miércoles, 5 de agosto de 2015

¿Aprender de memoria?


Nuestros contactos están en nuestro móvil. Y ahí está Google, que nos permite encontrar cualquier información. Y los conocimientos se amplían u cambian constantemente. ¿Deberíamos todavía aprender algo de memoria? 

¿Permitiría a sus estudiantes consultar la web durante sus exámenes? Algunos profesores lo permiten, otros no. Yo ofrecí hace años un cursos de iniciación a la computación donde permití usar la web para contestar los formularios de las pruebas, si eran capaces de abrir una segunda ventana si cerrar la del formulario. Ya que se trataba de usar bien el compotador y la red, era bastante lógico. 

"El dilema de fondo es sobre la delimitación de fronteras entre el conocimiento y la comprensión, entre conseguir información y manipularla." nos dice Branwen Jeffreys en BBC Mundo

Pero Nicolás Carr nos advierte que Internet nos ayuda a encontrar y compartir información en forma más rápida y eficiente, pero reduce nuestra capacidad para el pensamiento profundo. Y lo más preocupante es que este cambio ocurre a nivel biológico, en la estructura de nuestro cerebro, y es tanto más profundo cuanto más tiempo pasamos en línea. Con horas y horas conectados, utilizando cada vez más los buscadores para recopilar información, se fortalecen nuestros circuitos neuronales dedicados a explorar, filtrar y realizar múltiples tareas, pero ésto perjudica nuestra capacidad para pensar profunda y creativamente, para deliberar y razonar frente a un problema. Dada la plasticidad de nuestro cerebro, nuestros hábitos online reverberan en el funcionamiento de nuestras sinapsis cuando no estamos online (N.Carr, p.174)
    “La afluencia de mensajes en mutua competencia que recibimos cuando entramos en Internet no sólo sobrecarga nuestra memoria de trabajo, sino que hace mucho más difícil que nuestros lóbulos frontales concentren nuestra atención en una sola cosa. El proceso de consolidación de la memoria no puede ni siquiera empezar. Y gracias una vez más a la plasticidad de nuestras vías neuronales, cuanto más usemos la Web, más entrenamos nuestro cerebro para distraerse, para procesar la información muy rápidamente y de manera muy eficiente, pero sin atención sostenida. Esto ayuda a explicar por qué a muchos de nosotros nos resulta difícil concentrarnos incluso cuando estamos lejos de nuestras computadoras.” (N.Carr, p.235)
Lo que crece y lo que decrece con el uso intensivo de internet

Un estudio conjunto de la Universidad de Columbia, la Universidad de Harvard y la Universidad de Wisconsin trató de evaluar el impacto de Google en nuestra memoria con cuatro sencillos experimentos. La conclusión del primer experimento era clara: "los participantes no hicieron ningún esfuerzo para recordar si sabían que luego podrían consultar los hechos que habían introducido". Las otras pruebas daban el mismo resultado, y en todas ellas se enfatizaban “los efectos amnésicos de Internet”, lo que ha hecho que Google se convierta en muchas ocasiones en un perfecto y accesible sustituto de nuestra memoria. Los científicos destacan que hasta no hace mucho los seres humanos nos basábamos en nuestra “memoria transactiva”, es decir la proporcionada por la comunicación con otros seres humanos. Pero Google (o la Wikipedia) se ha convertido en esa referencia, esa fuente que hace innecesario que tengamos que memorizar cualquier dato (J.Lehrer en Wired, 15/07/2011). 

¿Se transformará nuestra memoria de largo plazo en una suerte de metamemoria de lo que nos interesa pero reside en la red, en nuestra “nube” personal o en nuestro PC, es decir de recuerdos de cómo o dónde podemos encontrar esta información? Creerlo podría ser un grave error. La memoria de largo plazo no es un “depósito”, como lo es una memoria digital. No se parece en nada a la secuencia de 1 y 0 que compone ésta y permanece fija si no es alterada electrónicamente. Nuestra memoria es un organismo vivo, un conjunto compuesto de proteinas y de conexiones sinápticas permanentemente activo, que se reajusta en función del ingreso de los nuevos impulsos transferidos por el hipocampo desde la memoria de trabajo, de cortoplazo. Si descansamos en que toda la información útil para nosotros se encuentra en la red (o en otras memorias artificiales como nuestros computadores u otros equipos digitales), dejamos de ejercer nuestra facultad de memorización de largo plazo. Modificamos nuestro cerebro limitando nuestro poder mental: nuestra inteligencia crece solamente con la expansión de nuestra memoria. Cuando almacenamos nuevos recuerdos a largo plazo, fortalecemos nuestros poderes mentales (N.Carr, p.233). 

“Recuperar” información digital, de una base de datos o la web, es muy diferente del proceso natural de rememorar, es decir de extraer de nuestra propia memoria. Cada vez que rememoramos un dato lo reconstruimos, reforzando el recuerdo y estableciendo eventualmente nuevas conexiones con datos asociados a la experiencia del momento. Pero Google no reconstruye nuestra memoria. Si lo utilizamos para “recuperar información”, la volvemos a ingresar a nuestra memoria de corto plazo. Y si seguimos “navegando”, pasando de fragmento de información en fragmento de información, no aprendemos nada. ¡Debemos unir lo que “recuperamos” y darle una “lectura profunda” si queremos que nos sea de utilidad! 

El docente es un facilitador del aprendizaje, pero "La función de facilitación en entornos mediados por tecnología es compleja ya que requiere conocer las características de la tarea en sí, las acciones a realizar, como así también las herramientas que necesitará para dicha tarea." (P.Dellepiane). Obviamente debe ser el primero en saber usar críticamente las fuentes digitales y las principales herramientas digitales actuales de expresión, así como ejercer y hacer ejercer el pensamiento profundo. 

Algunos consejos para ayudar a memorizar (de eLearning Feeds, 1/05/2015):



Referencias:
Carr, N.: Superficiales: ¿Qué está haciendo internet a nuestros cerebros?, México, Tauros, 2010.
Colle, R.: ¿Ser digital o ser humano?, INCOM-Chile, 2015.
Dellepiane, P.: "Reflexiones sobre el rol docente en los nuevos ambientes mediados por TIC en enseñanza superior", en blog Aplicaciones Educativas en Entornos Virtuales, 2014.
Lehrer, J.: "Is Google Ruining Your Memory?", WIRED, 2011.

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