volverse todopoderosa, mientras se va pervirtiendo la escala de valores (que llegó a su punto más alto en la etapa anterior). Marca el declive de la civilización. El ritmo puede variar para cada cultura, pero se terminaría siempre en la decadencia. 

Es exactamente, a mi juicio, lo que estamos viviendo, y José Esquinas, doctor en genética, ingeniero agrónomo y experto de la FAO, comparte esta opinión: "Todas estas crisis y amenazas que afrontamos tienen un origen común en una crisis única, en una falta de valores, falta de ética y falta de responsabilidad." (A.Sacristán, entrevistando a J.Esquinas, Levante, 20/06/2023). El exceso de tecnología puede destruir lo que nos hace humano.

Es preciso actuar, frenar este descalabro, dice Esquinas: "Los científicos estamos viendo el problema en toda su magnitud y es preciso dar la voz de alarma. Concienciar. Y si es preciso, rebelarse, rebelarse contra el suicidio colectivo al que nos aboca la ambición de algunos y la irresponsabilidad de muchos." Y agrega: "Es necesaria la creación de un Defensor de las Generaciones Futuras que se incluya en nuestros órganos representativos. Este defensor sería el pepito grillo que cuando se vaya a aprobar una ley va a levantar una mano y va a decir qué impacto puede tener dicha ley en las generaciones futuras." (Ibidem)

Nota

"Los ancianos entregan al presente un pasado necesario para construir el futuro. (Papa Francisco, 15/06/23)

Referencias

Bejerano, P. (2019): Berners-Lee: “La Web ha perdido el rumbo: hay muchas cosas que han ido mal”, El País, 21/08/2019. 

Esquinas, J. y Prieto, M. (2023): Rumbo al ecocidio, Planeta.

Sacristán, A. (2023): José Esquinas: "Si no detenemos la destrucción de nuestro planeta nada más tendrá importancia”, Levante

Sorokin, P. (1962): Sociedad, cultura y personalidad, Madrid, Aguilar, 3a ed. 1973.

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